01 | 𝕻𝖎𝖗𝖆𝖙𝖆𝖘 𝖉𝖊𝖑 𝕮𝖆𝖗𝖎𝖇𝖊: 𝕷𝖆 𝖉𝖊𝖘𝖈𝖊𝖓𝖉𝖎𝖊𝖓𝖙𝖊.

𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖃𝖁𝕴: 𝕽𝖊𝖈𝖚𝖊𝖗𝖉𝖔𝖘 𝖞 𝖙𝖗𝖆𝖌𝖊𝖉𝖎𝖆𝖘.

↪Dos semanas después.

Desde que Cutler era pequeño, siempre le había atraído el mar y las historias que había detrás de él. Por desgracia, él siempre fue el incomprendido de la familia, al que todos apartaban, a excepción de su madre y su hermana Jane, las únicas personas a las que verdaderamente amaba. Por ello, tuvo que adaptarse a vivir solo. Fue entonces cuando conoció a Eric, un niño huérfano que Cutler presentaba como su hermano en varias ocasiones, aunque, desafortunadamente, no compartían los mismos deseos; mientras Eric quería ser un pirata, Cutler anhelaba ser alguien honrado. Aun así, se llevaban muy bien.

Un día, Cutler decidió irse de casa sin volver nunca más, en busca de recorrer el mundo y con la promesa de un día llevarse a su hermana para que tuviera una vida mejor. Sin embargo, la suerte no estuvo de su lado y sufrió en el mar con los piratas que encontraba, hasta que llegó a un buen lugar donde empezó a crecer y a ser reconocido, ascendiendo de rango cada vez más gracias a su principal negocio: el transporte de esclavos.

Aunque su suerte comenzó a mejorar, la noticia de que su hermana estaba enferma y cerca de la muerte lo deprimió. Aun así, la vida tenía que continuar. Y si no podía ayudarla a ella, podía ayudar a alguien más.

Fue entonces cuando llamó a su amigo Eric y lo hizo pasar por su hermano; ese fue su primer error. El segundo fue presentarlo a Jack Sparrow.

Jack no se sentía cómodo tratando a las personas como esclavos y dándoles una vida de miseria. Por lo tanto, hubo traiciones, y por ello, Cutler los marcó con la "P" de "Piratas". Y Jack... le dejó otra marca a él. Cutler quemó el barco que ambos usaban, y Sparrow intentó rescatarlo. Incluso todos pensaron que aquel pirata había muerto. Pero no fue así, sino que, en ese momento, Jack hizo un trato con Davy Jones que hizo que recuperara su nave siendo ahora completamente negra. Por lo tanto, Jack le debía su alma a Jones, y por eso Sparrow tenía a su preciada Perla.

Después de ese evento, Cutler intentó rehacer su vida y logró alcanzar lo que se había propuesto. Sin embargo, después de lo ocurrido con el Holandés y su muerte y resurrección, el nombre de su hermano empezó a resonar cada vez más hasta tomar fuerza.

"Eric Beckett. El pirata que dominó el Holandés Errante".

Ahora todo tenía sentido, ahora Cutler sabía por qué Jack quería a la pequeña de Calypso. Probablemente Sparrow ya tenía una idea de la historia detrás de Sophie, ya que él tenía muchas ventajas y muchas personas que podrían completar el acertijo. Mientras que Beckett sólo sabía que había algo inusual con Sophie que le daría ventaja a la tripulación de Sparrow, pero aún no tenía claro qué era.

Eso estresaba y frustraba a Cutler, lo que hacía que no pudiera dormir por las noches.

De manera seguida, el hombre maldecía a la diosa y esperaba que su hija no le tuviera tanto odio y recordara con amor su infancia, ya que sería lo único que le serviría para poder hacer que ella volviera a su lado y se revelara con los piratas.

Esa era la única opción que tenían para que la historia cambiara. Lo que no sabía Beckett era que su hija también tenía crisis existenciales que no la dejaban dormir por las noches. Ambos habían sido atrapados entre las mentiras de los piratas y los acertijos sin resolver que les provocaba insomnio.

Sophie últimamente había decidido evitar a los piratas, ya que, aunque se habían mostrado como unos caballeros con ella, eso no quitaba que se sintiera usada y engañada en ocasiones, al no conocer su propia historia. Tenía un pequeño rencor con ellos, que la llevaba a esconderse en su camarote para dormir durante el día y, por la noche, ser libre en el exterior del navío, con total soledad y con la luz de la luna y las estrellas como sus únicos testigos. Por lo tanto, su piel se había vuelto cada vez más pálida, se había adelgazado y sus labios ya no tenían el rojo intenso de antes, sino que estaban pálidos y resecos.