Capítulo 8

2.8K 257 201
                                    

Capítulo 8: "Oh Señora Gorda, ¿dónde está que no la veo?".

Dedicado a: TheATeam1989

Después del trauma que me dejó el profesor Lupin con las ratas, caminé por los pasillos y bajé escaleras con una mano agarrando la hoja de papel y la otra tocando el muslo. El profesor me dijo que fuera a la enfermería antes de ir donde Dumbledore para que la señora Pomfrey curara las mordeduras con sus tónicos milagrosos, cosa que yo solo asentí con la cabeza antes de salir por la puerta. Como era de esperarse, mentí otra vez. Si pude curar una quemadura yo sola, ¿por qué no podría con unas cuántas heridas de una miserable rata?

Llegué al pasillo donde se escontraba la gárgola para ir la oficina de Dumbledore, vi que no había nadie por los alrededores y supe que era el momento perfecto para concentrarme y poder quitar las mordeduras de la pierna. Sin dejar de caminar, apreté más mi muslo y pensé en lo que me hizo mantener la calma la última vez, donde casi quemo viva a Pansy Parkinson.

A la vez que me acercaba a la estatua de piedra, sentí una especie de cosquilleo que salía de mis dedos e iba bajando por la pierna como si fuera una serpiente, solo que sin escamas y más reconfortante. ¿De verdad visualizar su imagen hacía que los hechizos fueran más eficaces? Me resultaba chocante que funcionara, tal vez esta fuera la clave para controlar mis poderes...

-¡Hola Ala!

Noté como el efecto desapareció y el cosquilleo retrocedió de golpe a mis dedos, parecido a un video en reversa. Este era el problema: la concentración. No estaré a cada momento en un lugar de paz y tranquilidad; por favor, estamos hablando del mundo de la magia, donde hay que estar preparado para lo que sea.

Alcé la vista y me encontré con una chica alta, de cabello castaño, ojos del mismo color y con la túnica de Gryffindor ondeando detrás suyo por los pequeños saltos que daba mientras se aproximaba a mí.

-Hola. -saludé pestañeando más de lo debido al ver qué tan emocionada era.

-¿Cómo estás? -abrí la boca para responder pero la cerré de inmediato cuando volvió a hablar sonriente- ¿Bien? Yo también lo estoy, poniendo de lado el tema de Sirius Black -hizo una mueca-. No me agrada que los dementores estén por los terrenos de Hogwarts, son muy... ¿serios? Es raro decirlo porque, ya sabes, no tienen rostro.

Soltó una carcajada y yo hice lo mismo, pero un poco forzada. Ella hablaba súper animada como si me conociera desde hace años. Y yo nunca la he visto en mi vida.

-Oye -empecé a hablar avergonzada y poniendo un pie tras otro-, va a ser muy descortés lo que preguntaré pero sé que sería peor si no lo hiciera, así que perdóname... ¿Cuál es tu nombre?

La chica de inmediato soltó una exclamación de indignación colocando una mano en su frente que me hizo abrir los ojos por la metida de pata que acababa de hacer, pero antes de lanzarme a sus pies a rogarle que me perdonara, ella agarró mi brazo y lo agitó con fuerza.

-Por Merlín pero qué modales, discúlpame tú a mí, lo siento mucho por no haberme presentado antes. Soy Olivia Dearden, de quinto año, soy amiga de los hermanos de tu amigo Ronald.

-¿Fred y George?

-¡Sí! Estaba con ellos hace un rato pero me dieron ganas de ir al baño así que me separé de ellos. Salí, te vi y quise saludar.

La miraba a ella y a la gárgola de la oficina de Dumbledore una y otra vez, zapateando despacio el suelo con impaciencia.

-Me encantaría seguir hablando pero...

Alanna Diggory y el Prisionero de Azkaban [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora