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Ink estaba tranquilo caminando por el pueblo, decidió pasar por la chocolatería a probar suerte y tal y como era de costumbre Error no estaba, había estado yendo muy seguido en las últimas semanas y siempre encontraba a Fresh atendiendo, una que otra ocasión se cruzó con el pequeño Paper Jam en el camino, pero su hijo siempre pasaba de largo, haciendo como si no lo hubiera visto, el ser ignorado no le molestaba en lo más mínimo, ya tendría tiempo más adelante para nivelar el marcador con ese niño.

Fresh: ¡What’s up!

Ink: ¡Hola! Por favor, lo de siempre.

Fresh: ¡To da order!

Ink tomo asiento en la barra, era sorprendente lo trabajador que era Fresh, todos los días siempre atento con una cálida sonrisa, era encantador sin duda, quien diría que ese pequeño niño crecería tanto, pero en fin, a quien realmente quería ver era a Error, le parecía ridículo que en todo ese tiempo no lograra dar con él, ni una sola vez, comenzaba a sospechar que en realidad Error ya no estaba en el pueblo desde hace mucho tiempo y nadie quería decirle a donde se había ido, sin duda no se tragaba el cuento de la pérdida de memoria, el niño era la prueba, sin duda ambos ya habían hablado, en ningún momento se le cruzo a Ink la idea de que Fresh sabia la verdad sobre el pequeño, después de todo ya han pasado 10 años y Fresh era muy pequeño para entender esas cosas.

Después de una larga charla (En la que no podía faltar preguntar por Error) Ink se retira a su trabajo, no era tan tarde, debía ver bien el tema de la mina, aun creía firmemente que aquel proyecto sería muy perjudicial para el pueblo, aunque también estaba Dream que le recordaba que él mismo supervisaría aquel proyecto y que con esto traería progreso al pueblo, y esto último era lo que más temía Ink, aunque no quisiera admitirlo, odiaba la idea de que aquel lugar en el que creció cambiara tanto, no lograba concebir la idea de que aquel lugar pudiera convertirse como los pueblos vecinos que tiene una mejor ubicación para el comercio, con el tiempo pierden en encanto y su belleza natural, aquello que Ink siempre quiso protege y por la que escogió esa carrera sobre muchas otras.

Ya en su oficina se puso inmediatamente a trabajar, era sorprendente lo concentrado y dedicado que era al momento de trabajar, así es cuando alguien se dedica a algo que realmente lo apasiona y motiva a ser mejor, su terquedad le impedía dar su brazo a torcer. Dream lo admiraba en silencio desde el marco de la puerta, se sonrojaba al verlo trabajar tan arduamente, habían estado saliendo desde hace ya un buen tiempo, sentía que ya era hora de hacerlo oficialmente, pero eso no era posible, crearía un conflicto de intereses y obligaría a uno de ellos a renunciar, las relaciones entre compañeros de trabajo estaba terminantemente prohibido para él, no era ético mesclar el trabajo con lo personal, pero lo suyo no fue forzado, fue algo que simplemente surgió sin que ellos puedan darse cuenta de cuando comenzó.

Cross se asomaba al lado de Dream, ansioso al percibir el delicioso aroma del chocolate se abalanzo como animal salvaje sobre una pequeña caja que Ink trajo consigo de la chocolatería, deliciosos y perfectos bombones de chocolate era lo que había dentro de aquella caja, y no importaba cuantas veces se repitiera la misma acción, Ink siempre olvidaba el actuar de Cross. Dream siempre reía, aquello era tan graciosos, sobretodo ver la cara de Ink siendo asaltado por una caja de dulces y la cara que ponía al darse cuenta de lo que pasaba.

Dream: ¡HAHAHAHAHAHAHAHAHA!

Ink: *Cayendo de la silla* ¡¿Qué fue eso?!

Dream: Fue Cross *Ayudando a Ink a levantarse* Recuerda que a mi hermano no le gustan los dulces, pues tampoco le gusta que coman dulces alrededor de él.

Ink: ¡Qué tontería!

Dream: A mi hermano le gusta tener todo a su alrededor bajo control.

Ink: No entiendo cómo puede aguantarlo Cruz.

AU Retribución CárnicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora