Capítulo 29

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-Yo...si.

-Dilo con firmeza.

-Créeme que no hay nada más que quiera que me hagas tuya en este momento- Barbara me regaló una de sus hermosas sonrisas y me acorralo contra la cama -Creo que...yo...debería sentarme.

-No- Bar me agarro de la cintura y comenzó a besar mis labios, me pego contra la pared y me quede sin aliento, sus labios me llevaban al cielo y hacían que las mariposas de mi estomago comenzarán una danza que jamás antes había sentido. Note como la temperatura de mi cuerpo comenzó a subir, estaba perdiendo la noción de mis sentidos lo único que podía sentir, escuchar, oler y mirar era ella...Solo ella -Te voy a acostar en la cama y te haré el amor toda la noche- sabía que no mentía, esos ojos no podían mentirme.

-No pienso detenerte.

Barbara estuvo en todo momento encima de mi, dejaba caer su cuerpo con cuidado. Me decía que no quería hacerme daño, que quería que disfrutará cada caricia que me daba y lo hice. Barbara me volvió loca durante toda la noche...nos conocíamos hace meses y ella cada punto débil en mi cuerpo. Algunos hasta que yo misma desconocía su existencia. Cuando la tuve frente a mi completamente desnuda me costaba penar ¿era real? Su cuerpo tenía cicatrices por cada rincón pero aun así se la veía tan conforme con este.

-Sos hermosa- dije acariciando los costados de su cuerpo.

-Creo que no te viste en un espejo.

-Nunca nadie más te va a hacer daño- bese algunas de sus cicatrices, comencé por su clavícula, las dos que tenia en su pecho izquierdo, la de su estómago, sus caderas, la parte interior de su muslo y notaba como Barbara se retorcía de placer -Sos mía- dije subiendo a sus labios y apoderandome de ellos.

-Tuya- dijo sobre mi boca -Sólo tuya- Barbara hizo un movimiento que volvió a dejarla sobre mi, beso mis labios un par de veces antes de seguir camino a mi cuello donde mordió, succióno y lamió como se le dio la gana mientras que sus manos vagaban por mi estomago, pechos y parte interna de mis muslos.

-Mierda- deje escapar un leve gemido al cual ella respondió con una estúpida sonrisa -Por favor- ¿Estoy rogado? Micaela Suarez esta rogando ¿que es eso?

-¿Por favor que?- dijo dijo subiendo nuevamente a mis labios.

-Te odio- dije mirando sus ojos.

-No me odias, vos me amas, me deseas y yo te amo y por eso ahora, justo en este preciso momento te haré el amor ¿lista?.

-Si.

Relaje todo mi cuerpo y me deje llevar por cada sensación que me hacía sentir Barbara, ¡Dios! Era tan buena en esto, me aferraba a su espalda con tanta fuerza, tenia miedo a que me quebraba o no podía soportar el maldito placer que sólo ella podía despertar en mi, esto era enfermizo.

-Mierda- dije en su oido y enterré las uñas en su tatuaje que tenia en el hombro derecho, era una nota musical.

-uhhh- gimió -Mierda Mica- seguía su maldito movimiento mientras me miraba retorcerme para ella -Nunca antes me habían acariciado y arañado el tatuaje- como pude trate de prestarle atención pero no podía, no podía si ella no dejaba de hacer ese maldito movimiento dentro de mi -No sabes cómo me ponen que hagan eso- Mierda, mierda.

No se cuento tiempo estuvimos haciendo el amor pero fue la mejor sensación que he sentido en mi vida, Barbara cayó desplomada sobre mi cuerpo sudado y mis uñas acariciaban con cariño su espalda, note como se corazón latía con fuerza.

-Eso estuvo wow- dijo despues de unos minutos, reincorporandose y mirándome -¿Estas bien?

-Mejor que nunca- sonreí y bese sus labios -Sos una maldita fiera.

-Pero no tube sexo con vos.

-Me dijo cuenta, tratabas de regular tus movimientos, tus caricias.

-No sos como las demás.

-¿Que me hace diferente?- sabía la respuesta pero quería escucharla de sus labios.

-Que me enamore de vos. Estuvimos durante unos minutos abrazadas y besándonos hasta que decidimos vestirnos por si alguna de, las gendarmenes pasaban, dormimos juntas, abrazadas como lo veníamos haciendo hace meses.

-Gracias- susurre dándole la espalda mientras ella me abrazaba.

-Gracias a vos- se inclino y beso la parte posterior de mi cabeza.

Al otro día despertamos con la misma alarma de siempre, solo que ahora había algo distinto en Barbara, se veía más feliz.

-Te ves mas feliz- Ella me quedo mirando.

-Estoy feliz por nosotras- me beso lentamente -Ahora, tenemos que ir a las duchas y de ahí a desayunar.

-Reclusa Suarez- había aparecido una gendarmen -Tiene visitas.

-Aún no estoy bañada.

-Creo que es importante- mire a Barbara y me hizo un gesto para que fuera, camine con la gendarme hasta la sala de visitas y cuando llegue estaba vacía excepto por una persona. Alejo.

-¿Que haces tan temprano acá?

-Vine a sacarte Mica- mi corazon se paralizó -Salis en dos días.

¿Que? Pero...pero quedamos en algo.

-Ya se- Alejo tenía una sonrisa pegada en su rostro -Pero eso solo pasará si hay algo a cambio- se sentó en una de las sillas -Te tenes que casar conmigo.

-¿Que?- ¿que clase de pesadilla era está? -Estas loco.

-Antes de entrarás acá nos íbamos a casar ¿Te acordas?.

-Si pero...

-¿Que? ¿Que ha cambiado Mica?- el me hablaba como si supiera algo, así que decidí quedarme callada -No sos estúpida ni yo tampoco- se levantó -La única forma de que tu amante salga libre es que te cases conmigo y después de que estemos en nuestra luna de miel la mano a liberar.

-Vos...vos no podes...estas loco, Alejo nosotros dos juntos no va...

-Si va a funcionar Mica, porque yo te necesito y vos también a mi, estamos destinados.

-No te amo- dije así sin mas -Sabes que estoy enamorada de...

-De Barbara- lo mire -Me importa una mierda, no voy a mandar mi vida de lujos a la mierda por un capricho. Salis en dos días Micaela, nos casamos en dos semanas y tu amiguita estará libre- las lágrimas comenzaron a caer -Es mejor que no digas nada, o bueno si...decile que terminaron su "romance"- hizo el gesto de las comillas con sus dedos -Y que ahora volverás a donde perteneces, a mi.

-No puedo hacer eso.

-Si vas a poder.

-La amo, estoy enamorada de ella- el golpeó la mesa.

-¡Deberías saber que cuando uno ama deja cosas de lado, que es capas de todo por esa persona, bueno yo...yo soy capas de perdonarte que te hayas acostado con esa imbecil con tal de darte la libertar y una felicidad a mi lado Micaela y no tenes opción! Es eso o ella muere acá dentro.

-¿Que?

-O te casa conmigo y ella es libre, o ella se muere -agarro su bolso -Nos vemos en unos dias futura esposa- se acercó y beso mis labios con rudeza y la sensación de asco se hizo presente -Espero que tengas un lindo día- corrí hasta un balde de basura y vomite.

-¿Está bien?- me pregunto una gendarmen y me largue a llorar en el suelo ¿Que iba a hacer? No podía hacerle esta clase de daño, no a ella...nunca me lo perdonaría, nunca.

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Estamos entrando a la recta final.

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Bienvenida a mi vida [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora