Capitulo 35 "Cuando todo iba bien"

103 6 0
                                    

Me pongo de pie debido a que ya comenzaba a hacer frío y pronto comenzaría a llover. Camino hacia la casa y el sonido de mi celular me saca de mi relajación; mensaje.

“Hola, hace tiempo que no hablamos, supongo que sabes quién soy, bueno tu si sabes quién soy pero yo no Tae Ji Eun, Alice o debo llamarte Araceli…En fin si quieres volver a ver a Bon Hwa debes venir a una casa abandonada que está casi a medio camino de la cabaña a la ciudad, la acabas de ver, seguimos tus pasos hace mucho y sabemos exactamente qué cosas has hecho por estos días…Te esperamos”

Sentí como se anudó de pronto mi estómago ante la desesperación de esto que me acaba de suceder.

-Tranquila, esto debe ser un juego-tranquilicé mi conciencia- Llamaré a casa y me aseguraré.

Maqué rápidamente el número de Bon Hwa pero no importaba cuanto lo intentara; estaba desconectado. Intenté llamar al teléfono de la casa pero no había respuesta.

-Bon Hwa-desesperé-¿Qué hago?-respirando más rápido.

Mi corazón comenzó a latir rápido y de inmediato se me vinieron a la cabeza los recuerdos de sus cuidados en el hospital y tomando valor me decidí. Corrí dentro de la casa, tomé mis botas y corrí hasta la bodega que estaba cerca del lago. Al llegar me percaté que estaba con candado asique con la ayuda de un hacha que estaba a un costado de la bodega lo rompi y la abrí rápidamente. Me metí dentro y saqué con cuidado la motocicleta pero titubeé.

-Aigo, estoy muy alterada, apenas hace un tiempo me operé, si me golpeo puedo morir-me tranquilicé un momento-No, él lo dio todo por mí, no lo dejaré. Te salvaré Bon Hwa.

Rápidamente me subí a la motocicleta, me puse el casco y comencé mi rescate. Antes de salir lancé las llaves dentro de la cabaña del cuidador y salí.

A penas llevaba cinco minutos de recorrido a toda carrera y en el casco comienzan a notarse pequeñas gotas de agua.

-¡Ahora no!-me quejé con furia acelerando.

Sin tomar en cuenta el riesgo pasé varios carros para poder llegar más rápido a mi destino ya que se había comenzado a oscurecer y jamás he conducido de noche. El alivio se comenzó a apoderar de mí cuando a lo lejos divisé un galpón muy grande abandonado.

-Supongo que ese es-tomando el camino que me llevaba hasta el gran edificio abandonado.

Bajo de la motocicleta y como precaución guardo en medio del brazo de la chaqueta una barra de metal bastante resistente; nunca se sabe. Finalmente tomo un poco de aire y entro en la gran y deteriorada construcción.

(**Relata Dak Ho**)                                 

-Es una trampa-dijo totalmente agotado, tratando de unir las palabras.

-¿A qué te refieres?-alterado.

-Araceli, ¿Dónde está?-tratando de levantarse solo logrando caer al suelo con brusquedad.

-Está en tu cabaña, me pidió que ahí la dejara-tomándolo nuevamente ayudándolo a ponerse en pie.

-Hay que ir por ella-desesperado tomándome por el cuello.

-¿Por qué?, ¿Qué pasa?-confundido.

-¡Hye So, preparó una trampa junto a Wendy y no sé qué otro tipo!. Me inyectó algo que me inmovilizó por algunas horas, recién acabo de recobrar el movimiento-agotado total.

-Ven, vamos tenemos que ir por ella, se fuerte-afirmándolo con fuerza para que lograra moverse.

-Vamos-asintió.

Con ayuda del conserje logramos rápidamente estar en el auto y salir al fin en busca de Araceli.

(**Fin relato Dak Ho**)

Lentamente, pero segura, ingresé en el gran edificio que estaba completamente desolado. En su interior solo se podía oír el eco de mis tacones y de las gotas de lluvia que habían comenzado a caer con más fuerza.

-¿Bon?, ¿Bon Hwa?, ¿Dónde estás?-tratando de ver en medio de la oscuridad.

-¿Bon?, ¿Bon Hwa?-se burló una voz detrás de mí.

Me volví rápidamente y pude identificar de quien se trataba; Hye So.

-Hye So-dije sorprendida.

-La misma-sonrió de forma maliciosa.

-¿Dónde está Bon?, ¡¿Dónde lo tienes?!-exigí enfurecida.

-Mmm… ¿Qué pasa?, ¿Tienes miedo?-escuché una segunda voz proveniente de otra dirección.

-¿Wendy?-mirando en dirección a la segunda voz.

-Así es, aquí estoy-apareciendo de entre la oscuridad.

-Te dije que me las pagarías-oí una voz masculina hablar al tiempo que unas tenues luces se encendían en el centro donde yo me encontraba de pie.

Observé en dirección a la última voz y pude reconocer con claridad el rostro del delincuente de aquella vez.

-¿Tu?-sonreí de forma burlesca.- ¿Dónde está Bon?-volviendo mi rostro hacia Hye So.

-En su casa, durmiendo plácidamente gracias a una droga que le inyecté-me explicó Hye So dejándome helada.

-Y tu creíste todo-se burló Wendy ante mi rostro nervioso.

-Hace un par de meses envié a este sujeto a espiar tus pasos y hacerte la vida imposible en lo que se pudiera, pero en la primera oportunidad que se presentó, tú lo enviaste, de una deshonrosa forma, a pasar una noche a la cárcel; no podía dejarlo sin su merecida revancha.-me explicó Hye So haciéndome recordar el espía fuera de casa de Ji Hae.

-Y mira qué suerte me ha preparado la vida-prosiguió Wendy juntando sus manos con gusto-El destino consiguió juntarnos y con un mismo objetivo; odiarte.-volviendo su rostro hacia mí.

-No entiendo por qué tanto odio en mi contra-sonriendo en silencio.

-¿No entiendes?-preguntó Hye So indignada-Te explico-acercándose a mi posición-A ese hombre le robaste el orgullo-apuntando al delincuente-A esa chica le estorbas porque tienes algo que ella quiere-apuntando a Wendy-Y a mí-mirándome fijo a la cara-A mí acercándose mucho-Me robaste lo que siempre me perteneció- desafiándome.

-Primero que todo-respondí de forma tranquila sin alteración en mi tono de voz-Bon Hwa nunca te perteneció y que pena por ti pero él me eligió-haciendo que sus ojos se repletaran de odio-Y segundo…-No terminé de hablar y sin que se diera cuenta mi puño impactó su perfecto rostro de modelo consentida-¡Me lo debías!-grité mientras me alejaba del lugar seguida por Wendy y aquel tipo.

Rápidamente saqué de mi manga la barra de acero que guardé por si la necesitara y la lancé impactando con éxito la cabeza del tipo, pero Wendy continuaba la persecución en mi contra. Corrí con todas mis fuerzas hasta llegar a mi motocicleta, me puse el casco y la eché a andar. Rápidamente llegué hasta la carretera y comencé mi huida hasta la ciudad. El cielo estaba completamente oscuro y casi como en una película de terror, comenzaron a sonar truenos que acompañados por la lluvia hacían más dificultoso mi escape.

Magia de un amor fugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora