Capítulo 23

806 66 18
                                    


La mañana siguiente fue tranquila y común. Luces automáticas que se encienden y se apagan a determinada hora, una horrible alarma, murmullos por los pasillos...pero definitivamente algo bueno tenía que existir dentro de todo esto, y eso era despertar entre los brazos de la chica que arregla mis días y me daban ganas de levantarme con una sonrisa a pesar de todo.

-Buenos días hermosa- Recuerdo haberla escuchado decir. Tan pronto como se fue a trabajar, yo fui hacia las duchas a hacer mi rutina de siempre.

Una ducha con la mayor cautela posible y siempre rezando por que me toque al menos un instante de agua caliente. Al terminar me vesti con el uniforme limpio y seguí a la multitud por los pasillos hasta el comedor.

-¡Buenos días Azules!- prima solia decirme así debido a mis ojos azules.

-¿Que onda Micasuera?- era Nem.

-¿Que onda? Pues...polvo, mala comida y agua fría.

-Chocolate por la noticia- dijo Yoa.

-Bueno...pero por mas horrible que sea la comida, mi hambre puede mas- dijo Nem y salio corriendo por una bandeja. Todas hicimos lo mismo, recibimos nuestra comida y fuimos a sentarnos a una mesa que estaba vacía.

-Creo que este pan definitivamente podría estar mejor- rezongo Nem al probarlo.

-En el mundo real...obvio. Pero acá no. Acá es lo mejor que tenemos, pensé que lo habías entendido rubia- dijo Yoa y todas reímos.

-Mica...¿esta todo bien?.

-Si...¿Porque lo decis?

-Te vimos ayer en la tarde, en las canchas...¿esas eran amigas tuyas?

-Si

-Sólo quería saber si algo andaba mal- dijo Prima.

-Una de ellas era linda... ¿Nunca consideraste...?

-¡Nem!- gritaron Yoa y Prima a la vez y yo solo me reí.

-En fin...Todo está bien.

-¿Segura? ¿has sabido algo de Alejo?- pregunto Yoa

-No desde ese día.

-¿Pensas que podes manejarlo?- pregunto Nem esta vez y todo me quedo dando vueltas en mi cabeza. Tenia algo de sentido ¿realmente por cuanto tiempo podía manejar esto? No quería lastimar a Alejo y mucho menos perder a Barbara. Mi vida entera constaba de una decisión que debía tomar sola, y cualquiera de ellas, me llevaría a una vida totalmente diferente.

Conversamos por algún tiempo mas y aun no había señales de Barbara. Capas se había quedado trabajando pero, aun así, no solia perder alguna comida del día.  Al parecer mis pensamientos tenían cierto poder. Justo cuando pensaba en ella sentí una mano atravesarse por enfrente de mi, con algo embuelto en un papel de servilleta. Lleve mi mirada hacia arriba y me encontré con los hermosos, muy hermosos ojos de Barbara.

Tenia una sonrisa bastante peculiar. Casi como si tramara algo, como una niña pequeña. No me dijo nada, solo dejo el pequeño embuelto cerca de mi mano, me guiño un ojo y siguió camino hacia su mesa.

-¿Que es Mica?- pregunto Yoa. No respondí. Solo abrí el pequeño paquete. Adentro había un pequeño panecillo que a decir verdad, parecía delicioso. Todavía sigo sin entender como consigue estas cosas. Supongo que todo absolutamente todo, incluso una cárcel, tiene su mafia. Y debajo del panecillo había una nota.

"Hoy a las 5 en donde, ya sabes, vos y yo podemos ser nosotras".

Sonreí con aquel escrito y seguramente no fui muy discreta porque...- Que asco...ustedes no pueden ser tan adorables, me dan caries- ahí estaba Nem.

-¿Es una nota de ella? ¡¿Que dice?!- grito Prima.

-Nada...- dije indiferente.

-Micaela...seremos criminales pero no idiotas. Esa sonrisa en la cara Lo dice todo.

-Seguramente son sus mensajes subliminales y estoy de acuerdo en que no los comparta.

-¡Nem!- gritamos todas esta vez.

No dije nada mas, evadi cada pregunta que me hacían sobre el tema y me concentre en mi desayuno, reparti aquel postre que recibí y me puse a pensar en más de mil maneras para distraerme y no contar cada segundo del día para poder verla.

-Pásala bien Azules- dijo Prima cuando nos despedimos.

-Gracias- le sonreí y la abrace.

-Todavía sigo pensando que es una locura todo esto. Vos...Barbara Martinez...Y Alejo...

-Alejo nada. Ya pensare en algo acerca de él. Y si, es una locura, ya se...pero cuando el amor no es una locura entonces probablemente no es amor.

-Bueno, punto para Suarez- ambas reímos -En fin...Me iré. Quede con Yoa para hablar un rato antes de irnos a dormir.

-Que se diviertan- nos despedimos y salí lo más rápido y discretamente posible de la celda.

Me sentida horrible. Era como ser una adolescente a minutos de su primera cita denuevo. ¿Cuantas otras veces la había visto? Claramente muchas... Sin embargo, esta se sentía diferente. Miraba al rededor en las esquinas, asegurándome que nadie me siguiera o se percatara de a donde iba. Llegue hasta el terreno de aquella vieja torre y justo en la entrada había una nota más:

"Espero que tengas hambre"

¿Hambre? ¿Que es lo que estaba tramando? Guarde la nota en mi bolsillo y fui hacia arriba. Las manos me sudaban, sentía el palpitar de mi corazon en mis oídos y con cada escalón que subía algo de mi aliento se esfumaba. Solo recuerdo haberme sentido así una vez. Antes... Hace mucho. Seguí subiendo tranquila hasta que algo de lo de arriba pudo darse a conocer ¿Esto era enserio? Cuando subí por completo yo...yo solo...

-¿Me extrañaste?- volví la mirada y ahí estaba ella.

-Bar...que...¿Cómo es que?

-Se que no es ni la mitad de lo que mereces...pero estando acá dentro no puedo hacer mucho. Es lo mejor que pude conseguir- me sonrió de una manera en que nunca lo había hecho. Esto...¿es real?

Bienvenida a mi vida [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora