CAPITULO XXX FINAL

17.6K 1K 173
                                    

—Vámonos—le pidió con voz queda a su escolta, una vez que se subió a la lujosa camioneta—. Dirigió sus ojos a la entrada del edificio por última vez y el dolor agudo en su pecho, se incrementó, cuando notó como ella se abrazaba a Sebastián, aquello terminó de lastimar más su ya herido corazón.

No volvería a buscarla, NUNCA.

Steven, quién lo veía atentamente por el retrovisor, notó como sus ojos azules se cristalizaron y enrojecieron, eso lo hizo sentir mal, su jefe de verdad estaba destruido y nunca lo había visto así.

Sophia subió a su departamento junto con Sebastián, quien, los últimos meses, había estado más que atento con ella y su embarazo, aun sabiendo que jamás volverían a ser más que amigos. La notó cabizbaja, triste y con deseos de llorar, bastaba ver sus bonitos ojos llenos de lágrimas y su semblante decaído, para saberlo, así que deduciendo que no era un buen momento para estar con ella e importunar, menos después de verla llegar con su exesposo, decidió acompañarla hasta la puerta de su piso y se excusó alegando que tenía algo más que hacer. No había ella terminado de dar dos pasos dentro, cuando rompió a llorar desconsolada y Jane corrió a su lado.

—Se va, Jane, se va y nunca más lo volveré a ver—sollozó afligida.

Jane no se asombró al escucharla decir aquello, pues era evidente que esa "supuesta" coincidencia en el centro comercial, no fue una casualidad, la realidad, es que, Edrick, había estado buscando a Sophia en el departamento temprano esa mañana y ella no pudo evitar decirle dónde encontrar a su hermana menor, menos cuando lo notó bastante afectado, dolido y, sobre todo, cuando le dijo que quería despedirse.

—No te pongas así, Sophy, por favor, trata de calmarte o le hará mal a ambos— le advirtió la rubia guiándola hasta el sillón.

—Es que no lo puedo controlar, Edrick se va del país y lo más seguro, es que jamás lo vuelva a ver, ni siquiera tuve el valor de decirle que este bebé que espero es suyo—sollozó ahora más.

Jane la tomó de ambas manos.

—Hermanita, estás a tiempo para evitarlo, para rehacer tu vida, díselo, dile la verdad, él tiene todo el derecho de saberlo y es evidente que ustedes dos se aman y mucho, no dejes pasar esta oportunidad, habla con él.

—No puedo, él está con esa mujer, seguramente se van juntos a New York, sino, ¿por qué se iría tan lejos? ¿Por qué dejaría a toda su familia? —y menos, después de todo lo que hizo para conservar su puesto como presidente—. Es obvio que la tal Lilliana, es la única responsable de esa decisión.

—¿Él te lo dijo? ¿Te dijo que se iba con ella?

—No y tampoco se lo pregunté, pero, está más que claro que están juntos, los medios solo hablan de ellos dos, de sus planes, de su futura boda y no sé qué más.

—Ay, Sophy, por favor, los medios nada más inventan cosas porque de eso viven, la mayoría de esas supuestas fotos de ellos dos juntos, son de varios meses y hasta años atrás, no te dejes engañar por noticias falsas y sin fundamento, no dejes que eso te robe la paz y ya deja de ser tan obstinada, búscalo, estoy segura de que ese hombre está loco por ti.

—Si todavía me amara como dices y si es que alguna vez lo hizo, me lo hubiese dicho hoy, Jane, pero no, en cambio, me dijo que se iba para comenzar una nueva vida y es evidente, que, en esa nueva vida, yo no tengo cabida y mi bebé tampoco.

—Pero, Sophy... ¿por qué eres tan testaruda? —reclamó Jane molesta por la terquedad de la castaña—. Edrick ni siquiera sabe que va a ser papá, no puedes decir que no lo quiere en su vida si no se lo has dicho, lo has privado de ese derecho y sabes que eso no está bien.

UNIDOS POR CONTRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora