Alaric, un multimillonario que tras la muerte de su mujer Jenna, decide construir la empresa GILBERT. Elena, su hija, será la secretaria de aquella caótica empresa.
Todo cambiará cuando Damon Salvatore se convertirá en socio de la empresa.
Comenzará...
Fui directo a la empresa. Subí en ese ascensor que tanto había hecho que pensara esta noche. Me apresuré a llegar a mi hora y lo conseguí. Justo vi a Alaric en la puerta mientras Elena se disponía a pasar al lado mía. No nos miramos. Seguí mi camino y me puse a ver que trabajo me tocaba hacer hoy.
De pronto empecé a escuchar unos gritos y provenían de la habitación de al lado. No era un cotilla pero no pude evitar escuchar lo que estaba pasando. Coloqué mi oreja en la pared y escuché.
-ESTARÁS DESPEDIDA-
Sin más mis ojos se abrieron a más no poder. ¿Qué habrá pasado?
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Esperé apenas unos segundos y abrí la puerta. De pronto la puerta de al lado también se abrió y nos miramos. Sus ojos cristalinos hicieron que sintiera algo por dentro. Sin más salió corriendo mientras miraba como se marchaba en la lejanía.
Entré en el despacho de Alaric para ver que había pasado.
-Damon no me interesa hablar con nadie en estos momentos-
Sin más volví a salir y vi a Caroline un poco triste.
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-¿Sabes que ha pasado Caroline?- -No lo sé, estábamos bien y de pronto le ha llamado (indicando la puerta de Alaric).-
No pude evitarlo y salí corriendo a buscarla. Empecé a preguntar si habían visto a Elena (ya que sabían que era una de las secretarias de la empresa).
-Esta en el baño- dijo una chica. -Gracias le sonreí-
Sin más entré. Pude ver a una que se estaba colocando el sujetador y no pude evitarme reír.
-Qué haces aquí, esto es el baño de las chicas- me dijo mirando con cara asesina.
De pronto escuche un llanto silencioso. No pude evitar buscar de que puerta provenía.
-¿Elena, estás aquí?- -Vete- -Venga, sal- -Que te marches, no quiero saber nada de ti-
Si lo hubiese sabido no habría venido a buscarla, pero sabia que al fin y al cabo saldría.
