Capítulo 11

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-Mica...vos...¿estas bien?- note su ropa completamente empapado por la lluvia -Deberíamos entrar, acá te enfer....- No deje que terminará su frase, me lance a sus brazos y sin saber porque me quede ahí. Nesecitaba que alguien me abrazara, que me dijiera que todo iba a estar bien, que no era mala persona, alguien que simplemente me contuviera en estos momentos. Sus brazos me rodearon y una de sus manos acariciaba mi cabello -Acá te vas a enfermar- termine su frase y sonreí -¿Quieres hablar de esto?- sus brazos me alejaron de su cuerpo.

-Creo  que necesito hablarlo con alguien que no conozca- dije sacándome las lágrimas y ella sonrio.

-Anda, yo lo hago- Barbara se acerco y limpio mis lágrimas ¿recuerdan cuando le dije que nunca antes la había tendió tan cerca? Bueno, olvidenlo ahora sentía su aliento en mi rostro -Listo- me sonrió y yo le respondí con otra sonrisa. -Entramos, te cambias de ropa y hablamos ¿Ok?

-Sólo si vos también te cambias- nos miramos y por primera vez reímos juntas, su risa de echo era muy linda.

-Anda vamos- por alguna extraña razón, Barbara dejaba su "rudeza" de lado cuando hablábamos, bueno... tampoco es que hubiéramos hablando tanto, pero creo que vamos progresando. 

La lluvia bajaba en forma de pena para mi. Era el estado del tiempo que me hacía pensar más, recordar cosas que seguramente no tiene que recordar. Pero esta no era la ocasión. Por alguna razón este día ya no era signo de dolor o de irá, la había recibido con calma. Hoy en un tranquilizante natural. Caminamos juntas hasta la celda, aunque sin decir una palabra.

Mientras caminábamos no podía evitar mirarla de reojo por detrás de mi cabello. Hasta ahora era seguramente la persona mas extraña que había conocido. Un momento podía intimidar con su mirada, y al otro podía proeveerte con toda la confianza.

Llegamos hasta la celda pero ella se quedo en la entrada. La mire y solo hizo cena para que entrará.

-Anda a cambiarte y eso, después voy yo- fui a quitarme el traje mojado y cambiarlo por el ultimo de repuesto que tenia. Cuando salí, Barbara entró e hizo lo mismo.

Seguía, y a saber por cuento tiempo mas seguiría siendo la nueva atracción de este lugar. Mientras esperaba afuera a Barbara algunas reclusas que pasaban silbaban o no me gritaban cosas. Era incómodo, hasta repulsivo escucharlas. Una de ellas decidió que sería divertido hacerme una vicita y subió las escaleras hasta donde yo estaba. ¿Debería correr? ¿gritar? Daba igual. Aquí nadie daría un golpe por mi, eso era seguro.

-Hola preciosura- dijo aquella tipa acercándome a mi. Era el fin, o eso pensaba. Antes de que pudiera tocarme un pelo, Barbara salió con el otro traje que tenia puesto y miró a aquella tipa de pies a cabeza. Su mirada cambio. Ya no era de ventaja o prepotencia. Era claro, ahora era de miedo. No hizo una sola palabra. Tan sólo un par de segundos bajo la mirada de Barbara bastó para que se fuera. ¿Que era todo eso? ¿Que pasaba con esa chica? Es decir... Se lo que "hizo" vi su juicio por televisión pero...¿ en realidad todos aquí creían que alguien como ella pudo comentar tales crímenes? Yo llevo menos de 24 hora hablándole si le podemos llamar 'bien' y lo dudo. Lo dudo mucho. Me atrevería a apostar que aquella chica llena de odio en su mirar no es más que una víctima más. Otra como yo. Alguien que no debería estar aquí.

-¿Que no...íbamos a hablar?- dije señalando nuestra celda.

-Y lo haremos- dijo con una leve sonrisa -Pero no aquí.

-Esto es una prisión ¿sabes? ¿Que se te ocurre? ¿Ordenar un café y galletas de las que quieras para hacerlo?

-Por favor, no seas tonta voy a mostrarte algo.

-¿Algo?

-Si...Algo.

-Y... ¿se puede saber qué es?

-No...

-Entonces no iré.

-Vamos Micaela. ¿No te gustan las sorpresas?

-Estar aqui para mi es una sorpresa. Perdón, creo que les perdí el gusto.

-Bueno...entonces supongo que charlaras con tu almohada.- dijo señalandola. Suspire pesadamente. Hablarle a un pedazo de tela y relleno, uno muy malo por cierto, no sería una de mis opiniones.

-¿A donde vamos Martinez?

-Sígueme... Ya lo veras- entonces hizo algo que creía imposible. O simplemente jamás lo pensé. Me tomo la mano. La tomó entre la suya y me jalo hasta donde quiso por donde quiso. Bajamos corriendo las escaleras entre risa y risa. Burlando a algún que otro guardia. Arriesgandonos con cada paso a un castigo que recordaríamos. Dejando a un par de chicas más perplejas. Y al menos por ese pequeño instante junto con ella, me sentí libre dentro de esta presión.

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Uno de regalo 😘

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Bienvenida a mi vida [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora