Capitulo 34

102 4 0
                                    

Bajé del auto y comencé a caminar lentamente pero más cómoda que el día anterior ya que mi vestido ha cambiado por unos jeans y una chaqueta más abrigada y botas taco aguja; las ultimas no tan cómodas pero me hacían ir lento. Sentía el viento sobre mi rostro pero de una manera diferente, sutil, delicado, cálido a pesar del frio. Continuo caminando dejando que el viento se lleve todos aquellos malos recuerdos y deje conmigo solo los hermosos momentos que la vida me ha regalado. Mi cabello vuela libre junto con mi bufanda que cede ante la fuerza con la que el viento sopla este día. Camino cerca de diez minutos y a lo lejos puedo divisar el mirador el cual Dak Ho me mostró un día. Caminé más animada hacia el lugar en donde algo se me hizo muy familiar. Continué caminando hasta llegar.

-¿Cómo sabias que vendría?-pregunté apoyándome en el capó de un auto, con mi vista perdida en dirección a la ciudad.

-Pensé; si voy al puente será obvio que creerá que voy a ir asique querrá ir a otro lugar más lejano, este me pareció un buen lugar-respondió Dak Ho sin dejar de mirar la ciudad sentado en el capó de su auto.

-¿Ji Hae te llamó?-sin despegar mi vista del vacío.

-Así es, estaba preocupada-volvió la vista hacia mí-No llegaste a dormir-me explicó.

Miré su rostro, despegando al fin mi vista, y dando un suspiro algo resignado.

-¿Qué pasó?-analizando mi rostro que había vuelto a observar la ciudad.

-No lo sé, es todo tan extraño-suspiré abrumada.

-¿Tan traumático fue?-preguntó sonriente.

Rápidamente volví mi rostro algo avergonzado en su dirección.

-¿Qué dices?-nerviosa.

-¿Acaso no lo amas?-sin volver su rostro.

-No es eso, es solo que siento que traicioné una parte de mí-con mi vista hacia el suelo-¿Cómo lo supiste?-intrigada por su afirmación.

-Una chica como tú tiene muy pocas razones por las cuales estar sola y analizando esa situación, es una de esas razones. No eres la única con poderes intuitivos-tomando una piedrecita y lanzándola a vacío.

-Ya veo-sonrojada.

-No debes sentirte avergonzada, nada hecho con amor es malo-me tranquilizó volviendo a su lugar.-Menos si te casarás pronto-tomándome un hombro.

-¿Qué yo, que?, no, nadie habló de matrimonio-alterada.

-Créeme que Bon no aguantará mucho tiempo-guiñándome un ojo.

Yo me quedé boquiabierta ante la información que acababa de recibir.

-No, esto es extraño-sin salir de mi asombro.- ¿Dak Ho?-pregunté algo angustiada.

-¿Si?-respondió amable.

-¿Podrías llevarme a un lugar?, está un poco lejos, pero necesito ir allí-rogué.

-Está bien, yo te llevo, ¿Dónde es?-preguntó.

-La cabaña de Bon Hwa-respondí.

-Oh la cabaña, no creo que lo sea, parece mansión-bromeó.

-Así es-coincidí-¿Puedes?-pregunté por último.

-Claro, sube-quitando la alarma de su auto.

Subí al auto y la larga travesía comenzó. El día apenas había avanzado, solo eran las doce del día y llegamos a la cabaña solo pasados cuarenta y cinco minutos debido a la velocidad que Dak Ho ganó durante el recorrido.

Magia de un amor fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora