Industrias Wayne

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Al día siguiente, Brooke se despertó sin saber donde estaba. Se sentó con cuidado en la cama y miró detenidamente la habitación. Unos instantes después se acordó de que estaba en la mansión Wayne y que Bruce Wayne era su padre. Una tímida sonrisa se le dibujo en el rostro. Nunca se había imaginado siendo multimillonaria, y de un día para otro lo era.
Se estiró y se levantó de la cama. Por fin, después de unas cuantas noches sin dormir gracias a unos ladrones indeseables, había podido descansar. Caminó un poco por la habitación. Se acercó a la estantería. En ella había algunos libros que no conocía y otros que había puesto ella el día anterior, entre ellos un par de álbum de fotos que había recuperado de la casa de su madre.
Después, cogió un poco de ropa y fue al baño que estaba en frente de su habitación. Tras ducharse, vestirse y guardar de nuevo el pijama en su cuarto, decidió bajar a la cocina. El día anterior Alfred le había dicho que podía desayunar en su cuarto, pero ella prefería hacerlo en la cocina.
Así que, vestida con unos vaqueros, una camiseta de su grupo favorito y sus inseparables converse, caminó por el largo pasillo hasta las escaleras que llevaban al piso de abajo. Y haciendo memoria de lo que había visto el día anterior, consiguió llegar a la cocina. Allí se encontraba Alfred leyendo el periódico.
-Buenos días, señorita -saludó amablemente Alfred mientras le servía el desayuno a la chica, quien estaba sentada en la mesa-.
-Buenos días, Alfred -respondió Brooke con una sonrisa-. ¿Ha pasado algo interesante? -preguntó mientras señalaba el periódico con la mirada-.
-Si se refiere a Negrix, no han publicado nada sobre ella -informó Alfred, que parecía haberle leído la mente a Brooke, que le miraba extrañada-. Aunque sí que aparece usted.
Si Brooke ya estaba sorprendida de que Alfred le mencionase a Negrix, que dijese que ella aparecía en el periódico le parecía de lo más extraño. Él, como si volviera a leer la mente de la chica, abrió el periódico por una página y se la enseñó. Brooke lo cogió y se leyó el titular de la noticia: "se confirma que Bruce Wayne, el playboy multimillonario, tiene una hija de 15 años". Y como foto aparecían ella y su padre saliendo del hospital.
Brooke entreabrió un poco la boca. Lo más seguro es que a cualquier chica de su edad le gustase aparecer en el periódico, pero a ella no le hacía ninguna gracia. Siempre había pasado desapercibida y que todo Gotham la conociese ahora como la hija de un multimillonario, la ponía nerviosa.
-Se acostumbrará -le animó el mayordomo al ver su reacción-.
-Sí, sí, claro -dijo un poco nerviosa Brooke, antes de recordar algo-. Perdona, Alfred, ¿pero por qué antes has mencionado a Negrix?
-El señor Wayne me habló ayer de su amistad con la misteriosa superheroina -explicó el hombre-. Espero que no le moleste que lo sepa.
-No me molesta, aunque agradecería que no saliese de esta casa.
-No se preocupe, soy una tumba -aclaró con una sonrisa Alfred-.
En ese mismo instante, Bruce entró en la cocina aun en pijama y somnoliento. Con cuidado se acercó a una de las sillas de la cocina, y se sentó. Brooke le miraba divertida.
-Señor Wayne, parece que el hecho de madrugar no le viene muy bien -bromeó Alfred mientras le preparaba un café-.
Brooke sonrió mientras Bruce se dedicaba a intentar despejarse. Pocos minutos después, Alfred le dio el café y algo más de desayuno; y por fin comenzó a ser otra vez el de siempre.
-Pues si que nos cuesta despertarnos -dijo divertida Brooke-. Si es que trasnochar no es bueno...
Bruce sonrió de lado.
-Pensaba que los adolescentes no madrugaban cuando estaban de vacaciones-comentó él mientras sorbía un poco de su café-.
-Siempre hay excepciones -sonrió la chica-. Por cierto, ya se sabe que eres padre -le informó dándole el periódico a Bruce abierto por la página de la noticia-.
El hombre miró extrañado a la chica y cogió la prensa. Tras leer la noticia, resopló.
-Nunca te dejan en paz... Será mejor que te vayas acostumbrando a ellos -le aconsejó a su hija, quien asintió levemente-.
Bruce volvió a bajar la mirada a la mesa, cogió su taza de café y le dio otro sorbo. Brooke cogió de nuevo el periódico y lo cerró para poder leer la portada. Leyó el titular: "El famoso The Joker, regresa a las calles de Gotham". Bajó un poco la vista y se topó con la mirada del asesino de su madre. Tensó la mandíbula.
-Vaya, ni que hubieras visto al diablo en la portada... -bromeó Bruce al ver la cara de Brooke-.
-Al diablo no, pero sí a su mejor amigo -dijo la chica enseñándole la portada-.

La hija de BatmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora