Eran adictos a esa amistad que mantenían los 7, con la única norma invisible de no hablar de sus problemas. Tan adictos que estaba comenzando a llegar a un extremo peligroso de amor y mentiras, quebrando lo que ellos habían querido creer como infini...
La noche anterior los únicos que terminaron de verdad de fiesta fueron Jin, Namjoon y Taehyung. Bebieron y bailaron hasta el amanecer, ya era hora de volver a casa. Ninguno había podido enterarse sobre a dónde fueron o qué ocurrió con los cuatro desaparecidos del grupo, pero estaban seguros de que era un tema sensible al que no debían meterse.
Kim Taehyung ahora rondaba como un zombie bajo el bloque dónde vivía. La última vez tuvo que afrontar una escena demasiado intensa con su familia, ahora temía entrar y encontrar algo peor, temía que por huir de su vida, su madre hubiera muerto. Respiró hondo forzándose por tomar valor y subió las escaleras oxidadas en dirección a su casa. Él era el único que la podía proteger, no podía esquivar la situación.
Antes siquiera de llegar a su planta, desde las escaleras, ya empezó a escuchar unos fuertes golpes y gritos acompañados de estruendos donde parecían romperse objetos. Su mirada se abrió sorprendida y sus labios temblaron consciente de que eso sonaba peor que la última vez. "Corre, como siempre haces, corre" Se dijo a sí mismo desbloqueándose de ese estado de terror y subió a trompicones las últimas escaleras dirigiéndose a largas zancadas desesperadas hasta su casa. Abrió la puerta de un portazo entrando jadeante.
En el salón no, en la cocina tampoco...Giró llegando al pequeño dormitorio donde su padre zarandeaba del cabello a una magullada mujer, su madre. Veía sangre gotear de su rostro cubierto por la maraña de pelo en que se había convertido su largo cabello negro, vio sus pies desnudos amoratados y con algunos dedos en posición dudosamente saludable, vio su ropa rasgada y sus brazos magullados.
Su corazón latía desbocado, su mente entró en pánico "la va a matar, la va a matar, la va a..." se repitió en bucle dentro de su cabeza mientras intentaba ver qué hacer, su padre estaba descontrolado no parecía querer parar, le asestaba puñetazos en el rostro cuyo estado de gravedad desconocía aún, pateaba su costado y le escupía cómo la iba a asesinar.
Los ojos marrones de Taehyung se tornaron vidriosos repletos de lágrimas apunto de caer, y su mano tomó instintivamente una gran botella de whisky abandonada en un rincón junto a muchas otras miles de otros tipos de alcohol.
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Entonces botella en mano corrió hacia la escena donde empujó del hombro a su padre intentando alejarlo de su madre y alzó la botella para dejarla caer con furia sobre la cabeza de ese hombre, de ese monstruo, de ese maltratador.
La mente de Tae ya no pensaba con claridad, todo se quedó en silencio, solo vió de forma borrosa la expresión de odio que tenía su padre tras recibir su primer ataque en el que se partió la botella, luego le hundió el cristal en el abdomen y empujó y lo volvió a clavar una y otra y otra vez.
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