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En el capítulo anterior:

(-Diana y el conserje se van a casar y de pronto, no sé qué cantar.

-Callate-espetaron Theo y Diana al unísono.

Hunter y yo pegamos una carcajada.

Así que Diana y Enrique...)

Hannah, ya deja de llamarme así!

-Ya deja de quejarte, niño aburrido.-le enseñé mi lengua sin una gota de vergüenza.

-¡Mami, Hannah me sacó la lengua!

-Eso es mentira, tía-exclamé.

-¡Hagan silencio y dejenme ver la television!-exclamó un niño quién se encontraba en el sillón ajeno a la discusión de los mejores amigos.

-Son todos unos aburridos-reclamó la pequeña rubia negando con su cabeza.

-No nos digas aburridos-dijeron ambos niños saltando sobre la pequeña y comenzando un ataque de cosquillas, dónde la niña pedía socorro.

-¿Hannah? Hannah, ¿querida, te pasa algo?-¿Ryan?

-¿Ryan, qué haces aquí?-pregunté adormilada.

-Pasaba por aquí y escuche tus gritos, me alarmé y entré. Perdón por no pedir permiso-fruncí el ceño.

-¿Gritos?-asintió.

-Si, gritabas cosas cómo "Sueltenme, los acusaré con tía Lena. ¡Que me suelten!"-"imitó" mi voz, pero verdaderamente le salió mas chillona de lo normal, provocando que ría.

-Eso si qué es extraño.

-Si, ahora preparate que en media hora entras al Instituto y lastimosamente debo llevarte yo-hizó un puchero y yo le golpee el hombro.

-Sal, me cambiaré-asintió y se fue.

(...)

Estúpido Ryan por tener su hora mal, estúpido otoño por hacer que a la mañana haga frío, estúpido James por estar burlandose de que estoy temblando más que un Chihuahua.

-¿Por qué llegas tan temprano?-pregunté intentando hacer que deje de burlarse de mi.

-¿Por qué tu llegas tan temprano?

Oh, porque Lory decidió tomarse el día libre, por ende Ryan  tuvo que levantarme, pero el estúpido no se dió cuenta de que su hora estaba media hora adelantada. Pero para rematar el quisó traerme media hora antes para cabrearme y en resumidas cuentas, lo que hizo fue traerme una hora antes.

-Yo lo pregunté primero-dije en cambio.

-Vivo a dos cuadras de aquí, y por si no te das cuenta, princesita-sonrió burlón-no llevo el uniforme, estaba corriendo.

-Oh cuidas tu figura-bromee.

-Y si, no quiero quedar cómo tu.

Abrí mi boca indignada.

-Si quieres estar abrigada no digas nada.

-¿De qué hablas?

-Sigueme.

Hice lo que dijo y nos encaminamos en silencio a un recorrido dónde él me guíaba.

Estúpida, corre.

¿Por qué haría eso?

¿No te parece raro que de un rato a otro sea amable? Va a llevarte a un montecito dónde va a cortarte en trozitos y dejarte ahí tirada hasta que encuentren tu cádaver.

Conociendo a James. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora