Capitulo 36

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-¡No puede estar pasando!-me quejé molesta por la suerte que me estaba cayendo encima. Pero continué acelerando a fondo.

(**Relata Wendy**)

Casi como poseída Salí detrás de Araceli, me metí en el auto y comencé la persecución. La lluvia comenzó a caer más fuerte y eso es muy bueno ya que viaja en moto y su carrera se hará más dificultosa. Rápidamente la motocicleta comenzó a ceder hasta que al fin la alcancé.

(**Fin relato Wendy**)

Mi vista se hacía dificultosa debido a la oscuridad y a la lluvia que caía con más fuerza e impregnaba mi casco de gotas. Sin darme cuenta bajé la velocidad y al ver hacia atrás me di cuenta que Wendy me pisaba los talones entonces acelere más a fondo. Por suerte la carretera estaba desierta debido al mal tiempo asique decidí tomar la pista contraria para evitar que Wendy siguiera golpeando mi motocicleta y me hiciera volcar. Traté de esquivarla varias veces pero a lo lejos divisé un auto asique me incorporé nuevamente a la pista correspondiente. De pronto un golpe fuertísimo desde el costado me envió directo al otro auto…

(**Relata Wendy**)

Aproveché la ventaja que había tomado y comencé a golpear la motocicleta con el fin que se detuviera. Me esquivó cambiándose de pista pero luego se incorporó a la pista correcta, entonces, sin que se diera cuenta, me ubiqué en uno de sus costados y la empujé. Lo siguiente no fue específicamente  lo que planeé.

-No puede ser-dije angustiada por lo que había provocado.

La motocicleta cedió ante mi golpe lanzándose directo al auto que venía en sentido contrario. El cuerpo de Araceli pasó por encima del auto quedando tirada inmóvil varios metros lejos del accidente. Detuve mi auto impactada pero al recobrar conciencia de lo sucedido reanudé mi camino, esta vez, huyendo.

(**Fin relato Wendy**)

No puedo moverme, todo es borroso, solo veo las gotas de lluvia rebotar con el asfalto, mi casco está tirado varios metros lejos de mí y mis anteojos a mi lado totalmente destruidos…

…-¡Señorita, señorita!, ¡Una ambulancia!…

(**Relata Bon Hwa**)

-¡Acelera por favor!-estirando mi cuerpo aturdido aún por el efecto de la inyección.

-¡Voy lo más rápido que puedo, pero hay tormenta!-me dijo Dak Ho desesperado intentando ir lo más rápido posible.

-¡Espera!-grité al ver delante de nosotros un desvío-¿Qué es eso?-con un mal presentimiento.

-Creo que es un accidente-respondió inseguro.

-Bajaré a investigar-dije al tiempo que bajaba del auto.

-Voy contigo-anunció detrás de mí.

No me costó mucho divisar y reconocer la motocicleta que estaba totalmente destruida en el suelo casi incrustada en un auto.

-Esa es mi moto-dije angustiado.

Volví mi vista hacia los paramédicos que con rapidez subían un cuerpo a la camilla; era ella.

-¡Araceli!-rompiendo en llanto tratando de pasar por los policías que me impedían el paso.- ¡Mi amor!, ¡Déjenme pasar!-gritaba desesperado-¡Déjenme!, ¡Mi niña!-totalmente desecho.

-¡Bon!-me sostuvo Dak Ho.

-¡Es ella!-Totalmente desesperado-¡Déjenme acompañarla!-imploré.

-¿Es usted familiar de la víctima?-preguntó al fin un oficial acercándose a mi posición.

-Sí, soy su novio-desesperado tranquilizándome.

-Rápido, suba a la ambulancia, no hay tiempo que perder-me informó haciendo que me volviera el alma al cuerpo.

-Voy en mi auto-dijo rápidamente Dak Ho.

Rápidamente corrí hasta la ambulancia y me ubiqué al lado del cuerpo inmóvil de Araceli que no respondía.

-Mi amor-tomando su mano-Aquí estoy-llorando y llevando su mano a mi boca besándola-Todo esto es mi culpa-me culpé apretando fuerte mis ojos.

Su cara estaba totalmente llena de lodo y había moretones por todos lados. Su ropa estaba totalmente rasgada y una de sus piernas tenía una gran quemadura producto del roce con el asfalto y de la rapidez con que salió disparada de la motocicleta. Sus ojos se abrieron levemente solo dejando caer una lágrima.

-Araceli-dije rápidamente.

-Bon-pronunció débil.

-No, no te esfuerces-le dije acariciando su rostro.

-Te amo, perdón-se durmió.

-Mi niña-susurré con pesar.

De pronto la máquina de signos vitales comenzó a sonar de forma indefinida y mi corazón se detuvo.

-¡No!, ¡Vuelve!-apretando su mano con desesperación-¡Vuelve!

Ambos paramédicos, rápidamente, comenzaron a conectar todo tipo de artefactos y agujas en el cuerpo de Araceli que permanecía sin movimiento alguno. Lograron estabilizarla. Rápidamente la ambulancia se detuvo y los paramédicos sacaron la camilla de la ambulancia ingresando de forma ágil en la sala de urgencias. Yo no me apartaba de la camilla

-Hasta aquí puede seguir-me informó de pronto uno de los paramédicos deteniéndome en la sala de espera.

-Está bien -asentí resignado.

Caminé lentamente hasta uno de los muros del pasillo y ahí me deslicé hasta tocar el suelo y sin ninguna expresión en el rostro dejé que mis lágrimas fluyeran. Soy hombre pero esto me duele demasiado para aguantar mi pesar. 

Magia de un amor fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora