Taehyung se encontraba sentado frente a un policía que, por el momento, estaba ocupado escribiendo en su portátil.
La preocupación recorría su cuerpo mientras nervioso miraba todo, desde las manos del señor tecleando hasta los bordes de la mesa y el reloj en la pared oscura del fondo.
El castaño no quería estar ahí siendo interrogado, tampoco había querido hacer lo que hizo con la navaja, ni había querido entregarse tan fácilmente.
Simplemente no podía controlar su cuerpo y ahora que por fin era él mismo, estaba atrapado en la comisaría por algo que no había hecho conscientemente.
Flashback
A B R A X A S
Entretenido rasgaba la pintura escribiendo ese nombre, Taehyung no se detuvo aunque las luces y la sirena de un coche de policía llegaban a su espalda anunciando que estaba metido en un lío si no huía cuanto antes.
La puerta del coche abriéndose y una voz firme intentaron ahora llamar su atención, pero él continuó tranquilamente trabajando en su objetivo como si esos gritos no fueran con él.
- ¡Tú! ¡Eh! ¡Qué crees que estás haciendo! -Taehyung continuó dándole la espalda- ¡Eh! ¡Te está hablando la autoridad! ¡Suelta eso de una vez si no quieres empeorarlo!
Entonces, su templanza perturbada por esos gritos, se dignó a girarse para mirar al policía sobre el hombro. Los ojos de Tehyung brillaron de una forma anormal, amenazantes, intimidadores, salvajes.
Automáticamente, ese adulto que nunca había temido a nadie de los que se había topado en su oficio, retrocedió aterrado. Sintió que si se acercaba su vida correría bastante peligro, por lo que titubeó momentáneamente.
Sin embargo, esa era su profesión y no se dejaría amedrantar por un adolescente. O de eso se autoconvenció cuando el chico le volvió a dar la espalda. Tartamudeando insistió, no se rindió a pesar de que temía por su vida.
- M-manos en alto, nos vamos a comisaría
Entonces Taehyung se giró para ver al policía. Su rostro era distinto, se sentía desorientado y temeroso, ahora su mirada era más dócil.
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Stigma
FanficEran adictos a esa amistad que mantenían los 7, con la única norma invisible de no hablar de sus problemas. Tan adictos que estaba comenzando a llegar a un extremo peligroso de amor y mentiras, quebrando lo que ellos habían querido creer como infini...