En el capítulo anterior...
(Algo dentro de mi se encendió y recordé la carta. Toqué el bolsillo de mi mochila varias veces pero no encobtraba nada. Lo abrí y no, nada.
No puede ser.
Es real.
¡Mi admirador secreto es real)
Si había algo que odiaba incluso más que la química -imaginense la inmensidad de mi odio- era enfermarme.
Sí, yo sé que ustedes estarán pensando: ¿Pero quién se enferma en plena primavera casi verano? Sí, sólo yo Hannah Adams. ¿Por qué? Por el jodido polen de las flores de primavera que me causa alergía y me hace estornudar como si mi vida dependiese de ello.
Es horriblemente destestable enfermarse, para empezar mi nariz se parece -más bien, es idéntica- a la de Rodolfo el reno, de ésta no faltan los mocos escurridisos que quieren salir a plena luz sin algún pudor, ojeras gigantes se forman bajo mis rojos ojos, y como no olvidar de la presencia de las bolsas que marcan territorio debajo de mis ojos cuando sonrío.
Lo único lindo de estar enferma, era el hecho de quedarme acurrucada bajo mis sábanas esperando a que me traigan mi delicioso té. Al parecer, no era la única en este estado, ya que, la razón por la que Diana no fué a la escuela estos días es porque había pescado una gripa al igual que yo. Mi celular vibraba en mi escritorio, lo conecté al cargador y luego lo dejé nuevamente en mi escritorio jurandome que luego iba a ver por qué vibraba tanto. La laptop en mi regazo no debía faltar y mucho menos hoy que pensaba tener un maratón de The Vampire Dairies junto a mi hermoso oso de felpa. Cuándo iba por la mitad del primer capítulo, mi maratón se ve interrunpido por dos toques suaves en la puerta.
-Pase-dije con voz ronca.
Rebecca, una de las mucamas, anuncia la llegada de uno de mis amigos. Hice una mueca.
-Em, ¿Podrías decirle por favor que me espere mientras me cambio?-ella asintió-Gracias-dije antes de que cerrara por completo la puerta de mi habitación. Cuando lo hizo, resoplé y me lancé a mi cama brutalmente. Mis planes han sido arruinados. Con flojera cambie mi pijama de unicornios por unos jeans de mezclilla con una blusa azul, y a mis pantuflas rosas las cambie por unas converse negras. Trensé mi cabello y lo deje caer sobre mi hombro izquierdo como cascada.
Baje lentamente cada peldaño de la escalera para toparme en el último a James.
Si, James.
Ryan, desde la puerta de la cocina lo miraba receloso, mirada que James ignoraba junto a sus auriculares.
El día que se pierdan y/o rompan los auriculares de James, será un día muy triste para el castaño. Saqué uno de los audifonos de su oreja derecha para llamar su atención, éste apagó la música.
-¡Princesita!-bramó.
-James-dije yo-¿Qué haces aquí?-curioseé.
-¿No puedo venir a visitar a mi princesa favorita?
Verdaderamente, no lo creo...
-Claro si, pero ¿por qué? Digo, osea...-me interrumpí-Espera ¿Cómo sabes donde vivo?-inquirí. James se tensó.
-Este emm...pasaba por la ventana y te ví y bueno entonces yo dije: "Oh, seguro la princesita querrá los apuntes ya que hoy no fué a la escuela" entonces, toqué el timbre y pregunté por ti.
Alcé una ceja y me crucé de brazos-¿Enserio?
-Por supuesto-dijo él.
-Oh, esta bien. Otra duda ¿Por qué tienes los apuntes de mis clases si vamos a clases distintas?
-Es que yo, osea no yo, Diana-asentí-ella, ella se olvidó su mochila en su banca, cuándo fuí a buscarla ya no estaba.
-¿Y su mochila?-preguntarla.
-La deje en casa-contestó tranquilo.
-¿Y por qué traías los apuntes?
-Porque se los devolvería
Esto cada vez se vuelve más y más interesante...
-¿Le devolverías los apuntes pero la mochila no?
-Es que, me gusta su mochila-dijo obvio, asentí.
-¿Te gustan las mochilas rosas?-James dejo de asenrir enfusivamente con la cabeza para mirarme confundido.
-¿Qué?
-Digo, que te gustan las mochilas rosas te gustan, ya que la de Dian es rosa-James parecía sorprendido.
-Oh, si lo sabía. Pero quería ver ¿como reaccionabas?Si, eso, eso.
-Oh esta bien-dije-Bueno ya me dijiste la historia-asintió-la falsa, ahora dime la verdad.
-¿De qué hablas? ¡Esa es la verdad!-exclamó.
-Ajá, si. Te cuento que la ventana de mi cuarto da al patio trasero no al delantero, por ende no podías haberme visto. ¿Cómo sabes dónde vivo?
-¿Intuición?
-No sabía que Hunter se llamaba intuición.-comenté sarcástica.
-¿Cómo?-preguntó confundido.
-¿Fué Hunter quién te pasó mi dirección, no?
-Eh, si si. Eso paso-dijo el castaño.
-No hacía falta mentirme, James.
-Lo sé, pero...-se interrumpió-Bah, no sé que decirte.
Hice un facepalm.
-¿Quiéres salir?-preguntó.
-Emm-miré a Ryan quién estaba por matar a James con la mirada-Si, vamos.
Avisé a Ryan que saldría, a reganadientes aceptó que salga con James.
-¿A dónde quieres ir?-preguntó con amabilidad.
-A dónde quieras-contesté simple.
James pusó cara de pensativo y luego sonrío-Ya sé donde iremos.
(...)
-¿Qué es esto?
-Un café, pero casi nadie no viene a éste lugar.
Asentí.
-Ven, entremos-James enganchó su brazos con el mío y nos adentramos al establecimiento, un aroma a frutillas inundó mis fosas nasales. El lugar tenía una pinta muy bonita, parecía un lugar moderno, había computadoras, máquinas expendedoras, las camareras vestían de una forma extravagante pero fuera de todo bonita. El lugar era hermoso, no entiendo como había tan poca gente.
Luego de casi dos horas que nos pasamos riendo y tomando nuestros cafés, decidimos pedir la cuenta. Cuándo saqué el dinero de mi billetera, James ya había pagado-¡Oye!
-¿Paso algo?
-¿Por qué pagaste mi cuenta?
-Porque yo te invité-contestó simple.
Salió y tuve que salir detrás de él, cuándo iba a subir en el auto, James plantó un casto beso en mis labios que me topó por sorpresa.
Pero lo más sorprendente, fué que correspondí su beso.
****
Holi💜
¿Cómo están?
¿Les gustó?
Corto pero bue😂😂
Creoo que es solo esoo❤
Noos leemos después💖
Chau, cuidense😘
-Anónima.👑
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Conociendo a James. ©
TienerfictieHannah Adams sufrió de un accidente automovílistico que causó graves pérdidas de memoria en ella, por suerte para sus padres fue durante cuándo ella fue niña y pusieron de excusa que simplemente no lo recuerda porque era pequeña. Pero por mala suert...