Barbara sólo nos miraba, con cara de no entender absolutamente nada. Ambas chicas se fueron y me quede sola ahí con ella. En mi mente rezaba porque no preguntara nada, que no perdiera la cabeza y me dejara hablar a mi, tal vez así podría explicarle todo mejor.
-¿Y? ¿De que querías hablar conmigo Mica?- ¿Como carajo iba a decirle?
-Barbara...¿Que haces acá?
-Vine a dejar una petición. El detergente se termina.
-Ah, si me imagino.
-Mica ¿Está todo bien?
-¿Que? ¿Porque decis eso?
-Bueno...estuviste muy extraña todos estos días. Tus amigas se fueron cuando me vieron. Mira tus ojos...perdidos, enrojecidos. Estuviste llorando, eso está claro. Y justo ahora...estas evitandome.
-No es verdad.
-Mica...- ¿A quien iba a engañar? Era estúpidamente obvia con todo esto. Ya no sabia que decirle, temía el ponerme a llorar justo ahí. No pude hacer mas que bajar la mirada y odiarme por dentro. -Hey- dijo ella llevando su mano a mi rostro y haciéndome mirarla. Sus mirada estaba matandome. Tan llena de preguntas. Preguntas cuyas respuestas le romperán el corazón, no podía hacer eso, no podía herirla de esa manera -Tus ojos son hermosos cada segundo del día, pero claramente verlos llorosos no es una de mis presentaciones favoritas ¿Que esta mal Mica?
-Tengo que hablar con vos.
-Si, eso lo se.
-Pero no acá- Ella frunció el ceño -No ahora- se alejó un poco para mirarme. Lentamente su alegría se esfumó y negó con la cabeza.
-Bar...
-Algo te pasa...Te veo y pareces Mica pero, no sos vos.
-Bar...No podemos hablar acá.
-Ok, te espero en el lugar de siempre, a la misma hora de siempre- dijo sin siquiera mirarme -Nos vemos luego- fue lo ultimo de dijo antes de pasar por mi lado y desaparecer por el pasillo. Me quede ahí un par de minutos, odiandome rotundamente por no haber echo antes, sin saber que hacer ahora. Estaba pérdida.
-Suarez- ahí estaba la voz de la gendarme -¿No pensas entrar?
-Claro- dije sin ningún tipo de ánimo para hacerlo.
*
-Mica...pobre, pobre Mica- una voz terriblemente familiar invadió mis oídos. Imposible olvidarla. Gire mi cuerpo y detrás de mí, ahí estaba ella. Con una fuerte sonrisa irónica y triunfante en el rostro.
-¿Que buscas acá, Daiana?- Ella rió sarcásticamente y se acercó más a mi.
-¿Ahora te diviertes?
-No tengo idea de que hablas- Entonces me agarro por el cuello de la ropa y me dejo entre la pared y ella bruscamente.
-Yo creo que si sabes Suarez. Pobre de vos, no me imagino estar entre tus zapatos. Imagina decirle a la persona que más amas en el mundo, que dentro de poco saldrás de aquí, justo para caminar hacia el altar...de la mano de otro- no podía ser cierto. De todas las personas metidas en este lugar ¿Porque tenia que saberlo ella?.
-Creo que estas confundida.
-¡No!- dijo azotando mi cuerpo contra el muro -Yo creo que no. Nadie me deja en ridículo, ¿Sabes? Al menos no sin pagar. Esta es la situación perfecta.
-¿De que Mierda estas hablando?
-Oh vamos linda- pasaba su dedo por mi rostro, acariciandolo. Era repugnante -No creo que seas tan tontita en realidad ¿o si?- se inclino hacia mi cuerpo y ahora me murmuraba en el oido -¿Cómo pensas que tu amado se entero de tu romance con Barbara Martinez? ¿De en verdad pensas que se dio cuenta sólo?- se separo de mi cuerpo y yo la miraba completamente paralizada. Ahora todo tenía más de creatividad. La sangre me hervía. Sentía que mi cabeza iba a explotar. Mi estomago tenía un nudo enorme. Nunca había sentido tanta rabia como ahora. Yo enserio quería matarla ahí y ahora.
-Vos...osea que.
-¡Por fin Suarez!- grito a todo pulmón extendiendo sus brazos -Yo mande para abajo su estúpido teatrito de amor.
Perdí la cabeza. Nunca estuve tan enojada en toda mi vida. Nunca me creí capaz de hacer algo como eso. Del fondo de mi alma saque coraje que nunca supe que tenia y me fui sobre Daiana golpeándola en el rostro y derribandola. Ella se estaba defendiendo, podía sentirlo. Pero no me causaba dolor alguno. Mi único objetivo era desquitarme. Después de poco minutos entre varias reclusas lograron separarnos. Sentí como alguien tiro fuertemente de mi cadera y me llevo lejos de Daiana.
-¡Micaela calmate! Por Dios.
-¡SUELTAME NEM!.
-¿Que pasa Suarez? ¿No podes vos solita?- dijo mientras sus amigas la detenían y limpiando la sangre de sus labios. Me determine a ignorarla y solo camine hasta mi trabajo donde el día de hoy, no fui nada mas que un humano automatizado para eso, para trabajar. No preste atención a nada, no escuchaba lo que los demas me decían. Éramos únicamente mi mente y yo, en una guerra existencial por la que nadie desearía pasar.
Antes de lo que imaginaba, la hora de comer había llegado. Era raro, no tenía hambre. Los nervios se alimentaban por si solos deshaciendo de apoco mi mente. Me sentía terrible, tenia ganas de salir corriendo de este lugar. Que lo haría, pero de la mano del hombre mas despreciable que este mundo haya conocido. Desearía de verdad cerrar los ojos por un tiempo y al abrirlos todo esto fuera un sueño. Una pesadilla. Todas las reclusas salieron de sus salas para ir hacia el comedor. Todas menos yo. No tenía ánimos de nada, mucho menos de comer. Espere a que los pasillos se vaciaran para una partida rápida hacia la torre. Tuve suerte, nadie me noto.
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No pensaba actualizar hoy pero es el cumple de suarezforme y como soy un amor, acá tenes tu regalito😂 Pásala lindo cara de pene 😉💕
Gracias por leer y votar💕
Si queres estar en un grupo de wpp escribirme al privado.
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Bienvenida a mi vida [Terminada]
FanfictionEstá historia comienza con una tragedia, una casualidad y una promesa. Créditos a la escritora.