Venganza

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El collar plateado con un colgante grande en el medio, en el cual por un lado había un diamante y por el otro una inscripción, seguía allí, en la encimera. La chica lo había dejado sobre esta con miedo. Bruce y Brooke lo miraban estupefactos. Hacía que no lo veía años, pensaba que estaría roto o que ni siquiera existiría ya y en el momento menos indicado vuelve a aparecer. Y había aparecido por obra del Joker, lo que le daba aún más mala espina. Tenía un nudo en la garganta y sentía como millones de lágrimas se le acumulaban en los ojos, pero no quería llorar. No quería hacerlo allí.
Bruce estaba más o menos igual. Hacía que no veía ese collar al menos quince años y ni siquiera se acordaba de él, no pensaba que algo pudiese tener tanto significado para él. Quería hablar, intentar decir algo para suavizar la situación, pero por más que quería no salía ningún de su garganta. Era como si sus cuerdas vocales hubiesen dejado de funcionar. Cuando su hija lo sacó, pasaron por su cabeza aquella noche en la que se lo regaló a Juliet. No creía recordarla tan bien.
Brooke se levantó de su silla cogiendo el collar. No quería estar allí. No es en ese momento. Necesitaba pensar, recordar. Y si lo hacía allí lo más seguro era que acabara llorando. Pero una mano se lo impidió. Bruce no quería dejar la situación así. Para él era también difícil, además entendía el dolor de su hija. Él también había visto como asesinaban a sus padres.
-Brooke, no te vayas -dijo con voz firme sosteniendo el brazo de su hija para impedir que se fuese-.
-¿Y por qué he de quedarme aquí? -preguntó ella aún de espaldas a él. Se le empezaba a quebrar la voz-.
-Porque hablar también es bueno para soltar todo lo que uno lleva dentro.
"Tú no entiendes nada", pensó la chica con rabia haciendo grandes esfuerzos para no llorar. Sabía que eso en parte no era cierto. Por lo que sabía, sus abuelos también habían sido asesinados delante de su padre. Él también se quedó huérfano siendo un niño. Pero no entendía lo que sentía por su madre. Él nunca había estado enamorado de ella.
-No necesito hablar -murmuró la adolescente, empezaba a serle realmente difícil el no llorar y continuó sin darse la vuelta, pues sabía que su cara diría todo lo contrario-.
Brooke no solía hablar de sus sentimientos con nadie. Desde que murió su madre, no lo hacía prácticamente con nadie. Alguna vez comentaba con la tía de su madre cosas, pero todas sin importancia. Lo que realmente le dolía siempre se lo había guardado para ella. Bruce entendía que le fuera difícil hablar, para él muchas veces lo era. Pero si en algo le estaba agradecido a Alfred era que siempre conseguía tranquilizarlo y consolarlo.
-Creo que si me das la espalda es porque quieres ocultar algo, posiblemente serán lágrimas -opinó Bruce-. Brooke, yo también vi morir a mis padres. Sé lo que se siente.
De pronto la chica cayó en la cuenta de algo. Nunca le había contado a su padre como había muerto su madre. ¿Cómo era posible que dijese eso?¿Quién se lo había contado si no había sido ella? Se giró lentamente hasta quedar totalmente al frente de su padre. Las ganas de llorar habían disminuido por unos instantes. Ahora miraba a Bruce con los ojos entrecerrados, intentando adivinar lo que quería saber.
-¿Cómo sabes que vi morir a mi madre? -preguntó en un susurro-.
Bruce se quedó un instante callado. Nunca le quiso preguntar a Brooke sobre lo que le había pasado a Juliet, así que había decidido preguntar al comisario Gordon. Pero estaba claro que ese era el momento de hablar de ello. Tenía que ir despacio, sin comentarios bruscos, siendo todo lo sincero que podía ser. Cualquier cosa podría hacer estallar a Brooke.
-Quería preguntártelo a ti, pero no sabía si te resultaría incómodo hablar del tema... -hizo una pausa antes de desvelar su fuente-. Le pedí información a James Gordon. Sabía que él al menos habría escuchado algo sobre el caso. Y tuve más suerte de lo que pensaba... Resulto que él mismo se había encargado del tema.
Brooke asintió. ¿Cómo no se le había ocurrido antes?¡El comisario Gordon, por quien Alice era ahora su mejor amiga! Tenía que haberlo pensado.
-Entonces no creo que tenga que contarte lo que sucedió.
-Bueno, si no quieres no hace falta... James sólo me contó lo que descubrió la policía, me gustaría escuchar tu versión -comenzó a decir el hombre tímidamente, pero al ver que su hija ponía mala cara cambió de opinión-. Pero como ya he dicho que no es necesario. Tampoco quiero forzarte, simplemente no quiero que estés sola.
Brooke relajó un poco la cara. No quería contarlo, quería irse de una vez a su cuarto y estar tranquila. Y si hacía falta, llorar para sentirse mejor. Pero por otra parte sabía que no podría pasarse la vida guardando eso como si fuera un secreto. Formaba parte de su pasado y aunque le doliese, tendría que intentar superarlo algún día. De repente, se le ocurrió algo. Miró a su padre tímidamente.
-Te lo contaré -anunció, Bruce relajó los músculos de la cara aliviado-, pero con una condición.
-¿Cuál? -preguntó algo asustado-.
-Que me cuentes lo que les pasó a tus padres.
Bruce volvió a fruncir el ceño. Eso no le hacía tanta gracia. A pesar de que hubiera pasado ya unos cuantos años, le seguía resultando difícil hablar del tema.
-Entiéndeme, de ese modo estaremos en igualdad de condiciones -dijo Brooke convencida-.
Bruce entendía a su hija. Quería escuchar su versión, así que asintió y se sentó en uno de los taburetes, parecía que esto iba para largo. Cogió la caja de la pizza y la abrió. Ya venía partida en porciones. Instó a su hija a que se sentase en el taburete que tenía al lado. Ella lo hizo.
-Creo que empezaré yo -dijo Bruce mientras cogía un trozo de pizza y se lo ofrecía a Brooke, luego cogió otro para él-. Yo tenía alrededor de nueve años cuando pasó... Creo recordar que era miércoles. Íbamos al teatro a ver una ópera. Nunca me han gustado mucho, pero por esa época me gustaban aún menos porque algunas escenas me daban miedo -el hombre hizo una pausa antes de continuar-. En un momento dado, no podía aguantar más y mi padre se dio cuenta. Me preguntó que si quería que nos fuéramos, al decirle que sí él accedió sin ningún problema y avisó a mi madre. Cuando salimos, mi madre preguntó si había vuelto a tener miedo, pero a pesar de todo mi padre me encubrió y dijo que había sido problema suyo -Bruce empezó a hablar más bajo y pausadamente. Aquella parte era la que más le costaba contar-. Salimos por la puerta trasera del teatro, que daba a un callejón abandonado
Brooke notó como su padre se ponía tenso. Debía estar cerca el momento en el cual murieron sus abuelos.
-De repente apareció un mendigo, no recuerdo haberle visto aparecer por ningún lado, y nos amenazó con una pistola mientras les pedía dinero y todo lo que fuese de valor a mis padres. Mi padre intentó tranquilizarme y darle todo de forma pacífica para que se fuese, pero sin embargo, él los disparó y nadie apareció para poder socorrerles.
Bruce tenía la mirada perdida. Hacía muchos años que no tenía que contar la historia. Todo Gotham lo sabía, había sido un suceso muy señalado. Y nadie más había pedido que se lo volviese a contar. Probablemente no lo hubiese hecho si no se encontrase en esa situación.
-¿Y a ti no te hizo nada? -preguntó incrédula Brooke sacando a su padre de sus pensamientos-. ¿Por qué no pudieron socorrerlos?¿Tanto tiempo tardó la policía?
-No, a mí me dejó allí, en el suelo... Yo no sabía que hacer y tarde en reaccionar y llamar a la policía. Recuerdo que al llegar a la comisaría fue el mismo comisario Gordon quien intentó consolarme, por aquellos tiempos él estaba empezando... -rememoró Bruce, sintió un pinchazo en el pecho-. Todos los días no puedo evitar pensar que si hubiese ocultado el miedo que tenía a las óperas en aquel teatro, ellos aún podrían estar vivos.
-L-lo siento -musitó Brooke, realmente no sabía que decir-.
Bruce dejó de mirar un punto fijo de en la pared para volver a mirar a su hija. Relajó el gesto de la cara.
-Es lógico, seguramente tú también tendrás el mismo sentimiento de culpa, ¿me equivocó?
La chica negó levemente con la cabeza y entendió que ese era el momento de saldar su parte del trato.
-Cuando mi madre murió yo tenía ocho años. Estábamos en casa cuando sucedió -comenzó a explicar la chica mientras cogía aire suficiente-. Ella estaba en su dormitorio, terminando de prepararse para ir al trabajo, mientras yo desayunaba y veía la tele, estaba viendo Tom y Jerry. Cuando ella terminó, salió y me dijo que cogiese mi mochila. Lo hice sin rechistar. La verdad es que ir al colegio me gustaba bastante -Brooke sonrió levemente al recordar eso, inmediatamente dejó de hacerlo-. Íbamos hacia la puerta cuando algo empezó a golpearla con fuerza. Mi madre pensó el casero, ya que no teníamos mucho dinero y a veces nos retrasábamos con el pago del alquiler.
De repente Brooke paró. Estaba nerviosa, con lágrimas en los ojos y mirando fijamente la encimera. Paso un dedo por cada de sus ojos, retirando las lágrimas para no llorar y continuó.
-Al final, la puerta cayó al suelo por los golpes y entraron en ella tres hombres: uno con la cara pintada de payaso y otros dos enmascarados; los tres llevaban pistolas. El primero en entrar en el piso fue el Joker. No paraba de decir cosas como: "hay que arrebartarle lo que algún día será más importante para él" -recordó Brooke con los ojos entrecerrados-. Se acercó a mí, me miró a los ojos y me dijo: "¿Por qué tan seria?¿Sabes quién me hizo estas cicatrices? Mi padre era un animal, un borracho. Todos los días llegaba a casa con varias copas de más y le pegaba palizas brutales a mi madre. Un día, cogió un cuchillo y la apuñaló enfrente mío. Al verme allí parado mirándolo asustado y llorando, me preguntó: '¿por qué tan serio?'. Y para que pareciese que estaba sonriendo, me hizo estos cortes" -contó mientras imitaba lo mejor que podía la voz del Joker-.
Bruce se estremeció. La historia era escalofriante, como sacada de una película de miedo. El odio que sentía hacia el Joker aumentaba cuanto más contaba su hija.
-Después, paso a mirar a mi madre, que me había agarrado y puesto detrás suyo cuando el Joker me dejó en paz. Y sin ninguna explicación, sin ninguna historia, disparó. Cuando llegó la ambulancia fue demasiado tarde, le había dado en el hígado y había perdido demasiada sangre.
A pesar de no intentar llorar, una lágrima se le escapó y surcó la mejilla de Brooke.
-Si estoy metida en todo esto es para conseguir que se vengue su muerte -dijo con rabia-. No pienso permitir que el Joker se salga con la suya.

La hija de BatmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora