¿Para qué caemos? Para levantarnos

3.2K 199 31
                                    

Había pasado ya alrededor de un mes desde que Gotham se había librado del Joker y de Bane, desde que el peligro de aquella bomba había sucumbido y desde que Batman desapareciese del mapa para siempre. Brooke Wayne se había quedado totalmente huérfana. O al menos eso pensaba ella.

Tres días después de que Bruce muriese sacrificándose por la ciudad y las millones de vida que vivían en ella, se celebró un funeral íntimo al que sólo acudieron Brooke, Alfred, que había vuelto tras enterarse de la noticia, Selina, Alice, Gordon y Blake. El mayordomo paso a ser a partir de ese momento el tutor legal de Brooke, como lo había sido de Bruce al morir los padres de éste. El hombre se encontraba confuso y dolido, al igual que todo; pero especialmente mal por haberse ido antes de que terminase la guerra y sin haber intentado que Bruce hubiese entrado en razón. El funeral se había celebrado en la Mansión Wayne; exactamente en el pequeño panteón que había en el jardín de la mansión donde era tradición enterrar a todos los miembros fallecidos de aquella legendaria familia.

La ciudad estaba más tranquila. Poco a poco se iban reconstruyendo los edificios que había sido derruidos y arreglando los destrozos causados por Bane y el Joker. La ciudad iba recobrando el aire medianamente tranquilo de antes de que todo aquello sucediese. Los dos cabecillas de aquella improvisada guerra no habían podido ser juzgados, ya que los dos murieron en el campo de batalla. Sin embargo, todos aquellos que los ayudaron fueron juzgados y condenados.

El comisario Gordon no fue destituido a pesar de lo que Bane descubrió e hizo a saber a la ciudad sobre la verdadera muerte de Harvey Dent. La ciudad, al ver que él fue uno de los que paró el ataque, decidió democráticamente que él continuase en el puesto. Y Blake había sido ascendido hasta ser el segundo de Gordon, ya que Foley murió durante el ataque. Éste visitaba siempre que podía a Brooke. Bruce era su amigo y se sentía en la obligación de proteger a su hija.

Alice también visitaba mucho a Brooke. Dentro de un mes, cuando todo estuviera más en orden, comenzarían el nuevo curso y, con él, los tres últimos años de instituto. La mejor amiga de Brooke fue al funeral de Bruce para animar desde más cerca a su amiga y se había propuesto aumentar el número de amigos de ésta para que pudiese superar mejor la muerte de su amiga.

Selina y Alfred cuidaban de la Mansión Wayne y se encargaban de Brooke, aunque la chica se hacía cargo de ella sola bastante bien. Con la ayuda de la tabla de rasa y el anillo de Wioko que habían conseguido encontrar en la guarida de Bane, Selina había podido borrar sus datos de las bases de datos de las comisarías y ahora era libre. Ya se notaba como la chica era más libre y se encontraba más independiente. Había dejado de robar y había abierto una empresa de publicidad. Aún así se notaba como la muerte de Bruce la había afectado también a ella. Había encontrado al único hombre que la había ayudado sin tener que acostarse con él; el único, además de Brooke, que le había permitido empezar de cero incluso antes de encontrar la tabla de rasa. Y se había esfumado en tan poco tiempo que incluso un parpadeo parecía durar más tiempo que el que ella pudo estar con él.

Brooke seguía muy dolida por la muerte de su padre. Si él no se hubiese sacrificado ella no seguiría viva, pero ella lo necesitaba a su lado no como un simple héroe en las leyendas que ahora rondaban por Gotham sobre Batman. Ahora era huérfana de padre y de madre y, a pesar de tener a tanta gente ayudándola a pasar aquel mal trago, se sentía más sola que nunca. Desde el final de la guerra apenas había habido delincuencia en la ciudad, pues los ladrones tenían miedo de que la justicia creyese que eran compinches de Bane, así que en las últimas semanas casi no había tenido que echar una mano a la policía como Negrix. Pero aún así seguía entrenando siempre que podía para evitar perder la forma.

Además, se sentía algo engañada por S.H.I.E.L.D. Desde que había salvado el Teseracto de las manos del Joker ellos no se había dignado a aparecer para darle aunque fuesen las gracias. Creía que al menos ellos se lo agradecerían; o mejor aún, que le darían algún puesto en la organización. Quería estudiar, pero también quería seguir salvando las ciudades de delincuentes. Pensaba que para algo debía servir su poder y creía que había encontrado para qué. Defendiendo a personas inocentes se sentía bien y segura.

La hija de BatmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora