Capítulo 9

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Capítulo 9:"Noche en el Gran Comedor".

Dedicado a: Yonosoylamejor899

Caminaba de un lugar a otro mirando continuamente las grandes puertas de roble, agitada y mordiéndome las uñas. No le prestaba atención a los demás estudiantes, quienes estaban asustados y murmuraban acerca de la entrada de Sirius Black al castillo, con los prefectos a su lado y tratando de calmar a todos; yo solo me enfocaba en la puerta, donde solo quedaba una casa por llegar al Gran Comedor.

-Si sigues dando vueltas formarás un agujero en el suelo -comentó George que estaba apoyado contra la pared junto con Fred, su amiga Olivia, Harry, Hermione y Ron.

-Acá tenemos la respuesta de cómo entró Black a Hogwarts -bromeó su gemelo.

-Alanna ayudando a fugitivos desde tiempos remotos.

-Ala, siéntate, ya va a llegar.

-¿Quién? -me giré para mirar a Hermione con desconcierto.

Ella pestañeó rápidamente, extrañada al ver que no sabía la respuesta.

-Bueno, solo falta los de Hufflepuff.

-No sé por qué tardan tanto -empecé a patear el suelo con impaciencia. Hermione bufó al ver que seguía sin entender lo que quería decir.

-Y Cedric es de esa casa.

-Un milagro que no esté en Gryffindor.

-Ay por favor -interrumpió Olivia despegándose de la pared para acercarse a mí-, no cambies el tema y admítelo: estás preocupada por tu hermano.

Me la quedé observando con los brazos cruzados sin decir nada y con el ceño ligeramente fruncido mientras que los chicos esperaban una respuesta mía.

-¿Me equivoco? -insistió Olivia con una "disimulada" sonrisa en su rostro.

-Claro que te equivocas -bufé rodando los ojos-. Y si no te diste cuenta, todos acá estamos preocupados por el hecho de que el psicópata de Sirius Black entró al castillo.

La chica levantó los brazos en forma de rendición.

-Está bien, está bien, no hace falta que te enojes.

-No estoy enojada -le contradije.

-Sí lo estás -Ron señala mi rostro-, haces muecas cuando te molesta algo. Créanme, el año pasado las hacía siempre cuando estaba conmigo.

Cuando dijo esto, no pude evitar frotarme la cara con la manga, como si eso pudiera hacer desaparecer mis muecas raras.

-No desesperes mujer -dijo Fred con aire teatral-, estoy seguro que hay gente que le agradan tus muecas.

-Mejor dicho, que las ama -corrigió Olivia subiendo y alzando las cejas-, ¿no es cierto, George?

Él asintió con la cabeza.

-Claro, ¿cómo resistirse a tal grado de ternura?

George le dio un toque a mi nariz y estaba a punto de reírme cuando escuché las puertas abrirse que me hizo girarme sobre mis talones y apreciar como los alumnos de Hufflepuff junto con el profesor Dumbledore, McGonagall y Sprout, entraban al Gran Comedor. Los chicos, al igual que todos, estaban confundidos y aterrados, mirando a todos lados.

Haciendo que miraba por la ventana, busqué de reojo entre las cabezas a alguien alto, de cabello color arena y que destacara entre el resto por ser el chico que causa suspiros entre todas las alumnas. Y la persona con esas características no tardó en aparecer, quién noté que estaba buscando por todo el salón a la que suponía era, su hermana.

Alanna Diggory y el Prisionero de Azkaban [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora