Veintiséis

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Sus clases del viernes por la mañana era lo más aburrido del mundo. ¿Quién dice que no tienes matemáticas estudiando algo de la salud? Es una total farsa.
Odiaba sus asignaturas matemáticas y sufría cada viernes que debía soportar al anciano profesor.
Lo único bueno era que estaba de bueno humor e incluso ya no se sentía triste. Pero bueno, quién puede sentirse triste luego de haber estado toda la noche follando como si se fuera acabar el mundo.
De alguna u otra forma, sabía que las cosas terminarían así con Jungkook. Pero ya que más daba, no podía cambiar lo que ya estaba hecho.

Y no sentía ni un poquito de remordimiento.

Quizás si culpa, pero no se arrepentía. Después de todo, no le estaba siendo infiel a nadie. Yoongi le había dejado bastante en claro que no eran nada y él tampoco quería buscarlo para conversar las cosas. Mejor dejar todo como estaba y fin del asunto.
Sabía que el peliverde estaría seguramente enfadado con él y no podía hacer nada para arreglar todo, luego de haberse acostado con su ex. ¿Con qué cara podía pedir que lo perdonara si ya había sobrepasado un límite? No solo estaba desistiendo a todo por su dañado corazón, también estaba pensando en Yoongi, y que era lo mejor alejarse de él. Y quizás lo mejor para ambos. Puede que si había surgido algo entre ellos en aquellos meses, pero ya no se podía hacer nada. Jimin había tocado fondo y no esperaba que el peliverde chico le perdonará. Así que no le quedaba nada más que asumir su error y conformarse a volver a estar solo por su cuenta. Así también podría enfocarse solo en sus estudios y dejaba de perder el tiempo pensando en tonterías.

Había terminado contándole a lo largo de la mañana, todo lo ocurrido a su mejor amigo por mensajes y a este no se le había ocurrido mejor idea que celebrar que al menos estaba haciendo algo útil en su vida, con una fiesta. Sí, Taehyung y sus extrañas maneras de hacerle ver que estaba equivocado.
Más el problema no era irse de fiesta, si no que la harían en su departamento. Y odiaba tener que limpiar. Pero Taehyung como buen amigo, prometió que se quedaría a limpiar hasta el final. Una promesa bastante vacía a decir verdad y Jimin no le creía ni un poquito a su amigo. Pero bueno, quizás le haría bien divertirse un poco por al menos una noche sin preocuparse del resto.

El castaño le dijo que no llevaría a muchas personas y que sería una pequeña reunión para que nada se saliera de control. Así que el pelinaranja se quedaba tranquilo con que no tendría a cien personas en su pequeño apartamento, gracias a su amigo.
También aprovechó de mandarle mensajes a lo largo de la mañana a Jungkook, para que dejara el departamento un poco decente. Luego de que la noche anterior habían dejado todo desordenado en la sala de estar, alguien debía ordenar. Y ya que él no volvería a casa hasta bastante de noche, en comparación al menor que tenía sus actividades por la tarde, le había tocado ordenar aunque no le gustará. Pero para sorpresa de Jimin, ni reclamó porque le estuviera ordenando aquello.
Las cosas entre él y el pelinegro parecían no haber cambiado mucho, por lo que no se preocupó de eso y continuó hablándole como si nada hubiera ocurrido.
También se mantuvo pensando a lo largo del día, en que si Jungkook le pedía volver con él, le daría como respuesta un rotundo "no". Ya suficientes problemas le había causado, como para tener que soportar tener una relación a distancia con el chico. Ni loco.
Sí señores, Park Jimin había abierto por fin sus ojos y veía el mundo de otra forma.

Ahora estaba primero él y nadie más.

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