—Me comportare el día que aceptes cambiar el título de Novia a Esposa— susurro en su oído por última vez antes de alejarse y dejarla ahí con los ojos abiertos y las mejillas encendidas.
Ehan se reunió en la mesa con los demás mientras Hanna seguía en la esquina tratando de asimilar lo que acababa de pasar ahí.
"Me comportare el día que aceptes cambiar el título de Novia a Esposa"
Esposa de Ehan.
¡Dios! Eso era...
Si lo quería, pero era... muy pronto. Hace un par de semanas que enterró a su esposo y ahora... esa propuesta de Ehan era muy repentina.
Mentiría si dijera que no desea aceptar porque no hay nada en el mundo que ella deseara más, pero...
Debían esperar.
Primero debían dar a conocer su relación,... ¡Dios! Ella deseaba ser su esposa más que nada en ese triste mundo.
Sacudió su cabeza, deberían hablar de eso más tarde, pero la estúpida sonrisa no se alejaría de su cara en todo el día. Se acercó a la mesa y se sentó al lado de Ehan.
Pero este rápidamente vio la mirada de los demás en ella así que tuvo una idea...
—Señorita Kelly, necesito que tome notas. Para evitar que pierda algún detalle puede sentarse frente a mí — le dijo Ehan serio y con autoridad.
La mesa era rectangular y él estaba en el asiento principal. Si Hanna se colocaba frente a él, al otro lado, ninguno de los accionistas debía voltear a verla. Así que él sería el único que se degustaría con la belleza de su mujer.
Hanna obedeció igual que todos, pero el ruido de la puerta cerrándose de forma brusca los asusto. Las chicas del café estaban confundidas viendo la forma brusca en la que Sarah había salido de la sala.
Todos continuaron como si nada, pero en esa habitación, no había nadie que se pudiera imaginar lo que sentía la mujer que acababa de salir y ahora se encontraba en los baños.
Estaba enojada.
No, estaba furiosa... No podía creer que Ehan fuera tan frio. Ella había invertido mucho tiempo en esa estúpida reunión para que él no hubiera tenido ni el mínimo detalle de saludarla.
En muchas ocasiones, el, le había pedido a otro de sus asistentes que lo acompañaran durante las juntas, y esa vez ella estaba segura de que le pediría a ella que se quedara no a Hanna, ella esperaba ser la que tomara las notas... ¡No Hanna!
Ella debía estar sentada ahí, frente a él. Mandándole alguna mirada o una sonrisa para llamar su atención. Ella debía de haber tomado las notas así cuando todos se fueran y su jefe la llamara para ver lo registrado en su oficina; ella se sentaría en la mesa frente a él, lo tentaría hasta que la besara y tal vez hubiera conseguido que le quitara la ropa y harían el amor en su escritorio... ¡Pero No!
La había ignorado.
Se había comportado como si ella no existiera.
Un par de lágrimas se escaparon de sus ojos. Estaba cansada. Ehan Hilton era un ser frio, pero no se rendiría.
Ese hombre seria suyo.
Ella regreso a la sala y todo seguía igual, pero esta vez, Ehan le dirigió una mirada cuando entro. Ojalá hubiera sido una mirada curiosa o enojada pero la indiferencia en ella era horrible.
Hanna se encontraba tomando nota así que no se percató de la entrada de su amiga, estaba tan ensimismada en su trabajo que tampoco notaba las miradas de Ehan hacia ella.
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Nuestra Segunda Oportunidad. Saga: NYC N° 3
Roman d'amourSi tu hermano te afirmara que se acostó con tu prometida. ¿Le creerías? El mundo de Ehan Hilton se vino abajo en el momento que las fotos de su hermano y su prometida juntos llegaron a sus manos; pero mas lo destrozo fue el que su propio hermano se...