Capítulo 20: Ozymandias
-Khione, tienes todo listo? – pregunto mientras miraba el espejo encantado.
-Sí Harry, pero estás seguro de lo que harás? A los Sinos no les gusta que jueguen en su contra- preocupada me cuestionó ella, con su piel pálida y ojos café jugando con las luces que el fuego de la chimenea que está a su lado.
-De los Sinos me ocupo yo, querida. Tan solo estén atentas, una jovencita llegará dentro de poco allá. Y lo más seguro, es que necesitara de la asistencia de Cissa y Daphne- le hago saber, para que no se sorprendan cuando Bianca llegue de improvisto.
-Harry...es ella como nosotras? – preguntó ella.
-Una mujer? Pues sí, después de todo es una cazadora de Artemisa- respondo con sorna, viendo con diversión como una vena se remarca en su frente.
-NO ME REFERÍA A ESO!!! – chilló furiosamente la diosa, mientras movía sus manos para todos lados, cambiando el enfoque del espejo, haciendo que me maree.
-Lo sé, lo sé...no te enojes Khione, solo bromeaba. Necesitaba despejar mi cabeza de alguna forma, y ya que estabas aquí, decidí que lo haría contigo. Por favor no te enojes...- le contesto cansinamente, revelando que todo lo que estaba por suceder estaba jugando con mis nervios.
-No, yo lo siento. Además, no reaccioné tan mal como las primeras veces, no? – con un tono arrepentido por su arrebato, ella intentó disculparse.
Vi su cara a través del espejo, y de esa forma aprecié cuantos cambios radicales ella había sufrido. Su sonrisa, sus movimientos y manierismos, el brillo en su mirada. Demasiados cambios, pero todos para su propio bien...un poco pegajosa cuando estamos juntos, pero aun así la adoro a la pequeña Frosty.
Sonreí por sus palabras.
-Eso depende, aún usas esas bragas de conejitos? – con una sonrisa torcida le pregunté, solo para ser respondido por un rubor masivo en sus pálidos pómulos y un balbuceo incoherente.
Me puso realmente feliz, y por un momento distrajo mi atareada mente de lo que estaba sucediendo simultáneamente en el mundo real ajeno a esta situación. Con un saludo caluroso y una sonrisa que ella había empezado a pedirme cada vez que podía, me despedí de ella para poder continuar con mi trabajo.
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La nieve.
Aquel líquido en proceso de solidificación blancuzco y frío. Chocando contra mi piel, humedeciéndola y provocándome pequeños escalofríos cada vez que se adentran entre mi ropa por las pequeñas aberturas que pueden hallar.
Se ve que ni aún con nuestros momentos, Khione deja de lado su coquetería. Mira que aprovechar su dominio sobre la nieve para burlarse de mí. En fin, solo puedo sonreír ante las travesuras que ella hace. La pone de un buen humor, lo cual es muy bueno para ella en realidad.
Camino parsimoniosamente sobre el impoluto suelo blanco, mientras que la gente, ajena a mi presencia, pasa a mi lado platicando de trivialidades naturales. Mis ropas ondeando con la brisa, casi al compás de las canciones lejanas que cantan las personas para estas fechas. Navidad se está acercando, y que mejor regalo para darles que la revelación del jugador que estuvo cuidándolos desde las sombras...
Lo más seguro es que provoque algún que otro mini infarto, pero bueno...si no hubiesen hecho tantas malas acciones derivadas de malas decisiones...este encuentro no se habría postergado demasiado.
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Supongo que creer, de vez en cuando puede ser divertido
RomantikLuego de vencer a Voldemort, se entera que su vida siempre fue manipulada. Cansado decide retirarse del mundo magico para ir donde el destino lo lleve. En el camino escucha voces que le revelan que son sus padres y que debe ir a ver su verdadera her...