𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖁𝕴𝕴: 𝕷𝖆 𝖙𝖗𝖆𝖎𝖈𝖎ó𝖓.

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La fémina se aproximó al pirata, aun manteniendo su amplia sonrisa. Quizá estaba haciendo prejuicios con Will, ya que, de cierta manera, era el primer hombre que trataba "bien" en estos últimos años y, quizá, sí había buenos piratas en el océano, porque Will estaba entre ellos.

Tal vez Sophie estaba formando su opinión demasiado rápido, pues llevaba menos de veinticuatro horas con los piratas. Sin embargo, sentía que tal vez ellos eran mejores que los hombres que conocía en tierra. Además, la conversación que tuvo la mujer con Jack hace unos instantes, para ella, era otra señal de que quizá los piratas no eran tan malos.

—Es un lindo día, ¿no crees? —comentó el pelinegro con una sonrisa—. El sol no está tan fuerte como en otras ocasiones. Por cierto, no me he presentado como es debido; soy William Turner —dijo con una sonrisa extendiendo su mano hacia la pelirroja, con la intención de hacer algo que hace mucho no hacía: darle un beso en el dorso de su mano a una doncella.

—Un gusto, mi nombre es...

—La señorita Sophie Evelyne Beckett —pronunció el pirata con una sonrisa, haciendo aquel gesto que él creyó que nunca más haría al conocer a una mujer.

Sophie quedó helada ante el gesto del caballero, se sintió fuera de sí por un instante y olvidó completamente que se encontraba en un barco pirata. Estaba impactada, pero ella imaginaba que quizá los piratas, antes de ser lo que eran, tuvieron una educación en la que les enseñaron todas estas formalidades.

—Creí que no había esas formalidades entre los piratas —susurró la mujer sintiendo sus mejillas arder ante la situación.

—Crees demasiadas cosas erróneas de los piratas —aclaró la voz de Jack desde las espaldas de la mujer.

El capitán presenció toda esa escena con un deje de repugnancia y fastidio. Notaba lo que Will quería, quería hacer sentir bien a la mujer para poder lograr lo que necesitaba para salvar a su familia. Sin embargo, aunque eso era beneficioso para toda la tripulación, a Jack no le agradaba, y deseaba con todo su ser que ambos mantuvieran distancia.

No era por la atracción física que comenzaba a sentir por la mujer, ya que Sophie no era para nada fea. Era una de las mujeres más hermosas que había visto, además de ser pelirroja, algo que a Jack le gustaba. Pero, más allá de esas razones para querer a Sophie para él, conocía su valor como persona y sabía de dónde provenía: ella era como su pequeño comodín para salir victorioso de esa batalla. Y aunque Will era de confianza, le hería que Sophie en el futuro prefiriera al pirata miserable que al extravagante capitán.

—Deberías dejar de ser tan prejuiciosa, cariño —dijo con una sonrisa Jack, dándole un trago a su botella, tratando de ahogar y perder todas sus penas y pensamientos para no cometer una locura frente a los carnosos labios de la dama.

—No soy prejuiciosa. —se defendió la dama, apretando los labios, lo que provocó que ambos hombres deliraran ante los encantos de la descendiente.

—Pareces francesa, ¿eres francesa? —cuestionó de repente Jack, sin pensar—. A mí me agradan los franceses, ellos inventaron la mayonesa.

—No creo que hayas probado la mayonesa alguna vez —atacó Sophie extrañada.

—Claro que sí. Esas riquezas nunca se olvidan.

—Creo que ya no estás hablando de la mayonesa, Jack —indicó Will con la ceja levantada, y varios piratas comenzaron a reír ante ese comentario, lo que provocó que Sophie se sintiera asqueada ante la situación.

Por desgracia, los hombres eran como eran y ella estaba acostumbrada a eso gracias a Hawkins. Sin embargo, Jack realmente hablaba de la mayonesa comestible, y eso hizo que el capitán se sintiera un poco alterado ante la respuesta de la fémina.

01 | 𝕻𝖎𝖗𝖆𝖙𝖆𝖘 𝖉𝖊𝖑 𝕮𝖆𝖗𝖎𝖇𝖊: 𝕷𝖆 𝖉𝖊𝖘𝖈𝖊𝖓𝖉𝖎𝖊𝖓𝖙𝖊.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora