Capítulo 7

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Los guardias y los policías me esposaron y me hicieron caminar hacia la salida del edificio, mientras caminaba para llegar a la camioneta los periodistas se acercaban 'Es verdad que mató a la joven' 'Es verdad que tienda una relación más que laboral con ella' gracias a Dios llegue a la camioneta al cuarto estaba completamente brindada, me sentí sin poder creer todas las cosas que la prensa inventaba.

-Calmate- mire hacia mi lado y era una gendarme, era mujer -Se lo que se siente que inventen cosas- sonrió

-¿Me acaba de sonreí?

-No soy un monstruo- después de ese leve diálogo guarde el silencio durante todo el camino, las ganas de llorar se apoderaban más y más de mi. No quería ir a ese lugar, seria mi perdición

-Llegamos- dijo la gendarme. Bajo ella primero y de ahí yo, iba ella adelante, y yo al medio y otros dos policías atrás Lo que me hacían sentir como si fuera una maldita asesina en serie o algo por estilo cuando lo único que hice fue... salvarle la vida a aquella niña.

-Bienvenida- me dijo un gendarme, esta vez varón -Micaela Solange Suarez, doctora, aplicación de eutanasia- el se quedo callado y de ahí me quedo mirando -Eres valiente eh- dejo mis archivos en la mesa y caminamos hacia un cuerto donde estaba la gendarmen de la camioneta -Ella se encargará de pasarte ropa, tus frazadas y lo que nesecites, las dejo- sentí como la puerta se cerró detrás de mi.

-Tienes que estar tranquila, si no te metes con las problemáticas puede que estés bien.

-¿Puede? Que clase de respuesta es esa.

-Bueno, yo no te dije que le inyectes esa mierda a la chica- me quede callada -Ahora desvístete, te daré la ropa que debes usar- me quede en ropa interior -Te dije desvístete ¿Que parte no entendiste?- me sentí completamente humillada, me despoje de toda mi ropa interior y la tipa comenzó a revisar mi ropa -Ok, toma vuelve a vestirte con esto- me coloque mi ropa interior y la ropa que ahora no era de color naranja era café -Acá tienes frazadas, cepillo de dientes, jabón, shampoo y pasta dental- la quede mirando -Ahora vamos te mostrare tu celda- el gendarme salió del cuarto y respire hondo, sabía que después de cruzar esa puerta no abría marcha atrás.

Pase por delante del gendarmen por un largo y oscuro pasillo. Había dado largas caminatas en mi vida... Esta era apenas 20 metros, pero parecían kilómetros. El final había una puerta brindada color café.

-Bienvenida- dijo con sierta tristeza en su expresión. Tomó una palanca, la lado y la puerta se abrió. La luz me cegó por unos segundos, así que la puerta daba al patio de los edificios.  Cerró detrás de ella y volvió a tomarme de uno de los hombros -Es por aca- dijo haciéndome caminar.

Toda esa área era bastante extensa. Había un par de canchas de basket pero eran realmente pocas las que jugaban. Tan pronto comenzamos a acercarnos todas las miradas se clavaron en mi. Incluso pude escuchar algún que otro silbido.

-Wow carne fresca- grito una de ellas mientras la otra me lanzaba a la cara Lo que parecía ser una bomba de lodo a la cara y todas las de alrededor se echaron a reír. -Bienvenida novata- dijo nuevamente, no había duda, la gente de aqui daba asco, al igual que el lugar. No dije nada ¿Que podría decir? Subí una de mis manos y con las mangas del traje limpie mi cara y seguí. Con la frente en alto, impidiendole a las lágrimas salir. Tal cual había puesto un pie en ese lugar.

Caminamos Hasta llegar a un enorme edificio, justo al centro de los otros dos. Tenia una enorme 'B' pintada en uno de los costados. El gendarme abrió la reja de hierro y me hizo pasar.

Eran las celdas. Todas perfectamente enumeradas. Subimos hasta el piso 3 y avanzamos unos metros por el barandal. Al fin el gendarmen se detuvo en una.

-Aqui es- dijo señalando y sacando las llaves de las esposas. Era la celda 36-B. Toda una belleza. Paredes grises, una ventana pequeña, un baño, si es que a eso se le podía decir baño... Y lo último que llamo mi atención. Dos camas.

-Al parecer dormirás en la parte de abajo. Hay una caja abajo de la cama, ahí puedes poner tus cosas. Habrá revisiones semanales así que no intentes nada. Tendrás una sola comida así que aconsejo que la disfrutes, se sirve a las 3 y las luces se apagan a las 10. Ah... Y estarás acompañada, comportate.

-¿Quien será mi compañera?- Ella sonrio levemente

-Cuídate ¿Bueno? Tienes cara que no mereces estar aquí.

-No me respondiste.

-Nos vemos luego

Ella salió y cerro a su paso. Puse la frazada que me dio sobre el colchón de la cama y me recosté. Comencé a imaginar lo que Alejo, Nicol y Karen deben estar haciendo. Imaginé totalmente como podía ser mi vestido de novia si lograba salir de aquí. Y si no... imaginaba a la posible futura pareja de Alejo. Me mente junto con la situación actual eran la peor conbinación que podía haber. Sin darme cuenta comencé a llorar y Está vez fue imposible pararlo. Contraje mi cuerpo y lloré durante horas Hasta que me quede dormida.

Cuanto tiempo allá sido, no lo se. Desperté más tarde, claramente de noche gracias a un ruido metálico horrible. Me gire, mire hacia la puerta y sentí como la sangre de mi cabeza bajo. Ahí estaba esa chica. Parada en la entrada, mirándome de la manera mas indiferente que cualquiera que me haya dado antes. Sus ojos marrones eran penetrantes, casi hasta intimidantes. Pero no, había algo en ellos que te hacia no apartarle la vista. La examine con cuidado y entonces supe quien era. De las miles reclusas del lugar era ella quien tenía que tomarme.

No sabia si debía sentir miedo, no sabia que decir o como reaccionar. Solo la mire y supe que con ella aquí mi estadía en este lugar sería el triple de difícil.

Bienvenida a mi vida [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora