Capítulo 4

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Ella sintió los labios de él besarla, trato en un principio de alejarlo pero él tenía sus manos en un agarre firme contra la pared.

Al final se rindió.

Dejo de luchar y empezó a participar en el beso; cuando Ehan la sintió fundirse contra él, le soltó las manos y ella las enrollo en su cuello haciendo el beso más profundo.

Ehan adentro su lengua en la boca de ella para saborear cada parte; ella tenía un sabor dulce que lo tenía embriagado; jamás se había sentido así por un beso pero Hanna Kelly besaba increíble.

El movió sus manos al trasero de ella y la apretó contra su cuerpo, a ella se le escapó un gemido y el la alzo poniendo su antebrazo abajo de su trasero obligándola a enrollar sus piernas en las cadenas de él.

Él, la sujeto con una mano y con la otra la tomo de la cintura pegándola a la pared, se separaron un momento jadeantes por la falta de aire; pero rápidamente Ehan volvió al ataque de sus sentidos haciéndola estremecerse en sus brazos.

Hanna sentía sus neuronas explotar, Ehan trazo el contorno de sus labios y se estremeció, la cabeza le daba vueltas y apretó los puños, clavándose las uñas en las palmas de las manos. Tenía el cuerpo rígido pero sus pechos endurecidos y a punto de estallar.

—Eres increíble— le susurro Ehan separándose un poco para besar su cuello y después volver a su boca.

El movió su pelvis y la apretó contra la de ella arrancándole un suspiro, Hanna sentía toda su hombría cada vez que el hacía eso.

Y exactamente fue eso lo que la asusto, ella ha tenido uno que otro novio pero jamás ha llegado tan lejos con ninguno de ellos, tal vez sea anticuada pero quería estar segura de amar a su pareja para entregarse a él, no quería perder su virginidad con cualquier tipo y menos contra una pared.

Por ese motivo las alertas en su cerebro sonaron y coloco las manos en el pecho de Ehan empujándolo.

Seguía un poco mareada por el Alcohol pero esta consiente de lo que hacía.

Lo aparto y ella coloco sus pies en el suelo, eso había estado mal, Ehan y ella solo eran amigos, se alejó de él y comenzó a caminar para no verlo.

Quería llegar a su habitación y quedarse ahí toda la noche pero Ehan tenía otros planes, se colocó rápidamente frente a ella y le cortó el paso.

—Quítate— demando con voz fuerte.

—No lo haré, tenemos que hablar de lo que paso Hanna...

—No ha pasado nada...

— ¡Y un demonio que paso!, nos acabamos de besar Hanna ¡Joder! Eso no fue "nada"— ironizó.

—Fue un error Ehan, jamás tuvo que haber sucedido...

—Pero paso, y ahora debemos de decidir cómo seguir después de esto.

—No debemos decidir nada, tu y yo somos únicamente amigos y eso es todo Ehan.

—Los amigos no hacen esto— dijo volviéndola a besar, Hanna lo empujo tratando de apartarlo pero Ehan era un experto en la seducción y sabía cómo vencer todas las barreras de Hanna.

A los segundos ella participaba activamente en ese beso; las manos de ambos se deslizaban por el cuerpo del otro mientras disfrutaban de sus labios.

Ella se abrazaba a sus hombros mientras el mantenía sujeta de su cintura para devorarla a placer, los labios de ella era como droga para él, eran exquisitos.

Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: NYC N° 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora