Pillada de nuevo

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Eran alrededor de las dos de la madrugada en Gotham. Toda la ciudad dormía, o al menos eso parecía. Una figura fina y elegante se movía por los techos de los edificios de la ciudad con sigilo, como buscando algo. Negrix buscaba a Bane y al Joker, había conseguido averiguar que esa noche tenían pensando atacar de nuevo un banco; querían más dinero, más poder. De momento estaba ella sola, si se lo hubiese dicho a Bruce no la habría dejado ir a investigar más. Había quedado en la azotea del edificio de Industrias Wayne con Catwoman. Sabía que su padre había hablado con ella. Le había encargado que se buscase a Fox. Brooke confiaba en ella, sobretodo si tenía en cuenta que ahora Selina tenía la tabla de rasa en su poder. Pero quería cerciorarse de que el plan le había quedado claro.
Voló por los cielos de Gotham sin mostrar totalmente sus poderes. Si volaba como una bola de fuego todo el mundo la vería, y eso era lo último que quería. Mientras sobrevolaba la ciudad se cercioraba de que el resto de la ciudad estuviese medianamente en orden. Cuando se acercaba al edificio, comenzó a bajar poco a poco. Y cuando llegó a la azotea, aterrizó con cuidado. Unos metros más allá vio otra figura que se acercaba a ella. Por como iba vestida supo que era Selina.
-Me alegro de que no te matasen -dijo Selina en forma de saludo-.
-¿De verdad esperabas que me matasen? -preguntó Brooke levantando una ceja con una mueca divertida-.
-Realmente no, tenía un peor augurio para Batman -confesó la chica, pero rápidamente cambió de tema-. Bien, ¿para qué me has llamado? Bruce ya me pidió que buscase a Fox.
-Quería cerciorarme de que el plan había quedado suficientemente claro.
-Sí, si piensas que voy a volver a dejaros en la estacada te equivocas.
-No sería tampoco la primera vez que dices esto -recordó Brooke volviendo a levantar las cejas levemente-.
Entendía en ciertos aspectos a Selina, y era una de las personas en las que más confiaba, pero por otra parte no podía caer en la tentación de que no era la primera vez que la traicionaba. Quería ayudarla, pero también quería que nada de lo sucedido anteriormente se volviese a repetir. Selina, ante su comentario, la miró con cara de pocos amigos.
-¿Tan rápido vas a dejar de confiar en mí? Parece que se está subiendo a la cabeza tener tanto dinero...
-Selina, no saques las cosas de contexto. Sabes perfectamente que sigo confiando en ti. Sólo quiero que cumplas esta vez tu parte del trato bien.
Catwoman iba a hablar cuando un estruendo sonó en una de las calles a las que daba el edificio. Las dos chicas se miraron extrañadas durante un segundo y después corrieron al lado derecho del edificio, de donde venía el sonido. Miraron a la calle desde la azotea y allí los vieron: Bane y el Joker junto con sus hombres se ponían en acción.
-El banco Zulluguk... Sabía que era por esta zona pero no esperaba que tan cerca del edificio de Bruce... -pensó en voz alta Brooke-.
-Pensaba que habían limpiado ya toda esta zona -comentó la otra chica, pero poco después se corrigió-. Es más, pensé que ya se habían entrado en todos los bancos de la ciudad.
-Tenemos que bajar rápido.
-¿Pero cómo vamos a entrar? No podemos entrar con estas pintas.
-Mi intención hoy no es atacar, sino averiguar los planes del Joker. Así que nos infiltraremos entre sus hombres.
Selina asintió y las dos bajaron lentamente por la fachada que daba a la calle paralela a esa. Bajarían por el interior del edificio, pero ni la puerta de la azotea estaba abierta ni estaban seguras de que no hubiera ningún mercenario de Bane rondando por Industrias Wayne. Y tampoco podían bajar por la fachada que daba al banco pues las pillarían. Así que Brooke se elevó un poco, abrazó a Selina y las dos bajaron volando rápidamente. Después corrieron a la calle donde se encontraban los delincuentes.
Al llegar allí, se encontraron con Bane y el Joker, sobretodo el primero, dando un discurso para motivar a sus hombres. Brooke rió levemente mentalmente. "Y encima se sentirán orgullosos de todo lo que están haciendo", pensó. Selina y ella se acercaron a los hombres del final, exactamente a los que estaban en el lado izquierdo del grupo. Les dieron con dos barras de metal que habían cogido de una farola rota en la cabeza y los arrastraron por un callejón. Allí les desnudaron, se pusieron sus ropas sobre las que ya llevaban y les robaron las armas. Y tras darse el visto bueno, corrieron a encontrarse con el resto.
El grupo de mercenarios ya estaba suficientemente motivado como para empezar con su plan, así que Bane les dio permiso para entrar en el banco. Todos gritaron agitando sus armas. Brooke y Selina les imitaron intentando que no notasen el cambio. Después, todos salieron corriendo en dirección a las puertas del edificio, las rompieron y entraron en él. Brooke y Selina entraron de las últimas y se quedaron algo rezagadas con el propósito de seguir al Joker y a Bane, que se habían quedado atrás. Brooke y Selina avanzaron sólo un poco y se escondieron tras unos mostradores haciendo como que buscaban dinero allí. Desde allí vieron como los dos criminales se disponían a entrar junto con otros tres mercenarios que debían ser en los que Bane confiaba.
Brooke y Selina continuaron a lo suyo, intentando disimular lo mejor que podían. Mientras, en las oficinas del banco corría el caos de un lado para otro. Los soldados gritaban ansiosos por recoger todo el dinero. Desordenaban, tiraban y disparaban a todo aquello que se interpusiera en su camino, ya fuera un ordenador o una caja fuerte.
-¡Que alguien vaya a las arcas! -gritó el Joker mientras se unía a los mercenarios rompiendo cosas-. ¡Allí debe estar todo el dinero!
Varios soldados obedecieron y bajaron por las escaleras en busca de las cajas fuertes. El Joker reía y corría de un lado para otro, como un loco. A Brooke comenzaba a ponerle de los nervios. Selina lo notó porque su compañera comenzaba a respirar con dificultad y a dejar de mirar lo que estaban haciendo para observar con odio cada paso que daba el Joker.
-Brooke, céntrate o nos pillarán -murmuró mientras revolvía más cajones-.
-Joker, estate quieto y deja hacer su trabajo a los soldados -ordenó Bane a su compinche-. Necesitamos tener fuerzas.
-¿Fuerzas?¿Para qué queremos fuerza? -preguntó rodando los ojos el Joker-. Pillar de nuevo a Wayne no será difícil.
Esta vez no sólo Brooke levantó la mirada alarmada, Selina la imitó. ¿Pillar otra vez a Bruce? La sangre comenzaba a hervir en las venas de Brooke mientras su pensamiento se ponía en funcionamiento.
-Wayne se ha escapado. No podemos permitir que se vuelva a interponer en nuestro camino. Seguramente este debilitado, pero no podemos dejar de estar en guardia.
El Joker dio un vistazo rápido a la sala riéndose.
-Estar en guardia, estar en guardia -repetía como un loco-. Disfruta amigo, disfruta del dinero y del poder.
-¡Estás loco, sucio Joker! Esa bomba hará explosión dentro de poco, cada segundo que pasa es un segundo menos. No podemos disfrutar ahora -sentenció Bane mientras miraba mal al Joker-. Debemos coger el dinero, dejar aquí la bomba y huir. Pero Batman y nuestra joven amiga Negrix parece que no nos lo van a poner fácil.
El Joker gruñó. Al parecer él quería pasarse más tiempo en Gotham disfrutando de su dinero. No era muy consciente del daño que causaría la bomba a la ciudad. Caminó lentamente hacía Selina y Brooke, que volvieron a mirar al mostrador disimulando. Pero el Joker se percató de algo. Estaba loco, pero no era tonto. A Selina se le había salido un mechón fuera de la gorra del uniforme y todos los mercenarios eran hombres.
-Un momento -dijo mientras se acercaba más a las chicas tambaleándose-, parece que tenemos compañía.
Y con un rápido movimiento, cogió a Selina y le quitó la gorra a la fuerza dejando a la vista que ella no era un soldado. Brooke soltó una llamarada al instante y se puso en guardia. Debido al cambió tan fuerte de temperatura, quemó el uniforme y la gorra dejando al descubierto su traje y su identidad.
-No la toques -advirtió Negrix al Joker con tono amenazador-.
-¿O sino qué? -se burló el Joker sosteniendo a Selina aún por el cuello-. ¿Me quemarás?¡Uy, qué miedo!
-Vaya, vaya, vaya. Mirad a quien tenemos aquí -dijo la voz profunda de Bane sorprendido-. Pensaba que estarías cuidando de tu padre, querida Negrix.
-No hagas burlas sobre mi padre, Bane. Yo que tú me callaría.
-Amenazar no es de niñas buenas, Brooke, ¿no te ha enseñado modales tu padre? -preguntó Bane-.
-¿Ni siquiera tu madre? -inquirió el Joker levantando una ceja y riéndose de nuevo-.
-¡Cállate! -gritó la chica-.
Negrix se lanzó sobre el Joker provocando que Selina saltase por los aires y cayera dos metros más allá de ellos. Dos mercenarios corriendo a quitar a la adolescente de encima del Joker, que continuaba riéndose como un loco, como si estuviera en un trance. Los mercenarios sujetaron de los brazos a la chica, impidiendo que esta se moviera.
-Sabía que vendrías, Brooke -afirmó Bane-. Tienes el mismo ansia y luchas igual que tu padre. Da igual que yo mismo empiece primero, con una simple provocación vendréis corriendo a salvar a Gotham. Nunca aprenderéis a ser prudentes -se rió amargamente-.
Uno de los soldados se acercó a su jefe con un maletín, el cual abrió ante la atenta mirada de Bane y sacó de él una jeringuilla. Bane la cogió con cuidado, con una delicadeza poco común en él.
-Esta jeringuilla lleva un suero que hará que me obedezcas de ahora en adelante. Así podrás estar bajo mis órdenes en mi ejército y luchar contra tu padre y esa sucia zorra -escupió las palabras mientras observaba a Selina, que se encontraba inconsciente en el suelo-. Realmente quien me importabas eras tú. Batman es un símbolo, pero tú eres quien tiene los poderes. Quien puede ser verdaderamente poderosa eres tú.
Brooke intentaba resistirse, pero los mercenarios eran increíblemente fuertes y algo le impedía activar sus poderes. Llamó un par de veces a Selina, pero ésta no respondía. Empezaba a asustarse.
-No podrás resistirse. Mis soldados llevan unos transmisores en sus brazos que emanan vapor de agua, que al llegar a ti actúa como una "cura" ante tus poderes. A partir de ahora Negrix, serás mía.
Bane se acercó más a ella con la jeringa en la mano. Justo en ese momento, Selina comenzaba a levantarse, pero no pudo hacer nada para que Bane no introdujese el suero en el cuello de Brooke. Ya era suya.

La hija de BatmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora