Capitulo VII

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Tal y como lo habían acordado, la boda quedó programada para dentro de un mes, sería una ceremonia Civil, sencilla, con pocos invitados. Ninguno de los dos quiso celebrarlo a lo grande, después de todo, no tenía sentido hacer tanto, por algo meramente falso. Forzosamente tenían que irse de Luna de miel o de lo contrario, todos podrían sospechar. Los señores Paltrow, les obsequiaron de adelantado un viaje a Roma, junto con las reservaciones en uno de los hoteles más exclusivos y prestigiosos de esa ciudad.

Ninguna de las dos familias terminaba de comprender, por qué querían un evento tan simple, sin embargo, no podían hacer nada, tanto Edrick como Sophia, eran mayores de edad y, por lo tanto, decidían lo que mejor les parecía.

Las semanas transcurrieron con normalidad y ambos en la oficina, mantuvieron sus posturas distantes e indiferentes y a la hora de actuar, se las arreglaban para aparentar ser una pareja feliz. Total, lograron convencer a todos, de que su relación era real y si en algún momento el señor Paltrow, había sospechado que todo era un montaje, Sophia se encargó de desvanecer sus dudas, eran tan buena en su papel de novia enamorada, que, en varias ocasiones, Edrick, se sintió terriblemente confundido y afectado, esa pequeña mujer, en su faceta de prometida perfecta, era un verdadero riesgo.

Una noche de viernes, Sophia se quedó en su despacho trabajando hasta tarde, eran pasadas ya las 22 horas, Edrick le había encargado un trabajo para el lunes a más tardar, así que decidió terminarlo ese mismo día, aunque se fuera ya muy noche, al fin y al cabo, no tenía nada más que hacer en su departamento. Imprimió el documento de varias docenas de páginas, revisó que todo estuviera en orden, lo guardó en un folder y antes de retirarse, decidió pasar a dejarlo sobre el escritorio de su jefe, para que el lunes que llegara, lo encontrara listo, disponible y terminado. Muy confiada, creyendo que no estaba en su oficina a esas horas, abrió la puerta, entró y se llevó tremendo susto, cuando lo vio con una mujer, sentada sobre el escritorio, él metido entre sus piernas, besándose apasionadamente y por supuesto, haciendo algo más. Afortunadamente, las luces de la oficina estaban apagadas, por lo que su visión, no fue completa y no apreció todo a detalle, no obstante, debido a las luces de la ciudad, que se filtraban por los grandes ventanales de vidrio, pudo distinguir algo de la bochornosa y caliente escena.

La rubia, acompañante del magnate, estaba totalmente desnuda del torso hacía arriba, sus pequeños pechos estaban a la intemperie y a la deriva, tenía la falda recogida hasta la cintura, las piernas desnudas y abiertas y sus gemidos llegaron claros hasta sus oídos. Sophia se quedó en shock debido a la impresión, entró en pánico y sus pies se quedaron atascados en el suelo, sentía que el corazón se le iba a salir por la garganta. Edrick, al verse expuesto, muy ofuscado, se acomodó rápidamente el pantalón, levantó del suelo su fina camisa de botones y ayudó a Shantal a cubrir su desnudez, importándole poco que él siguiera con su musculoso torso expuesto, después de todo, era un hombre y no tenía nada que perder.

—¿QUÉ HACE ESTA ESTÚPIDA AQUÍ, EDRICK? —Gritó la modelo, enfurecida por la interrupción y ocultándose tras el pelinegro que observaba a su asistente como si quisiera asesinarla.

—Yo...yo...yo... lo siento—se disculpó Sophia temblando y con un hilo de voz.

—¿QUÉ CARAJO HACE USTED AQUÍ TODAVÍA Y A ESTA HORA? —espetó Edrick alterado—. ¿Y CÓMO SE ATREVE A ENTRAR A MI OFICINA SIN MI AUTORIZACIÓN? —agregó embravecido, rojo de la rabia.

—Yo...yo...no...pensé que todavía...estuviera aquí—su voz era entrecortada—vi las luces apagadas y solo quise... el habla se le cortó y sus ojos se inundaron de lágrimas—. La conmoción no le permitió hablar con claridad y el desconcierto tampoco.

—¿QUÉ MIERDA QUISO, SOPHIA? — DÍGAME—¿A QUÉ VINO A MI OFICINA? —LE EXIJO UNA EXPLICACIÓN—insistió él fuera de sí.

—SEGURO VIENE A HUSMEAR TUS COSAS, LA ESTUPIDA MOJIGATA ESTA— intervino Shantal fulminándola con la mirada—. TIENES QUE DESPEDIRLA, EDRICK, ESTO ES INAUDITO.

UNIDOS POR CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora