P.S I hate you (Harry Styles) En español.

Capítulo 3.

*Un mes después*

-Así que, si multiplicas en cruz, obtienes el valor de x.- señalé. Copió el problema obedientemente, haciéndome reír. Era un milagro ver como se había tomado enserio sus calificaciones.

-¿Es esto?-señaló, después anotó un par de cosas.

-Mm…Bien. Y si simplificas…-dije mientras apuntaba el resultado final.

-¿Un cuarto?- respondió de cabeza.

-No, la mitad.- dije negando.

-No… si divides esto, obtienes un cuarto.

Levanté la ceja, contrariada.

-¿Estás cuestionándome?

-Joder Blue, hazlo con una calculadora.

-Vale.- resoplé, abriendo de mala gana la calculadora de mi móvil.

Sorprendentemente, el resultado fue 0.25, que era básicamente un cuarto. Fruncí el ceño. Habría jurado que daría la mitad.

-¡Ja! Admítelo, soy más listo que tú.- sonrió descaradamente. Puse los ojos en blanco.-Pronto estaré en clases de cálculo avanzado mientras tú sigues en primero de álgebra.

Me crucé de brazos, fastidiada.

-Tienes suerte, Styles.

Normalmente estudiábamos en su casa, desde que hacía un mes comencé a darle clases particulares tres veces por semana. Había pasado de sacar insuficientes a aprobados que casi llegaban a los notables. Ahora era tan listo como arrogante.

-Vale… ¿Por qué no nos tomamos un pequeño descanso?

-Buen intento, pero tengo que volver a casa dentro de una hora.- señalé.

-¿Por qué? ¿Tus padres piensan que estás estudiando?

-No, les dije la verdad; que estaba ayudando a un amigo con los exámenes.

-¿A un amigo? ¿Eso es lo que soy ahora?

-Esa es la única mentirijilla que les dije.- dije con sorna.

-¿Has mentido por mí?- dijo sonriendo con superioridad.

-No te pases Styles o te clavaré este lápiz en tu bonito culo.-él rió con ganas.

-Quizás mi culo te guste para otra cosa…- dijo en un susurro mientras se levantaba y se ponía justo detrás de mí. Su prominente erección me rozó el trasero. Carraspeé, entendiendo que quería decir.

-Eres asqueroso.

-Pero te encanta.- dijo en un susurro, dándome la vuelta y besándome ferozmente. El estómago me dio un vuelco y me aparté bruscamente. Esto estaba mal.

-Es hora de que lo dejemos.- dije sacudiendo la cabeza mientras cogía mis cosas de la mesa y me dirigía a la puerta.

-¿Qué? Aún no hemos terminado…- sus labios rozaron mi cuello, haciendo que me estremeciera antes su cálido aliento.

-No, no. Me refiero a dejar lo nuestro.- le miré fijamente, pero no pude mantener la mirada mucho más. Sentía que me faltaba el aire. Lo empujé para que me dejara pasar, pero no se movió, aún aturdido por mis palabras.

-¿Qué quieres decir?

-Harry, ¿tienes idea de lo que harían mis padres si supieran que me estoy acostando con el tío más problemático de todo el instituto? Me matarían. Voy a ser aceptada por la universidad de Stanford… y no quiero arruinarlo.

-¿Stanford? ¿California?

-Sí… Lo sé, lo sé, debería habértelo dicho antes. Pero hay más chicas con las que puedes follar ¿sabes?- no dijo nada. Simplemente se quedó mirándome. Sus grandes ojos verdes por un momento me parecieron vacíos, inexpresivos.

-Genial.- dijo finalmente.- Así que ¿no nos volveremos a ver más no?

-Lo siento.- dije lentamente. Hubiera salido corriendo si mis pies me hubieran respondido, pero estaba paralizada.

-¿Sabes qué? Te odio. Joder, te odio. Gracias por hacérmelo pasar bien y también gracias por tus jueguecitos.- me miró muy enfadado. Nadie me había hablado tan fríamente como acababa de hacerlo él. Me empujó para salir fuera de su habitación y desapareció.

No volvimos a hablar desde aquel momento.

Muchas veces deseaba que todo volviera a ser como antes, pero tenía que centrarme en mi futuro… Sólo pensar en mis estudios.

*Día de la graduación- 2011*

-Me gustaría felicitar a una de nuestras estudiantes de honor, creo que por ahora, la mejor. Blue Anderson.- sonreí a las personas que me estaban vitoreando y aplaudiendo mientras subía al podio. Recogí mi diploma y cuatro medallas de Dios sabe qué, pero que harían que entrara directamente en Harvard.

Sonreí a las cámaras que me hacían fotos mientras bajaba del podio y me ponía delante de un atril. Me aclaré la garganta y me acerqué al micrófono.

-Somos la promoción de 2011. Algunos de vosotros, me conocéis desde la guardería mientras que algunas caras son nuevas para mí. Pero de cualquier forma… Todas nuestras diferencias son lo que nos une. En el instituto, es normal ser el mejor o ser el peor, o es ganar o es perder.- mis ojos volaban de un lado a otro, y accidentalmente me reparé en Harry. Las palabras empezaron a salir de mi boca de memoria.- Algunas veces, habrá personas que nos te convengan, pero que te hagan feliz. Hay personas a las que despreciarás…Pero las diferencias son los que construyen a las personas…- dije lentamente, con la mirada perdida.

Antes de que pudiera continuar hablando, los típicos gilipollas de la escuela comenzaron a abuchearme:

-¡Solo quieres llamar la atención!

-¡Eres de plástico!

-¡Puta!

Los gritos llenaron el aire. El micrófono hizo un irritante pitido.

Vi como Harry se levantaba, poniéndose al lado de los gilipollas que lo habían arruinado todo. Riéndose, mofándose.

Se me encogió el corazón, mientras que las lágrimas trataban de salir en aquel embarazoso momento. Y pensar que le había dado lo mejor de mí. Derramé una lágrima que llegó hasta mis labios. Lo odiaba. Odiaba a Harry. Entonces huí, corriendo lo más rápido que podía, fuera del auditorio.

Chillé, y me llevé las manos a los oídos como una niña pequeña asustada.

Odié con toda mi fuerza al imbécil de Harry, por todo.

Ese fue el último recuerdo que tengo de él. Que olvidaría fácilmente.