Capítulo 16

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Capítulo 16: "Final de Quidditch".

Las medidas de seguridad impuestas a los alumnos después de la segunda intrusión de Black nos impedía visitar a Hagrid por las tardes. La única posibilidad que teníamos de hablar con él eran las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas.

Hagrid parecía conmocionado por el veredicto.

-Todo fue culpa mía. Me quedé petrificado. Estaban todos allí con sus togas negras, y a mí se me caían continuamente las notas y se me olvidaron todas las fechas que me habían buscado. Y entonces se levantó Lucius Malfoy, soltó su discurso y la Comisión hizo exactamente lo que él dijo...

-¡Todavía podemos apelar! -dijo Ron con entusiasmo-. ¡No tires latoalla! ¡Estamos trabajando en ello!

Volvíamos al castillo con el resto de la clase. Delante podíamos ver a Malfoy, que iba con Crabbe y Goyle (gracias a Merlín que no estaba la estúpida de Pansy), y miraba hacia atrás de vez en cuando, riéndose.

-No servirá de mucho, Ron -le dijo Hagrid con tristeza, al llegar a las escaleras del castillo-. Lucius Malfoy tiene a la Comisión en el bolsillo. Sólo me aseguraré de que el tiempo que le queda a Buckbeak sea el más feliz de su vida. Se lo debo...

Hagrid dio media vuelta y volvió a la cabaña, cubriéndose el rostro con el pañuelo.

-¡Mírenlo cómo llora!

Malfoy, Crabbe y Goyle habían estado escuchando en la puerta.

-¿Habían visto alguna vez algo tan patético? -dijo Malfoy- ¡Y pensar que es profesor nuestro!

Rechiné los dientes al mismo tiempo en que Harry y Ron se crujieron los dedos para a continuación apresurar el paso e ir hacia ellos.

-Hasta acá llega...

Hermione se abrió paso, empujándonos a los chicos y a mí hacia un lado para llegar hacia donde estaba Malfoy...

¡PLAF!

Le dio una bofetada con todas sus fuerzas. Malfoy se tambaleó. Harry, Ron, Crabbe, Goyle y yo nos quedamos atónitos en el momento en que Hermione volvió a levantar la mano. Eso no me lo esperaba.

-¡No te atrevas a llamar «patético» a Hagrid, puerco... malvado...!

-¡Hermione! -dijo Ron con voz débil, intentando sujetarle la mano.

-Suéltame, Ron.

Hermione sacó la varita y apuntó al rubio con ella. Éste se echó hacia atrás.

-¡Woah, woah, woah! -solté, abriendo aún más los ojos.

Crabbe y Goyle miraron atónitos a su "amigo" (si es que así se le puede llamar), sin saber qué hacer.

-Vámonos -musitó Malfoy.

Y en un instante, los tres desaparecieron por el pasadizo que conducía a las mazmorras.

-¡Hermione! -dijo ahora Harry, atónito por la sorpresa.

-Respira mujer -la empecé a abanicar con una pequeña hoja que encontré en el césped.

-¡Espero que le ganen en la final de Quidditch! - nos dijo Hermione chillando-. ¡Espero que ganen, porque si gana Slytherin no podré soportarlo!

-Hay que ir a Encantamientos -dijo Ron, mirando todavía a Hermione con los ojos como platos.

Subimos aprisa hacia la clase del profesor Flitwick.

-¡Llegan tarde, muchachos! -dijo en tono de censura el profesor Flitwick,cuando Harry abrió la puerta del aula-. ¡Vamos, rápido, saquen las varitas! Vamos a trabajar con encantamientos estimulantes. Ya se han colocado todos por parejas.

Alanna Diggory y el Prisionero de Azkaban [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora