𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕴: 𝕰𝖓𝖈𝖚𝖊𝖓𝖙𝖗𝖔𝖘.

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7 años después.

—¿Cómo se encuentra el día de hoy, señorita Beckett? —preguntó la mucama al entrar a la habitación de la fina dama.

Cuando la mucama estuvo en los aposentos de Evelyne, se dirigió de inmediato a los ventanales para mover un poco de las cortinas y dejar que el sol entrara e iluminara la habitación para que la pelirroja despertara ante esa calidez en su piel.

La joven mujer, Sophie, instantáneamente abrió los ojos y soltó un bostezo ensordecedor mientras se estiraba entre sus sábanas. Al terminar ese momento relajante, la mujer comenzó a levantarse de su cama y tomó asiento en ella, dirigiéndole una tierna sonrisa a Mary, su mucama.

Mary era una gran mujer y muy servicial. No solo tenía esa actitud por el trabajo que tenía, sino que realmente era así con todas las personas que la rodeaban. Además, siempre había estado presente en la vida de Sophie, siendo prácticamente la madre que nunca tuvo, ya que la crio y guio para convertirse en lo que era ahora: una fina dama con cientos de pretendientes dispuestos a todo por desposarla. Y eso era algo de lo que enorgullecerse. Tanto para el señor Beckett como para la señorita Beckett, Mary era importante y una pieza clave en el desarrollo de la pelirroja. La cual, desde siempre, careció de una figura materna.

Las personas de alrededor solían difundir cientos de rumores sobre el señor Beckett y la inexistencia de la madre de su hija. Muchos hablaban de que la mujer que le dio la vida a Sophie nunca existió o fue asesinada, y solían decir que el padre era el responsable. Sin embargo, para la hija y la mucama, esas eran mentiras hirientes de las personas; lo único real en las palabras de los habitantes de la localidad era que, en un pasado, antes de la existencia de Sophie, el señor Beckett había pasado por un aumento de poder grandísimo, convirtiéndose en Lord Cutler Beckett, pero por culpa de unos piratas, lo perdió todo. Posiblemente, la madre de Sophie era una de esas pérdidas.

—Estoy muy bien, aunque un poco cansada. No logré dormir esta noche... de nuevo —contestó con fastidio la joven mujer recordando sus pesadillas.

Últimamente, Sophie se sentía abrumada y desesperada, ya que unas pesadillas habían invadido sus sueños desde hace días, y entre ellas, Sophie solía aparecer en diversas situaciones extrañas. En ocasiones, solían lastimarla personas desconocidas a sus ojos y en otras, las mismas personas solían verla con decepción. Incluso, entre tantas pesadillas, en una de ellas terminó quitándole la vida a personas, pero, a pesar de aquellos sueños tan extraños y confusos, había uno en especial que le llamaba la atención.

A pesar de los asesinatos y las heridas, el romance era algo que le atraía más, principalmente por la edad en la que se encontraba en ese momento la fémina. El sueño más significativo era donde Sophie se encontraba besándose con alguien, un hombre completamente distinto a su prometido, pero con unos ojos hipnotizantes.

Sin embargo, en esta ocasión, en los sueños de la pelirroja, había peleado con un monstruo marino gigantesco y horripilante que quería acabar con ella y destruir el barco donde estaba. Pero, pese a esas situaciones extrañas, ella prefería guardarse todo aquello para sí, pues temía que la tomaran como loca. Por ello, para soportar un poco de sus sueños, solamente compartía que había pasado una mala noche, y como siempre sucedía, Mary la miró con preocupación y después se encargó de sacar un vestido del armario de la pelirroja, siendo muy cuidadosa de la manera en que tomaba esas finas telas para no arrugarlas.

—Qué lástima lo de su sueño, señorita.

—Sí, un poco —murmuró, mirando como la mujer acariciaba las finas telas con sus manos.

—Pero no hay que preocuparse, esos son solo sueños. No son reales y no pueden lastimarnos —aclaró la mucama con dulzura, dándole una leve mirada a la pelirroja que asintió a sus palabras, complacida—. Por órdenes de su padre, se tendrá que poner el vestido favorito de su madre —aclaró la mucama de repente, cambiando drásticamente el tema, provocando que Sophie se pusiera alerta ante el comentario.

01 | 𝕻𝖎𝖗𝖆𝖙𝖆𝖘 𝖉𝖊𝖑 𝕮𝖆𝖗𝖎𝖇𝖊: 𝕷𝖆 𝖉𝖊𝖘𝖈𝖊𝖓𝖉𝖎𝖊𝖓𝖙𝖊.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora