CAPÍTULO IV

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Hani se había quedado de piedra en la moto, así que cuando Hyun bajó sin previo aviso, la chica casi cayó con la motocicleta detrás de ella. Apoyó un pie en el suelo a tiempo, mirando como su amiga se cruzaba de brazos.

- Bueno, es para hoy.- espetó la pelirroja a los chicos que estaban sentados en el coche.

Ellos la miraron risueños, mascando chicle sin decir nada, probablemente divertidos a causa de la presencia de una chica rebelándose ante tal escena. Hani no podía dejar de mirar al chico del pelo verde, quién ahora reía al lado de otro mientras pintaba la luna de un coche con un espray.

A su lado, Haeri, la otra conductora, se unió a los coches que hacían sonar el claxon insistentemente. La rubia escupió al suelo y presionó la bocina con desespero.

- ¡¿Quién coño os creéis?! ¡Moved el culo de aquí!- chilló, haciendo rugir el motor sin moverse del sitio, causando una tóxica nube procedente del tubo de escape del vehículo.

- Woah, mirad, si son pandilleras.- río el que estaba sentado encima del techo de la camioneta. Hani notó como sus oscuros ojos se posaban en los suyos.

Llevaba una chaqueta vaquera con varias chapas clavadas a la altura de su pecho izquierdo, unos pantalones estrechos de cuero negro y unas botas de color camel. Su lacio pelo, que a Hani le recordó al chocolate con mucho cacao, dejaba entrever una parte de su frente. Múltiples aretes bailaban en sus orejas. Él levantó una ceja.

- Hola bonita.- dijo un chico de tez bronceada y pelo rosa peinado hacia atrás con gomina. Era muy alto y delgado, y miraba a Hyun mientras se lamía los labios.

- Déjate de piropos, moved el puto coche, tenemos prisa.- respondió la pelirroja acercándose al coche y pegando una patada en la puerta. El chico del pelo rosa soltó una risa ahogada.

- Por muy guapa que seas no voy a dejarte golpear a mi preciosidad.- dijo pasando una mano por la pintura del oscuro coche. De repente se dio cuenta del intercambio de miradas que estaban teniendo su amigo y la chica en la distancia- ¡Kook!

Hani seguía clavada en el suelo. Había algo en ese chico que hacía que no pudiese apartar los ojos de su rostro, y sentía que todo a su alrededor se había ralentizado. ¿Sería su ancha y marcada mandíbula? ¿Sus almendrados ojos? ¿El modo en el que se lamió los labios cuando vio que ella no podía apartar la mirada? Un golpe en su hombro la sacó del trance.

- ¡Señorita pandillera!- el chico del pelo verde le sonreía, plantado al lado de su moto- No te encapriches del más joven, es un idiota, mira cuantos tienes por escoger.

Pasó un brazo por los hombros de la chica, quién finalmente reaccionó, apartando de un manotazo la extremidad del chico de pelo verde. Dio gracias a Dios por llevar un cubre bocas hasta la nariz, pues sus mejillas se habían coloreado levemente de un bonito rosado. ¿Qué hacía ella mirando a un chico? Se suponía que pasaba de esas cosas.

- Apartaos.- dijo Hani, como si actuar con agresividad pudiese anular el hecho de que se había quedado pasmada mirando al chico del capó, algo de lo que todos se habían dado cuenta.

- ¿O qué?- río el del pelo verde, golpeando la motocicleta de forma juguetona. Hani tuvo que bajar la pierna que tenía reposando en la motocicleta al suelo. ¿Quién se creía ese muchacho?

- Vuelve a patear la moto si tienes huevos, periquito.- dijo ella, entornando los ojos.

El chico de pelo verde se encogió de hombros, poniendo aún más nerviosa a la chica. Bajó con agilidad de la motocicleta, dejándola con suavidad sobre el pavimento, enfrentándose al chico que no dejaba de molestarla. Vio por el rabillo del ojo como el tal Kook la miraba risueño. No iba a darle la satisfacción de pensar que era una chica débil; con ella no se jugaba.

- He dicho que os apartéis.- respiró sobre su cara, mirándole directamente a los ojos. Aunque fuese mucho más pequeña que él, la intimidación funcionó, puesto que el peliverde empezó a dar marcha atrás hasta el coche.

- Y ahora, moved el coche.- dijo Hyun ignorando la insistente mirada del chico de pelo rosa sobre su cuerpo, recogiendo la pesada motocicleta del suelo.

- Vamos, ¿no me darás tu numero?- dijo éste cuando la pelirroja encendió el motor de la moto. Ella rió.

- En tus sueños, chico.

- Namjoon.- le corrigió. Hyun soltó una carcajada, para después posar la vista en su compañera.

La chica seguía desafiando al peliverde con la mirada, respirando ajetreadamente a través del cubre bocas. El chico que yacía sobre el coche no le quitaba los ojos de encima.

- Ahora sube, y desapareced de mi vista.- susurró gélidamente la chica. El chico de pelo verde acabó riendo, pues al parecer se había hecho el intimidado.

- ¿Crees que tienes alguna autoridad sobre mí?- levantó una ceja. Hani chasqueó la lengua.- No eres más que una niña.

No hubo tiempo de reacción por parte de nadie; el puño de la muchacha salió disparado a toda velocidad, impactando sobre la mandíbula del otro. Su cabeza rebotó contra la chapa del coche, haciendo que soltase un gemido; se cogió la cara con una mano, mirándola confundido. Lejos de intervenir, los amigos del chico rieron, chasqueando los dedos y soltando gritos a su alrededor. Las H escarlata estaban pendientes del túnel, pues ante cualquier indicio de violencia, la gente solía llamar a la policía. Hani la estaba liando.

- Repite eso.- escupió las palabras con rabia sobre la cara del chico. No era alta, pero a sus diecisiete años de edad, Hani era más que temible, algo que el chico de pelo verde había malinterpretado.

- Eres una...

Ella volvió a mover el brazo, dispuesta a empezar una pelea, pero su puño se vio rodeado de una cálida y grande mano. El chico trastabilló un poco, pues la fuerza del impacto no fue leve. El castaño había saltado de la capota antes de que Hani propinase el puñetazo, interponiéndose entre los dos problemáticos. Y lo había hecho a una velocidad espectacular.

Los ojos de la chica se posaron en los de él; era mucho más alto y fornido, de hombros anchos y ojos cálidos. Sacudió la cabeza ante la impresión de que ese chico era guapo, soltando su puño de su agarre.

- Está claro que jugar contigo es jugar con fuego.- sonrió. Su voz era ronca y suave a los oídos de Hani.

- Conmigo no se ju...

El pitido de sirenas hizo reaccionar a los jóvenes. Cómo era de esperar, alguien había acabado llamando a la policía. Los chicos subieron al coche a toda velocidad, haciendo bruscas maniobras para salir de ahí. Hani seguía clavada en el suelo, desconcertada, así que cuando Hyun hizo rugir el motor se asustó.

- ¿Se puede saber a qué esperas? ¡Sube!- gritó por encima del ruido.

Hani saltó en el asiento, cogiéndose con fuerza a la cintura de su amiga, quién aprovechó el estrecho espacio que había dejado el coche al maniobrar para pasar a toda velocidad, rozando el metal del coche con su pierna.

Por un instante, Hani desvió la mirada al coche. Un par de ojos castaños la observaban atentamente des del asiento del copiloto, a través de la enorme luna del coche. Sus miradas se cruzaron, haciendo que todo a su alrededor parase por unos segundos; después las chicas salieron disparadas hacia la fría noche.

The Last [JJK] - EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora