Capitulo 39 "Sueños muy extraños"

109 6 0
                                    

-A ver no entiendo de que hablan-reclamé confundida.-Y ya quiero ir a casa-poniéndome de pie solo logrando caer bruscamente al suelo.

-¡Unnie!-corrió Iara en mi ayuda.

-¿Qué me pasa?, me siento débil-me lamenté sin fuerzas.

-No lo sé pero hay que llevarte a casa-Dijo Marcelo tomándome en brazos.

-Estás fuerte-dije sonriendo asombrada.

-Tú has perdido mucho peso-afirmó extrañado.

-Es imposible, hace un día me detectaron mi enfermedad y ya estoy adelgazando-bromeé sonriendo.

-¿Cómo?-dijo Iara extrañada-Unnie, ¿En qué mes estamos?-preguntó ante el rostro de intriga de los demás.

-Diciembre, ¿Por qué?-respondí resignada.

-Unnie, es Abril-me informó Iara dejándome pasmada.

-¿Qué?-dije con un hilo de voz.

-Así es Araceli-recalcó Matilde que estaba intrigada igual que todos.

-No puede ser, solo recuerdo que ayer hablé contigo-señalando a Iara-Y te conté lo de mi enfermedad-sin salir de mi asombro.

-Bueno en casa siguen hablando-interrumpió Marcelo-Miren que habrá perdido peso pero tampoco soy Hulk-aún cargándome.

-Está bien-asentí.

Cuidadosamente me llevó en brazos hasta llegar a casa junto a Iara quien seguía nuestros pasos.

-¡Chicos!, ¿Tan rápido volvieron?-preguntó mamá en la puerta.

-Es que Araceli no se sintió bien-respondió Marcelo.

-Así es, me siento débil-afirmé.

-¡Hija!, ¡Hablaste!-dijo emocionada.

-¿Por qué todos dicen lo mismo?-dije extrañada.

-Creo que sufrió una laguna mental-dijo Iara.

-Quizá el tumor creció-sugerí.

-Quizá, pero ve a dormir hija, mañana iremos al doctor y veremos qué es lo que sientes en tu cuerpo.-Acariciando mi rostro-¡Hija!, has perdido peso-alegre.

-Ya van dos, debe ser verdad-dije resignada.

-Yo también voy a dormir y cuidaré de ella-anunció Iara.

-¡Sí!, noche de chicas-dije con mi voz débil.

-Por hoy no unnie, tienes que dormir y recuperarte bien-me aconsejó.

-Está bien, buenas noches mamá-mientras Marcelo me subía en brazos al segundo piso.

Una vez en la habitación Marcelo me dejó encima de la cama e Iara gentilmente me ayudó a colocarme mi pijama.

-¿De verdad que no recuerdas nada?-me miró Iara desde su cama al lado de la mía.

-No sé qué hay que recordar-respondí confundida.

-Unnie, viviste con Bon Hwa-me dijo frustrada.

-¡Eso es imposible unnie!-me reí por lo absurda de su afirmación.

-¡Si es cierto! Y no te rías también conociste a Kim Shi y a Dak Ho-con un puchero.

-Unnie, sé que es nuestro sueño conocerlos algún día pero no hay que ser tan fantasiosas-tratando de convencerla.

-¡Pero es que si es cierto!-Reclamó de manera infantil.

-Es lógicamente imposible unnie; yo Chile, él Corea, no se puede-expliqué de forma pausada.

-No me creerás nunca, ¿No es cierto?-viéndome con mirada asesina.

-No, creo que no-mirándola con pesar.

-Ok, ya duérmete que mañana nos espera un largo día- volviéndome la espalda.

-Está bien, pero primero-dije gateando por encima de la cama con lentitud debido a mi debilidad hasta llegar al poster de Bon Hwa y besarlo.

-¿Haces eso siempre?-Me dijo Iara mirándome espantada.

-¿Qué tiene de malo?-dije volviendo a mi cama.

-Nada, solo es raro-sonrió.

-Ya duérmete-le ordené sonriendo.

-Está bien-asintió resignada durmiéndose de una vez.

“… ¡Dámelo es mío!… ¡No!...”

Despierto de golpe sentándome rápidamente en la cama y con la respiración muy agitada y una extraña sensación en mi pecho.

-¿Unnie que pasa?-se acercó Iara hasta mí sentándose a mi lado.

-Soñé algo muy extraño-tratando de unir las palabras debido a mi agitación.

-¿Qué?, ¿Qué soñaste?, cuéntame-me preguntó acariciando mi cabello.

-Estaba en una clase de balcón o terraza, me veía muy bonita, Bon Hwa estaba conmigo. Yo le quité una medalla o un collar que llevaba puesto y lo lancé por los aires lejos de su alcance.-con mi respiración más calmada.

-Unnie, quizá no fue un sueño-me explicó pensativa.

-¿Una pesadilla?-extrañada.

-No, un recuerdo-afirmó.

-No, no lo creo y aunque así fuera, me mataría antes de hacer llorar a Bon Hwa-Aclaré con firmeza.

-Aish, que terca eres, bueno, pues ni modo, vuelve a dormir-me dijo volviendo a su cama.

-Está bien-asentí agotada.

Traté de conciliar el sueño lo más que pude pero la agitación me lo impedía hasta que al fin lo logro pero…

“…-Dejo de buscarlo con una condición…

-¿Cuál?...

-Que me digas que no te provoco nada tres veces…

-No me provocas nada…

-¿Y ahora?

-No, no me pones nerviosa.

-¿Y ahora?

-No

-No te creo…”

Despierto nuevamente con la misma agitación pero esta vez en mi rostro se podía ver un pánico enorme. Ya estaba de día. Yo mantenía mis manos en el pecho boquiabierta muy espantada.

-¿Qué pasa?, ¿Volviste a soñar?-dijo soñolienta desde su cama hasta abrir los ojos totalmente.

-Unnie, ¿En verdad piensas que son recuerdos?-sin deshacer mi expresión.

-Sí, ¿Por qué?, ¿Qué soñaste esta vez?-intrigada.

-Aigo unnie-me lamenté.

-¡Cuéntame!-sentándose en frente de mí.

-Estaba yo acorralada entre el cuerpo de Bon y la pared…

-¿Y?...-entusiasmada.

-Bueno entonces el comenzó a acosarme, se acercó a mi cuello y eso…

-Ahá…-desesperada.

-Y si lo que dices es cierto, que son recuerdos y no sueños, pues, creo que ya no soy virgen-mirándola espantada a los ojos.

Magia de un amor fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora