POV: BARBARAEra estúpido todo esto. Me había comportado como una niña pequeña en esa celda. No hice nada mas que correr, ignorando cada mirada que se me dirigía y sin saber realmente que hacer o a donde ir. Termine en el cuarto de limpieza, entre escobas, productos químicos y olorosos trapos viejos, encerrada, con la puerta bloqueada y apoyada de espaldas a esta, llorando como si tuviera 15 años y me hubieran roto el corazón.
Lo peor, era que los sabía, que estaba consiente de ello. Pero lo hecho, hecho está. Y no puedo cambiarlo. Hay millones de cosas que me gustaría cambiar en mi vida pero no puedo. El pasado no puede cambiarse.
Odiaba todo esto, Micaela...aun podía ver si mirada en mi mente, cada vez que cerraba los ojos la veía. No había mentido del todo...No era por ella, nisiquiera era por Alejo. Era por mi.
Yo y solo yo era la culpable de esto.
Yo porque, me gustara aceptarlo o no, mi corazón no mentía y mucho menos podía ignorarlo. En serio la quería...estaba poco a poco enamorandome de ella.
Y eso era algo que no podía pasar. ¿A quien engañaba? Mis ojos vieron como la abrazo ahí. Como ella fue hasta el. Incluso lo bien que se veían juntos.
Ella tiene una vida allá afuera.
Tiene una familia, amigos, gente que la quiere y por sobre todo, tiene un prometido que la espera por siempre para poder estar con ella. Yo no era nada a comparación de eso. No tenía nada que ofrecerle. No tenía una casa propia, no tenía un trabajo. Antes de estar en este lugar solia cantar en cada bar y restaurante que me lo permitía y eso...eso era mi vida. Supe esto desde el principio. Supe que lo que ella y yo tuviéramos en este lugar se quedaría en este lugar. Pero a este punto, los sentimientos parecen ganarme. No puedo continuar, no puedo caer por ella, no puedo caer por nadie, mucho menos arruinar lo que ella ya tiene. Tenia, de alguna manera u otra, alejarme de Micaela Suarez.
Por más que doliera, por más que mi corazón la llame a gritos en las noches, por más que mis brazos quieran abrazarla y mis labios encontrarse con los suyos. Incluso, puede que sea mejor así. En cuando a Daiana, si se entera que no tenemos nada, puede que pierda el interés en ella y la deje en paz de una vez.
Seria difícil.
Muy difícil.
Pero no puede ser imposible. O al menos eso espero. De no ser así, me aterra la idea de lastimarme por esto. Porque lo se...si termino amando a Micaela, se que en algún momento, cuando ella se vaya, cuando se canse de esperarme o cuando realmente se de cuenta que no tengo nada no querrá estar conmigo. Y yo me quedare sola...denuevo.
POV: MICAELA
Recorri cada pasillo, cada celda, cada cuarto en busca de ella. Pase 10 minutos sentada en su cama pensando y al final, no pude controlar el impulso de salir corriendo tras ella. Algo me pasaba con Barbara...algo que nunca antes con nadie mas. Nunca había tenido la necesidad de perseguir a alguien. La conocia realmente tan poco y puedo jurar que me importa mucho más que muchas personas fuera de este lugar, más que incluso mi propia familia.
Caminaba y miraba por todos lados, preguntaba por ella a cada alma en el lugar que parecía no querer asesinarme con la mirada.
Nadie sabía nada, nadie la había visto. Corrí por el pasillo principal para ir hasta el patio cuando alguien impacto conmigo y por poco caemos al suelo.
-Perdon. Yo...es solo...- la chica solo se quejo y se sobo con la mano la cara -¿Estas bien? Perdón...No te vi. Necesito...¿Viste a Barbara?.
¿Se te perdes tu noviecita, Suarez?- dijo con voz pesada.
-¿Sabes donde esta o no?
-¿A quien mierda le importa esa asesina de cuarta? Y mejor dicho...¿Porque te ayudaría? Por culpa tuya Daiana esta en aislamiento.
-Daiana es una enferma violadora...Y si está en ese lugar, es por su culpa, no mía.
-Sos una...- me agarro por el cuello del uniforme y me golpeó contra la pared. Vi su puño y supe que me golpearia.
-¡NO! ¡NO LO HARÁS!- justo antes que su puño hiciera contacto con mi estomago alguien la lanzó fuera de mi con toda fuerza.
-Nem...
-¿Pensas que podes golpear a nuestra amiga cada vez que quieras?
-Mire hacia atrás y ahí estaban, Prima y Yoa. Mis tres mosqueteras siempre cuidandome la espalda.
-Te vas a arrepentir Miethig.
-Dudo mucho que eso pase, ahora vete antes que te rompa los dientes.
-Chicas...pero...
-Siempre estamos cuidandote Mica- dijo Nem sonriendo y acercándose a mi.
-Bueno...La verdad es que fue suerte. Veníamos del patio. Tuvimos un no tan partido amistoso de basketball con otras chicas- dijo Prima y mire su cara. Mierda que no había sido tan amistoso. Tenia un gran moretones cerca de sus labios.
-Mierda Prima...¿Te duele mucho?
-Sólo un poco. No pasa nada...igual, ganamos 14-9.- me hizo sonreír -Además, íbamos a ver si me daban algo de alcohol en la enfermería.
-¿A donde ibas? ¿Que paso con Alejo?- pregunto yoa.
-Bueno...realmente no paso mucho, después les cuento. Pero ahora tengo que encontrar a Barbara ¿la vieron?
-No desde esta mañana- dijo Prima
-¿Paso algo?- pregunto yoa
-Pelearon gracias a tu futuro esposo ¿no?
-¡Nem!- gritaron ambas.
-No es el momento...pero tengo que encontrarla.
-Que tengas suerte- dijo yoa. Las 3 se despidieron y yo corrí hasta el patio.
Juro que di 2 vueltas completas, buscando por cada rincón pero nada, no la veía. Comenzaba a desesperarme. Para la tarde había un solo lugar donde no había visto y era nuestro pequeño escondite en las alturas.
Corrí lo más rápido que pude. Me oculte por un rato hasta estar segura de que nadie me viera entrar. Subí las escaleras como una loca, estando segura que ahí la encontraría.
-¡Barbara!- dije al llegar y abrir la puerta...para encontrarme con todo el lugar vacío.
Nisiquiera parecía que hubiera estado aquí antes. Todo estaba tal cual como lo dejamos la ultima vez que vinimos. Me acerqué a la ventana, la tarde caía, el sol estaba por ocultarse y todavía no la encontraba. Me senté a mirar el atardecer, pensando que ella podía venir en cualquier momento. Mientras lo hacía por mi mente vagaban millones de pensar... de ideas sobre lo que sería mi vida al salir de aquí.
¿Y si la idea de mi vida estaba equivocada? ¿Que pasaba si lo que antes parecía hacerme feliz, ahora no lo hacía? ¿Y si necesitaba otra cosa... otra persona? ¿Algo que nunca antes había buscado, pero siempre necesite?
-¿Donde estas Barbara?- le dije a la nada. El tiempo corría y finalmente, cuando el cielo estaba por oscurecer, la alarma de reunión sonó, supe que después de todo ella no vendría.
Camine hasta nuestra celda, hasta este momento ya no tenía nada de nuestra. Sabía que al llegar ahí ella no estaría, que vería su cama tal como la había dejado en la mañana, no escucharía su voz, ni esa risa tan contagiosa que tenia, no se acostaria conmigo, y menos dormiría abrazada a su cuerpo ¿podría dormir sin ella a mi lado? -Apúrate Suarez, tenemos que cerrar las celdas- una gendarme grito desde la otra esquina ¿Porque yo iba a querer caminar rápido? No quería llegar, si por mi fuera hubiera dormido en otra celda -Anda entra- dijo la gendarme, la quede mirando y le sonreí -Buenas noches- me devolvió la sonrisa, me volteé a mirar...
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Bienvenida a mi vida [Terminada]
Fiksi PenggemarEstá historia comienza con una tragedia, una casualidad y una promesa. Créditos a la escritora.