Alaric, un multimillonario que tras la muerte de su mujer Jenna, decide construir la empresa GILBERT. Elena, su hija, será la secretaria de aquella caótica empresa.
Todo cambiará cuando Damon Salvatore se convertirá en socio de la empresa.
Comenzará...
Oh no, el que faltaba. Cuando más lejos le quería más cerca estaba.
-A ver chicos, tenemos que hablar-Mi padre ante ese comentario me dio miedo. ¿Y si se había enterado de lo nuestro? -¿Qué es?- dije sin poder esperar más -Tenemos que ir a un congreso y he hablado con Caroline y ella no puede ir, así que que mejor que vayáis vosotros y nos representéis. Estoy seguro que esta empresa con vosotros saldrá adelante perfectamente.- -No- dije rotundamente ante esa proposición. -¿Cómo que no? Aquí mando yo.- Dijo mi padre serio -No quiero ir, podrías decírselo a otro- -Si no vas, te estas jugando el puesto- Mi padre tenía que hacer como de ''jefe malo'' en frente de Damon para que no sospechase de nuevo. -Me da igu..- dije con un tono chulo. -Si, si vamos- interrumpió de pronto Damon. Sin más se marchó y mi cara fue de sorpresa total. -Lo que menos quiero es ir con ese, búscame a otro compañero- dije seria mientras cerraba la puerta.
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-Elena, no seas una niña pequeña es solo un congreso. Ni que fuerais ha enrollaros madre mía-
Ante ese comentario lo mejor era salir de ese despacho y no comentar nada. No volvería a pasar, después de unas semanas todo se había calmado y lo que menos quería era volver a 'rayar' mis sentimientos.
Caroline apreció mi cara de ''preocupación''
-¿Qué ha pasado?- me dijo en voz bajita.
Mientras señas le dije que Damon y yo nos teníamos que ir de viaje.
-Es verdad, yo no puedo ir, lo siento amiga... Pero ten cuidado y no vuelvas a liar las cosas- -Tranquila, no pasará-
Al rato, mi padre salió con los vuelos de Damon y míos. Nos iríamos a Nueva York. Consistiría en un congreso en el cual tendríamos que defender a nuestra empresa e invitar a que más socios colaborasen. Después tendríamos una cena y una ''fiesta''.
Después de todo el día por fin me fui a casa. Stefan y yo, en apenas una semana acabábamos de mudarnos para ver como era la convivencia aunque si lo pensamos un poco apenas faltaban 4 meses para la boda, ¿un poco tarde no?
-No quiero que vayas con ese al viaje, no me da buena espina. Siempre que te he visto a su lado te mira de una forma extraña-
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