𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖃𝖃𝖁: 𝕳𝖔𝖑𝖆𝖓𝖉é𝖘 𝕰𝖗𝖗𝖆𝖓𝖙𝖊.

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Dos días habían pasado desde el suceso de la brújula y, después de eso, Sophie y Jack no volvieron a dirigirse la palabra. La pelirroja estaba encerrada en su camarote día y noche, soñando mucho con Elizabeth y Henry. Aunque le doliera y aunque Evelyne temiera lo que podría suceder en el futuro, ella creía que ya era tiempo de dejar todo claro y decirle la verdad a William para finalizar esa historia.

El último sueño de Sophie relacionado con Elizabeth era haberla visto dentro de un camarote, que mantenía solo un piano enorme iluminado y ella estaba frente a él con lágrimas en los ojos, mientras el resto de la habitación permanecía a oscuras. Hasta que un hombre con tez blanca y una leve barba creciente en su mentón apareció.

El pirata era Eric y tenía el cabello negro. Parecía ser un poco joven a simple vista y alguien muy confiado, o eso transmitía con cada paso que daba hacia la mujer. Parecía divertido y burlón, mientras un brillo tenebroso aparecía en sus ojos. Elizabeth parecía tenerle miedo o desconfianza.

El hombre comenzó a cuestionarle cosas relacionadas con William, sobre el barco, entre otras cosas, pero ella no quería contestar. La mujer se mantenía callada, tratando de mirarlo de forma amenazante cada vez que el hombre se acercaba peligrosamente a ella. En ocasiones, soltaba ofensas y advertencias contra el hombre, aunque, al parecer, no le importaban mucho a él, porque solamente se reía al escucharla. Hubo un momento en que el hombre comentó que sabía la localización de Will y qué él contenía algo de suma importancia, más importante que el Holandés; él hablaba de la descendiente, pero Elizabeth no sabía quién era ella y se mostró extrañada. El pirata comenzó a relatarle la leyenda y comentó que haría todo lo posible para que Sophie se pusiera de su lado, pero, por extraño que pareciera, Elizabeth la defendió.

La rubia aseguró que la descendiente sería mucho más inteligente de lo que él imaginaba. Después de eso, Sophie despertó y ya no supo qué había pasado con Eric y Elizabeth, gracias a que Ragetti la despertó para disculparse en nombre de todos por haberla presionado el día en que conoció a Calypso. Ahora, después de recordar todo eso, Sophie salió de su camarote en busca de William. Si le contaba esto a Will, él se lo contaría a Jack y podrían idear un plan para cuando apareciera ese hombre y poder luchar contra él.

Sophie no encontraba a Will, pero él la encontró a ella. El hombre colocó su mano en el hombro de la mujer y apretó este, provocando que la mujer diera la vuelta y lo observara con una sonrisa.

—Tengo algo importante que decirte —susurró la mujer y Will la miró confundido, pero de inmediato asintió, comenzando a caminar hacia las escaleras. Donde se sentó dejando un lugar en el escalón en donde se había puesto, y la mujer se sentó a su lado.

—Te escucho —murmuró el pirata con una sonrisa y ella asintió comenzando a hablar.

Sophie le contó exactamente todo. William la miró atentamente y se mantuvo callado en todo momento. Al acabar de contar todo, la mujer suspiró y Turner la miró de forma confusa.

—¿Qué propones? —preguntó él jugando con sus manos y ella lo miró confundida.

—¿Disculpa? —cuestionó la mujer levantando la mirada para verlo directamente a los ojos o intentándolo, ya que él trataba de evitarlo.

—Es que, bueno, tú eres importante aquí, Sophie —mencionó el pirata—. Además, supongo que tú eres la única que podrías guiarnos —insistió sacando la brújula de su bolsillo y entregándosela a la mujer.

—No, no, no —dijo ella escondiendo sus manos detrás de su cuerpo—. ¡Esa cosa no sirve! —exclamó y Will sonrió guardando la brújula de nuevo en su bolsillo. El hombre la miró con melancolía y volvió a fijar su vista en sus manos: —Pero si sirve de algo, está demasiado cerca, pronto la veremos —mencionó la mujer colocando una mano en el hombro de él como Will solía hacerlo con ella.

01 | 𝕻𝖎𝖗𝖆𝖙𝖆𝖘 𝖉𝖊𝖑 𝕮𝖆𝖗𝖎𝖇𝖊: 𝕷𝖆 𝖉𝖊𝖘𝖈𝖊𝖓𝖉𝖎𝖊𝖓𝖙𝖊.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora