6

4.8K 346 30
                                    


Capítulo 6: Club de los Corazones Rotos

Abro lentamente mis ojos, tratando de enfocar mi visión. Reconocer el lugar. Percibir el calor del sol. La brisa del aire. La sensación de frescura que los dedos de mis pies tienen al andar sobre el suelo descalzo. Los pájaros trinando alegremente al compás de una melodía que solo mi propia mente escucha. El soplo de Eolo, que con él trae la fragancia de flores silvestres autóctonas de este lugar.

Dando pasos de reconocimiento en este lugar extraño y desconocido mientras disfruto del entorno natural que me rodea. Me doy cuenta que donde me hallo varado hay otras tres firmas con potencial superior a la de los pequeños semidioses o inclusive a los magos.

Dos de ellas son bastante parecidas, pero a la vez opuestas, como las dos caras de una misma moneda. Esas dos firmas son bastante jóvenes, sin experiencia ante los horrores de la realidad del mundo.

La tercera firma es de una persona mayor. Mucho más potente que la de los pequeños, pero a la vez, es como si estuviese agotada, como si hubiese estada haciendo un sobreesfuerzo si el apoyo de nadie.

Las tres firmas están juntas momentáneamente, puedo sentir que están felices por estar en un mismo lugar establecidos y juntos. Algo en aquellas personas me llama la atención. Como si las conociese de algún otro lado.

La perturbación, de lo que creo en este momento que son una madre con sus dos hijos, afecta el momento de tranquilidad que tiene el pequeño grupo familiar. Una cuarta firma desconocida se hace presente frente a ellos, una firma que me recuerda mucho a aquella mascota viscosa que hice frente cuando tenía doce años. Me recuerda al Basilisco.

Entonces recién ahí me doy cuenta de quienes son éstas personas. La cuarta firma pertenece a la Pitón, monstruo mitológico. La tercera firma es Leto, una titán y amante de Zeus. Y por último las dos firmas restantes son los gemelos, Apolo dios del sol, y Artemisa diosa de la luna.

Me hallo en Delfos.

Viendo que ya sabía cómo termina desarrollándose esto, me encuentro diciendo:

-Vale, hora de despertarse! -

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Nuevamente me encuentro abriendo los ojos para recibir un nuevo día. Tratando de mover mi brazo para localizar mis anteojos, me doy cuenta que no puedo hacerlo. Intento moverme para hallar la razón de mi problema, cuando de repente escucho un pequeño quejido que proviene desde mi pecho. Moviendo la cabeza en aquella dirección, me encuentro con la respuesta a mi inconveniente.

Una mata de pelo negro como la noche descarta toda posibilidad de que sean las Mokonas. Escucho su tranquila respiración mientras apoya su oído derecho sobre mi corazón como si intentase seguir su suave ritmo.

Miro detenidamente su rostro y vuelvo a confirmar que sin su ceño fruncido se ve aún más preciosa.

Sabiendo que, si se despierta en este mismo momento, lo más seguro es que termine bajo un intento de castración o con cuatro flechas en mi trasero, procedo a levitarla cuidadosamente, permitiéndome que me deslice fuera de mi posición original solo para volver a dejarla en el lugar donde mi espalda reposaba para que no pierda calor. Viendo como la pequeña cazadora se retorcía como si su peluche personal se hubiese ido, decido quitarme mi kimono y usarlo para taparla y que siga durmiendo pacíficamente un rato más hasta que su patrona venga a buscarla.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Viendo que aún tenía alrededor de dos horas hasta que la diosa de la luna llegue hasta aquí, me decido a preparar un cuantioso desayuno, lo suficiente como para alimentar un pequeño ejército. Un pequeño ejército de mujeres listas para disparar primero a un hombre, luego dispararle de nuevo, y recién ahí preguntarle, para que a continuación le vuelvan a disparar.

Supongo que creer, de vez en cuando puede ser divertidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora