Caminamos un par de minutos hasta que Barbara se detuvo en la parte trasera del edificio principal, donde estaba una torre de seguridad.-¿Que estas haciendo?- dije cuando la vi mover un par de viejas maderas.
-¿Que pensas que hago?- respondió arrogante.
-Genial, haras que me castiguen y no hace menos de mi primera semana en este lugar.
-Vamos Suarez, al parecer nadie entra aquí hace bastante. No es la primera vez que vengo.
-Pero conmigo acá seguro nos descubren. No se si es muy obvio, pero mi suerte últimamente está por el piso.
-Ok, puede ser. Pero estarás conmigo. Y mi suerte, por alguna razón, no está TAN mal desde que llegue a este lugar.- término de mover algunas cosas y me ofreció su mano. -Ven.- Sólo mire su mano, aun estaba indecisa si debía ir con ella o no. Yo no estaba segura. Eran más las probabilidades de que alguien nos descubriera o de que ella misma me hiciera algo. -Suarez, el tiempo no espera ¿Vienes o vuelves?- me quede callada tratando de razonar. -Está bien, como quieras. Pero regresas sola. Vos te perdes lo único bueno de este lugar.
'Lo único bueno' la idea de este lugar ya era bastante mala como para imaginar que hubiera algo bueno. Se dio la vuelta y de un pequeño pero fuerte jalón, abrió la puerta de metal de la torre. Ella entró y justo antes de que cerrará un impulso salió de mi boca. -¡Martinez!- tardó un poco, creí que no volvería pero asomo su rostro por detrás de la puerta y me hizo gesto como diciendo '¿que?' Acompañado de una mirada penetrante -Yo...- Ella me miraba con una clara expresión de burla, ahí, justo ahí sobre sus labios. Estaba aguantando la risa, yo lo sabía. Me ponía incluso más nerviosa que antes. -Yo...
-No tengo todo el día Suarez...¿Voss que?
-Bueno, ya es bastante malo estar aquí. Quiero... ver lo único bueno de este lugar.- Ella se echó a reír y salio a darme la mano de nuevo.
-Lo sabía. Siempre ganó
-Ya te estas pasando.
-Deja de llorar y veni- me dio paso enfrente de ella y ambas entramos a aquella torre. Era cierto lo que me decía, se ve que nadie había entrado hace mucho, las escaleras estaban cubiertas de tierra.
-Cuidado con las cucarachas
-¿hay cucarachas en este lugar?
-Y las ratas.
-¿Ratas?
-Ah...Y ayer creo, vi un par de arañas.
-¡Barbara!
-¡Mira! Ahí hay unas arañas.
-¿QUE? ¿DÓNDE?
-¡CORRE CORRE!- sentí algo rosar mis pies y obedecí. Subí corriendo las escaleras hasta el pequeño mirador. Cuando estaba segura ahí volteé a mirarla y ella estaba riendo.
-¿Que había allá abajo?
-Ahhh en serio sos como una nena
-¿Que?
-No es posible que seas tan inocente. No había nada Suarez. Ahora apura.- le di un golpe en el hombro.
-Ahh ¿auch?
-Te lo mereces por graciosita. Odio esa clase de animales.
-Yo no sabía que eras una nena asustada.
-Cerra la boca ya...¿Que es este lugar?
-Si giras unos 180 grados, lo sabrás.- me volteé como ella me dijo, hacia el mirador, y me encontré con una vista, no espectacular, pero si la mejor que había visto en mucho tiempo. Se veían los edificios de Buenos Aires a lo lejos, con un par de hectáreas de campo color verde a su alrededor. El cielo claro, despejado, solo un par de nubes tenidas de rojo por la puesta del sol. Hacia tiempo no veía algo como esto, ni si quiera en mi apartamento o en el hospital. -Sólo es una cuestión de perspectiva- ella se puso junto a mi mirando aquella escena. -Podes pensar que este es el peor lugar del mundo, que no hay nada interesante que hacer, que es una absolutamente pérdida de tiempo. Pero no, es... solo cuestión de perspectiva.- mire para abajo para encontrarme con un par de guardias del seguridad hablando con cuantro reclusas. -Allá abajo las reclusas no te dejan ver lo que puedes ver acá arriba. No sos nadie, no sos una ladrona, no sos una asesina, una inocente o una loca más. Acá te puedes escapar aunque sea sólo un momento, lo que dura una puesta de sol. Pero podes ser lo que vos quieras, recapacitar de algunas cosas...o solo venir a desahogarte.
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Bienvenida a mi vida [Terminada]
FanfictionEstá historia comienza con una tragedia, una casualidad y una promesa. Créditos a la escritora.