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Capítulo 7: Visitas no tan inesperadas

-Oh! Veo que le han gustado los dulces de nuestro local Sr. Black! -

-Por supuesto! La combinación de una tienda de dulces cerca de mi casa, y una bella vendedora, haría que cualquier persona cuerda venga siempre! Y por favor, llámeme Antares, Sra. Jackson! -

-Gra-gracias Antares. Por favor, llámeme Sally- respondió sonrojada por los halagos la hermosa mujer.

-Está bien Sally. Cómo está tu hija? Por lo que sé, pronto comenzarán las vacaciones de verano-

-Muy bien en realidad! Dentro de unos días volverá de la escuela, hace muchos meses que no veo a mi hija. Realmente la echo de menos- decía mientras su cara adoptaba un tinte de melancolía al recordar.

-No te preocupes Sally, sé que tu hija también te extraña demasiado. No todo el mundo tiene a alguien fuerte, inteligente, amable y hermosa como figura materna como lo eres tú- le digo con una sonrisa honesta, mientras veo como se tranquiliza y me devuelve la sonrisa.

-Muchas gracias Antares. Siempre sabes cómo sacarme de esos pozos de depresión momentáneos- agradecidamente respondía con un sonrojo en sus mejillas, lo cual me causo gracia.

-No hay nada que agradecer, tan solo decía la verdad- respondo viendo como su sonrojo aumentaba unos cuantos tonos más.

-S-si...ahora, quieres llevar lo de siempre? - me preguntaba en un intento desesperado de cambiar de tema, en el cual decido apiadarme y no burlarme más a su costa.

-Si por favor, pero podrías agregar unas tres bolsas más? Es que voy a tener unas visitas no planeadas el día de hoy- le digo.

-Oh...negocios? - me preguntaba con verdadera curiosidad.

-Se lo podría llamar de esa manera...- le respondo sin dar más detalles, mientras recibía las bolsas con dulces que me daba mientras le pagaba.

-Disculpa que te pregunte, pero en que trabajas Antares? -

-Tengo una tienda Sally, en donde vendo lo que la gente desee- respondo ambiguamente.

-Ojalá tuviese tiempo! A lo mejor podría encontrar algo interesante ahí- me dijo inocentemente, haciéndome sonreír.

-Quién sabe? Quizás algún día el destino te lleve a la puerta de mi tienda sin que lo sepas- le digo suavemente mientras le doy un guiño.

-Sigh...si, quizás algún día suceda- respondía media derrotada.

-Ya, ya...no tienes que deprimirte. Bueno, creo que ya va siendo hora de que me retire. Muchas gracias por tu atención Sally. Y mándale saludos a la princesa cuando regrese a ti- le digo mientras salía del local de dulces en dirección a terminar mis compras de provisiones.

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Luego de salir del local de Sally, decidí terminar de comprar los comestibles en el mercado para preparar un almuerzo a las visitas que llegarán.

Pensando en lo que me hacía falta, me di cuenta que la gente que pasaba a mi alrededor murmuraba mirándome. Pues llevaba un bolso para transportar la comida.

En donde, en él iba Mokona sacando la cabeza al exterior. A la vista de todos. Diablos.

-Mira que mono! - no reacciono.

-Qué redondito! - okey, a las mujeres les gusta Mokona.

-Lo lleva como si fuese una chica! - bien...eso me cabreó.

Supongo que creer, de vez en cuando puede ser divertidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora