Capitulo 36

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Mis piernas temblaban, hoy seria oficialmente la esposa de Liam, mi estómago rugió haciendo notar más mis nervios.

— ¿Oh por Dios donde está mi ramo de flores? —pregunte con histeria.

Mi madre, Mikaela, Kaela, Ruth, Emily y Mia se miraron entre ellas, parecía que estuviesen conteniendo una risa, hasta que Ruth exploto, siguiéndole las demás.

— ¿Se puede saber cuál es el chiste? —quise saber enojada.

Todas se quedaron serias, mi madre se acercó a mí besando mis mejillas presionando demasiado, bajo sus brazos y saco debajo de mi brazo el ramo de flores.

—Aquí está tu ramo querida, siempre lo tuviste tú.

Me sentí avergonzada, ahora quien se reía de sí misma era yo, tome el ramo en mis manos y mire el reloj, ya me di cuenta porque las novias siempre llegábamos tarde, los nervios nos hacía perder tiempo en cosas y problemas imaginarios. Pensé en mi vida tiempo atrás, yo era una mujer que no creía en estas cosas, no tenía ilusión alguna en vestirme de blanco y hoy estaba vestida de blanco, y aunque mi embarazo no dejaba mostrar mis atributos de mejor forma estaba orgullosa de enseñar las curvas en mi abultado vientre en honor a mis bebes, mi madre coloco una pequeña corona de flores en mi cabeza, no quería usar nada, pero ella misma se encargó de hacerla para mí así que accedí a llevarla, me volví a mirarme en el espejo, estaba espectacular.

Seguí pensando en cada momento junto a Liam, y en este preciso momento en cómo me sentía, mi felicidad era demasiado grande, y aunque esta era una representación, algo simbólico para mí era súper importante, muchos decían es una pantalla para el público hacer bodas, de hecho llegue a pensar así, a veces cuando no estamos en una situación no sabemos lo que se siente, por eso nos expresamos de la forma errónea, y esta era una experiencia que toda mujer tenía que vivir, claro toda mujer enamorada, pues no soy participe de bodas falsas.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de los violines anunciando la serenata nupcial, mi corazón quería salirse de mi pecho, las chicas se acomodaron para salir en sus turnos, la madre de Liam me abrazo y salió, ella debía de desfilar con Liam, habíamos alquilado un club frente al lago Kobuk en Alaska, en el mismo lugar donde Liam me había propuesto matrimonio la primera vez, decidimos ir al país donde habíamos recibido el regalo de ser padres, el club estaba preparado para que se pudiera observar toda la naturaleza a su alrededor, las chicas siguieron desfilando poco a poco y al fin llego mi momento. Las puertas se abrieron totalmente para mí y empecé mi caminata hacia mi casi esposo, todos los que estaban allí se pusieron de pies, y entonces mi vista se situó en Liam, me dedicaba la mirada más dulce que alguien puede dedicar, sus ojos estaban llenos de amor, y entonces lloro.

—Liam—

Estaba ansioso, el reloj no avanzaba, y cuando al fin lo hace Alexa decide retrasarse, mi chica puntual el día de nuestra boda decide tener pánico, en lo que para mí fue una eternidad, escuche la serenata nupcial, sentí tal nerviosismo que mi vista se quedó un momento en blanco, vi mi madre dirigirse a mí para llevarme al altar, sentí un poco de nostalgia porque tanto el padre mío como el de Alexa no verían este momento, el padre de Alexa había desaparecido de su vida hace mucho tiempo junto a una chica, tenía una nueva familia y mi padre era muy mayor y padecía demencia por lo que estaba en un hospital psiquiátrico.

Me encamine hacia a mi madre y juntos caminamos hasta el altar en espera de la novia más hermosa del mundo, la mujer con más luz que he conocido, sonreí al recordar todos los ataques de ira al no sentirse cómoda con ningún vestido, se decía así misma globo terráqueo, ella no comprendía que era hermosa, que en cada etapa que le había visto le amaba y me fascinaba.

Lujuria AdictivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora