Capitulo 28

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El día transcurrió tranquilo, Dak Ho y Ji Hae me pusieron al día en cuanto a las dos semanas que había pasado inconsciente y me contaron que las fotografías de Bon y yo ya habían sido publicadas y ,como siempre, las fans se dividieron en las que les encantaban y otras que no tanto. La cosa es que ya no me importaba nada que tuviera que ver con Bon Hwa aunque aún me quedaba dando vueltas un asunto pendiente.

-¿No sabes si Kim Shi vendrá hoy?-pregunté algo ansiosa a Ji Hae.

-Dijo que si lo haría, pero, ¿Por qué quieres verlo con tanta urgencia?-me dijo Ji Hae con sus manos en la cintura esperando una respuesta.

-Es algo que me urge hablar con él-preocupada.

-Si quieres le hablo para avisarle que despertaste y que quieres hablarle-me sugirió.

-Te lo agradecería un montón.

(**Relata Iara**)

Ya hace un par de semanas que llegué a Chile y hasta el momento todo tranquilo. A penas llegué al aeropuerto en Santiago de Chile, tomé un taxi hasta la terminal de buses. Una vez ahí me dirigí a las ventanillas en donde, amablemente, me indicaron donde debía de comprar el boleto para el bus que me llevaría a mi destino final; Nacimiento. Araceli me debe una bien grande; debido a que el avión llegó de madrugada a Santiago, debí esperar una hora de frio para por fin tomar el bus que me llevaría a Nacimiento. Por suerte, como es de noche y los buses simpáticos estos, incluyen almohada y una colcha bien calientita, me dormí hasta el siguiente día. Cuando desperté, algo desorientada le consulté al cobrador mi ubicación y me informó que faltaban unos minutos para estar ya en la ciudad.

-Ya llegamos-me avisó pasados unos minutos.

-Oh, muchas gracias-sonreí.

Esperé a que el bus se detuviera por completo y me levanté de mi asiento. Bajé del bus y miré mi reloj

-Las nueve y treinta-susurré- Es temprano aún.-con un puchero.

Me quedé parada un momento y pensé

-¿Dónde estoy?-mirando en todas direcciones.

Tomé un taxi que estaba estacionado ahí mismo en la terminal, que estaba desierta y le pedí que me llevara al centro de la ciudad.

-Mmm…disculpe-le dije sutilmente al conductor.

-¿Qué pasa?-me respondió.

-Soy extranjera y me gustaría conocer un poco ¿Dónde puedo ir?-algo abrumada.

-Mmm…difícil mi niña-me respondió amable-Mire-me dijo con respeto-Yo la dejaré en un lugar que es típico de acá; es el fuerte de Nacimiento. Usted pasea por ahí y después sigue una calle que se llama San Martin que ahí va a poder ver todo el centro. Para que me entienda mejor, el centro comercial de la ciudad es toda esa calle hasta el Cristo que se le hará fácil verlo.-me explicó.

-Aigo-susurré asombrada

El viaje continuó hasta que al fin llegamos al sitio indicado.

-Ya, mire-me indicó-Aquí está el fuerte-me explicó-Y después usted sigue por esta calle y puede conocer todo el centro de la ciudad-indicándome una calle que estaba justo delante del fuerte.

-Muchas gracias señor, ¿Cuánto le debo?-dije asombrada aún.

-Tranquila, por ser nueva, este viaje fue cortesía de la casa-bromeó.

-¡Oh, muchas gracias señor!-dije bajando del taxi.

Bajé y comencé a recorrer el famoso fuerte, que solo me parecía una plaza, pero que tenía una vista increíble. Paseaba tranquilamente con mi maleta, ya que mis papás insistieron que un bolso era muy pequeño, cuando de pronto un grupo de chicos comenzó a bromear en mi dirección con halagos; son demasiado cariñosos aquí creo. Me sonrojé, pero seguí mi camino sin tomar en cuenta sus comentarios incómodos; ¿Cómo se dieron cuenta que no era del lugar?, oh claro, la maleta. De pronto en medio del grupo extrañamente un rostro se me hizo conocido. Me quedé observándolo fijamente hasta que al fin lo reconocí; Marcelo. Sin darme cuenta los ojos de Marcelo se habían clavado en mí, analizándome lentamente y acercándoseme.

Magia de un amor fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora