Treinta y ocho

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Todo su rostro estaba ardiendo. Había estado tan pendiente de terminar de vestirse y además secarse el cabello, que no notó en qué momento le envió aquel mensaje al peliverde. Dándose cuenta demasiado tarde que le había dicho "amor".
No pensó que se le saldría tan pronto, a pesar de que Yoongi ya llevaba bastantes semanas tratándolo de manera cariñosa. Y la verdad, era un claro indicio de que sus sentimientos estaban saliendo a flote. Realmente quería dejar de ponerse tantos límites respecto al pálido chico. Pero los sucesos anteriores con su ex aún rondaban por su mente y aunque no podía comparar en ningún sentido a Yoongi con Jungkook, tenía miedo. Miedo a entregarse por completo y luego salir lastimado.
Sabía que ya habían pasado los suficientes meses junto al peliverde, como para conocerlo lo suficiente y poder decir que este no sería capaz de hacerle daño. Sintiendo que ya se sentía más preparado para dar ese paso.

Y precisamente, este era el día perfecto para dejar atrás todos sus temores.

La celebración de año nuevo, era el momento perfecto para dejar todos los malos recuerdos atrás y darle la bienvenida a un año lleno de nuevas esperanzas.
Momento en el cuál él también debía dejar que su corazón quisiera con todas sus fuerzas, a aquel chico que había aparecido de la nada en su vida.

Tenía menos de quince minutos para por fin estar listo y así poder llegar a tiempo a la montaña de Namsan. El parque del lugar, era un gran sitio para esperar los fuegos artificiales. Además de poder visitar los distintos puestos de comida que se ponían en el lugar. Y por lo mismo no había cenado, a pesar de que su mejor amigo le había rogado para que cenará con él y su novio. Simplemente no quería salir del departamento y esperaba poder tener bastante tiempo para arreglarse. Cosa que no sucedió.
Se quedó dormido en el sillón viendo películas y termino despertando gracias a las incontables veces que le había llamado Taehyung.

Había logrado hablar con su familia durante la tarde. Sorprendiéndose bastante de que su madre se pusiera tan feliz al contarle que estaba saliendo con "alguien" y que pasaría la noche con esa persona. Los únicos que habían estado un poco reacio a que estuviera en una nueva relación, eran su padre y hermano. Ambos, amaban a Jungkook. Tanto, que eran de esos que salían sin que Jimin tuviera que estar con ellos. Pareciera como si ellos hubieran sufrido más por la ruptura del pelinaranja, que él mismo.
De todas formas su familia le había felicitado de estar esforzándose tanto en sus estudios y le habían deseado que pasara una buena velada junto al pálido chico. Cosa que claramente haría.

Había decidido que por esta ocasión se maquillaría un poco los ojos. No es que no le gustarían sus orbes rasgados, pero quería arreglarse bastante para Yoongi. Y sabía que el maquillaje le daba un toque distinto a su mirada.

Ya se encontraba casi listo, cuando su teléfono empezó a sonar estruendosamente sobre el lavamanos del baño. Sabiendo de antemano de quién se trataba.

Te estamos esperando abajo. – habló Yoongi al otro lado de la línea.

— Pensé que subirías. – contestó, intentando buscar todas sus pertenecías y dejar todo desenchufado en el departamento. No quería quemar su hogar, justo en el inicio de año.

Hyuk y Sunhee han hecho una fiesta en casa, por lo que me han dejado el auto. Así que podremos llegar con tiempo a Namsan, si nos vamos ahora ya.

— Creo que amo a tu hermano. – murmuró el pelinaranja, dando una última mirada a su hogar y saliendo de este.

No me hagas odiar a mi hermano, Jimin. – El tono serio que había usado le provocaban más ganas de reír al menor. Le encantaba que Yoongi se pusiera celoso.

— ¿Tienes celos de tu hermano? – rió entrando en el ascensor. Sabía que lo mejor era bajar por las escaleras, pero no quería llegar sudando al primer piso y a pesar de que odiara la lentitud del mismo, era su única opción.

Who are you? | YM 🍊🥝 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora