Capítulo 8

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No se por cuanto tiempo nos quedamos mirando exactamente. Algo pasaba a cuando la miraba el tiempo se detenía. Dos ¿tes minutos? No lo sabía. Solo se que seguramente me tomaría como una total idiota si solo me quedaba mirandola. Así que decidir hablar de una vez.

-Hola- dije formando la sonrisa más incredula sonrisa posible que pudiera sacar. -Parece que ahora tendrás una compañera- Creí que algo recibirá a cambio. Un 'hola', un 'no te metas en mi vida', hasta un golpe en la cara considere. Para mi sorpresa no recibí nada de eso. Por el contrario, ella me analizó de pies a cabeza, tomó algo de su cama y se fue a ese rincón de otro lado al que llamaban baño.

No dijo una sola palabra, no hizo ningún sonido que no fueran sus pasos. Nisiquiera escuche su respiración. Nada. Era como si no me hubiese visto o escuchado, como si estuviera mentalmente en otro lugar, como si estuviera muerta. No supe como tomar eso, si como un alivio o una preocupación. La gendarmen dijo 'Sólo cuídate de ella'. En sos segundos ya estaba arrepintiendome de haberle hablado. Tal vez si hacia lo mismo que ella, pretender que no existe, este tiempo pase rápido.

Más que claro sería casi imposible. ¿Como ignorar a alguien con quien vives? No se puede, no es normal estar así. Inconscientemente me di cuenta que mi mente decía "ignorala, y no pasará nada" pero otra parte de mi lo único que quería era hablarle. Saber de ella. Aquel día de su juicio parecía tan normal, tan indiferente. Casi como me había mirado hace unos minutos. Pero al final, al dictar su sentencia, sus emociones explotaron. Solo que no parecía ser tan malo para ella. Pude ver aún en ese televisor un par de lágrimas queriendo salir de sus ojos, pero a la vez, estoy segura que vi una sonrisa de conformidad. Como di dentro de ella eso fuera lo que quería.

Recordé lo que Nicol y Karen me dijeron cuando la vieron. Se supone que está chica asalto una tienda y después, al huir había atropellado a una pequeña. No parecía eso para mi, no era coherente ahora que había visto sus ojos. En ellos no se reflejaba el alma de una delincuente o una asesina. Gracias a Alejo había visto y conocido el caso de muchos. Sus ojos encerraban misterio. Era seguro, detrás de ella esta chica había una historia. Una que ahora, por alguna desconocida razón, estaba ansiosa por conocer.

Camino hacia donde estaba yo y todo dentro de mi se paralizó. En dos segundos perdí la capacidad de hablar y razonar. Entonces llegó a la base de las camas, se detuvo y denuevo me miro. Era la misma mirada y sensación. Creí que me hablaría.  Que me diría algo, aunque fuera lo más sencillo pero no, solo se quedo ahi. Y de la nada, hice tal vez lo más tonto que pude en este día.

-Hace frío... ¿No te parece?- Ella aún me miraba, ahora levantando una de sus cejas con mirada penetrante y una expresión de 'está loca' en el rostro. -O...¿Tu no tienes frío?- Entonces la vi hacer algo que no creía posible. Ella sonrio. De la nada. Una sonría bien, una sonrisa que no tenía nada de fingida. Sus labios eran lindos, su sonrisa perfecta. Me concentre en eso Hasta que capte la verdadera razón. Era evidente, se estaba burlando de mi. No dijo una palabra, subió a su cama y sentí como se acomodo.

-Idiota- Pensé después de eso. Aunque ahora me sentía afortunada. Mi primer día en ese lugar y seguía con vida. Nesecitas a al menos alguien con quien hablar para apaciguar la pesadilla. Un poco después continúe con mi gran hazaña de la vida. -¿No pensas... que si vas a convivir con alguien lo mejor seria que hablaras?-  dije, sintiéndome que hablaba sola. Nisiquiera sentí que se moviera. Comenzaba a incomodarte demaciado, no podía llamar esto por siempre. Solo digo que... seria mucho más fácil. Y no se...tal VEZ Hasta entretenido.- el silencio volvió a hacerse presente. -Me llamo Micaela. ¿Crees que podrás darme tu nombre al menos?- Nada absolutamente nada. Comenzaba realmente a cansarme, no podía llevar esto toda la vida pero tampoco iba a intentarlo por siempre. Acababa de rendirme y hacerme la idea de que posiblemente jamás me dirigiría su palabra. En lo que pensaba las luces de todo el lugar se apagaron lo quee al menos me dio una idea de la hora.
Seguramente eran las 10. Había dormido todo el día y aun así seguía cansada, como si no lo uniera hecho hace semanas. Así que me dispuse a olvidarme de la muda de aqui arriba y dormir toda la noche. -Bien, deacuerdo. No sabia que en este lugar tampoco se apreciaba la cortesía. Olvídalo. Puedes ignorar me todo lo que quieras. Al fin,  cada quien decide si estar sola o sentirse sola. Que no te sorprenda si yo acabo haciendo lo mismo.

Tomé mi frazada, me acomode mejor en la cama y cerré lo ojos. Quería olvidarme de todo, aunque fuera por unas horas. Aunque fuera en mi imaginacion ver los rostros de Alejo, mis amigas y mis padre. Ya no importaría nada, sólo yo. Y estuve a punto de caer en sueño cuando algo reactivo mi mente e hizo que la piel se me erizara.

-Barbara. Mi nombre es Barbara

Bienvenida a mi vida [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora