Hani se quedó helada. Sus ojos se abrieron de par en par cuando vio al muchacho de ojos almendrados que había intervenido en su pelea con el peliverde en el túnel. El chico que la había hecho sonrojar. Notó como los ojos de éste también se abrían exageradamente.
- No te quitas eso ni para dormir, eh.- dijo reaccionando finalmente, haciendo sonar su ronca voz, que se coló por sus dientes en una sonrisa.
- ¿Que hacéis todos aquí?- preguntó la chica, mirando a ambos con el ceño fruncido.
- ¡Son las pandilleras!- gritó el chico del pelo rosa. Hani pensó que era un poco tonto, pues había tardado lo suyo en reaccionar.
- Muy bien, Einstein.- aplaudió ella.
- Einstein no, Namjoon.- le corrigió él. Hani bufó.
- Najun.- balbuceó Haeri con una sonrisa de tonta- Que guapo.
- Ya vale, nos vamos.- Hani cogió con fuerza el brazo a su amiga, tirando de ella. Esa situación era demasiado absurda.
No pudo caminar dos pasos pues alguien la tomó por la cintura. Sus pies flotaban en el aire de un momento a otro, y Haeri rió al ver a la chica dar patadas en el aire.
- ¡¿Qué haces?! ¡Bájame!- chilló Hani con el corazón a mil. El agarre que la tenía cogida era fuerte y firme, más fuerte de lo que ella era. Notó un cálido aliento en su cuello y se estremeció.
- No deberíais estar aquí, y menos fumadas y borrachas.- dijo el castaño bajándola finalmente, pero sin soltarla de la cintura. Sus mejillas ardían bajo el cubre bocas. ¿Quién creía que era para cogerla de esa forma?
- No es de tu incumbencia.- escupió secamente ella, entornando los ojos, con la respiración algo ajetreada por el susto.
- Bueno, ¿porque no pasáis? Es peligroso que andéis solas por aquí, y además tu amiga se va a dormir de un momento a otro.
Namjoon señaló a Haeri con la cabeza. La verdad era que las chicas no habían calculado muy bien, pues todas habían bebido y fumado y aunque les daba igual y solían conducir bajo los efectos de las drogas, esa noche ninguna estaba en condiciones de llevar la moto. Puede que Hani, aunque hubiese dado positivo por mucho en un control, pero ella no sabía conducir. Chasqueó la lengua, mirando a Haeri de reojo, quién estaba medio dormida apoyándose sobre el raspado contenedor metálico, babeándolo. Volvió la mirada al chico, levantando la cabeza para verle a los ojos, pues él era bastante más alto que ella; se percató de que sus cálidas manos seguían sobre su cintura.
- Está bien.- se rindió, haciendo que el chico sonriera con suficiencia- Pero suéltame ya, y como alguno de los dos toque a Haeri le parto la boca.
- Tranquila, no es mi tipo.- rió el, achinando sus ojos- Por cierto, me llamo Jungkook.
- Lo que digas.- Hani pasó completamente de la mano que le tendía el chico, empujando a su amiga con suavidad hasta la entrada del contenedor- Vigiladla un momento, llamaré a las demás.
Hani se alejó del contenedor, viendo como el chico de pelo rosa, Namjoon, subía a la rubia como si fuese un peso pluma. El castaño la siguió con la mirada hasta que desapareció. Encontró a sus amigas tumbadas en las vías del tren, una durmiendo y la otro aún fumando.
- ¿Y Haeri?- preguntó la pelirroja soltando el humo con suavidad, levantando una ceja.
- No sé a quién coño le ha comprado la maría Hye, pero está pasadísima de vueltas. Está descansando en un contenedor, deberíamos llevar a Hye también.
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The Last [JJK] - EDITANDO
FanfictionHani es una macarra: fuma, bebe y se mete en líos. Todo en su cabeza empezó a torcerse después de un grave acontecimiento en su vida, una pérdida, un sinfín de malas decisiones. Pero cuando una serie de acontecimientos entretejen su vida con la de u...