Hani pintaba el rabillo de su ojo de un atrevido tono vino, para después delinearlo con un lápiz negro. Dio un último vistazo al espejo; tez blanca, ojos puramente negros, labios carmín que se molestaba en arreglar aunque siempre llevase ocultos bajo su oscuro cubre bocas. Acomodó el corto top de su uniforme, que mostraba un palmo de la piel de su torso, cubierta a partir del ombligo hasta sus pies por una larga falda de uniforme.
Las pandilleras modificaban el uniforme escolar a su gusto, y aunque solía llevarles bastantes problemas era una regla que no se podía incumplir a no ser que quisieras recibir una buena paliza por ello.
Un par de golpes sobre la madera de la puerta hicieron que espabilase. Abrió la puerta, encontrando a su hermano esperándola recostado en el umbral de la puerta.
- Llegaremos tarde, deja de mirarte en el espejo, un día de estos se te va a tragar.- rió el chico.
- Idiota.- los ojos de Hani empequeñecieron, aunque su sonrisa se vio cubierta por la tela de su rostro.
- Nunca voy a entender porque te maquillas los labios si siempre vas con eso.- Taehyung señaló la máscara de su cara.
- No te incumbe, mocoso.- ella puso los ojos en blanco, cogiendo su mochila con pereza.
- Te recuerdo que somos gemelos, si yo soy un mocoso tú también lo eres.- río. Hani levantó una ceja.
- Andando.
Caminaron en silencio hasta la parada del bus. Allí Taehyung se reunió con sus amigos, dejando a la chica de lado. Sabía que asustaba a los cerebritos con los que se codeaba su hermano, así que se limitaba a sentarse al lado de Tae durante el trayecto, jugando con su teléfono móvil, sin intervenir. También estaba acostumbrada a las miradas indiscretas de la gente allá donde fuese, y le importaban bien poco. Ella seguía mirando la pantalla, moviendo sus ojos de un lado a otro, intentando superar su puntuación máxima.
Una llamada interrumpió su partida. Respondió, asqueada, a la par que bajaba del autobús y se despedía de su hermano con la mano. Él le dedicó una sonrisa; aquella sonrisa que la chica también había heredado, amplia, cuadrada y peculiarmente inocente. La única diferencia era que ella nunca la mostraba.
- Beba, Hyun al habla.- la voz de su amiga sonó algo distorsionada al otro lado del aparato.
- Hey.- Haeri dirigió una mirada descarada a los chicos que la observaban en la entrada del instituto, haciendo que todos volviesen a sus asuntos instantáneamente.
- ¿Dónde estás?
- En el instituto.- como una reacción en cadena, Hyun soltó una risa aguda al escuchar esa palabra.
- ¿Hani yendo a clase? Niña buena.- dijo la chica sarcásticamente.
- Hay examen de física hoy. No he estudiado una mierda pero si no me presento me van a castigar por las tardes y paso de estar encerrada aquí cada maldito día.- respondió la morena.
- Espero que lleves el uniforme.- Hani asintió, sólo para darse cuenta de lo estúpido que había sido eso.
- Sí.- dijo esta vez, acomodando su larga falda.
- Bien, que sepan quiénes mandan.- Hani pudo imaginarse la sonrisa de satisfacción de su amiga al otro lado de la línea- Bye beba.
- Bye.
Guardó el teléfono en su mochila, inspirando profundamente y entrando en el asqueroso instituto. Odiaba ir, odiaba tener que aguantar las miraditas y cuchicheos de las chicas en los pasillos, los comentarios desagradables que algunos chicos se atrevían a pronunciar. La mayoría de la gente le tenía miedo, aunque cuando no iban las cuatro juntas, el efecto disminuía levemente. Juntas eran pura intimidación.
ESTÁS LEYENDO
The Last [JJK] - EDITANDO
Fiksi PenggemarHani es una macarra: fuma, bebe y se mete en líos. Todo en su cabeza empezó a torcerse después de un grave acontecimiento en su vida, una pérdida, un sinfín de malas decisiones. Pero cuando una serie de acontecimientos entretejen su vida con la de u...