Treinta y nueve

25.7K 3.1K 592
                                    

Hace 6 meses atrás...

De vez en cuando no le hacía mal salir de su rutina. El trabajo lo tenía agotado, además de los miles de proyectos que debía entregar cada semana. Así que ir a tomar unas copas con el club de fotografía no estaba para nada mal.
Había querido invitar a alguno de sus mejores amigos, pero ninguno de los dos tenía tiempo para acompañarle. Terminando yendo solo al lugar.
Normalmente la fiesta de bienvenida para los nuevos, se hacía a principio de curso. Por lo que era bastante extraño que la hicieran un mes más tarde de lo acostumbrado. De todas formas, que importaba. Iba a haber alcohol gratis y muchas personas con las cuales pasar el rato.
La verdad hace mucho no tenía una aventura de una noche. Tampoco es como si estuviera desesperado por tener sexo. Pero quizás si todo se daba bien, podría terminar teniendo una buena noche.

No acostumbraba llegar temprano a las fiestas, por el simple hecho de que en un principio todo era bastante aburrido. Pero ya cuando todos comenzaban a estar pasados de copas, todo se volvía más divertido. 

Entró a la gran casa de la persona que se había ofrecido voluntariamente -cosa que no era cierta- en busca de alguno de los chicos del club, o alguien que pudiera hacerle compañía.

— Hey, ¡Yoongi! – escuchó a alguien llamarle.

Se giró en busca de la odiosa voz que ya conocía.

— ¿Qué tal, Heechu? – intentó sonreír a pesar de que el chico siempre le sacaba de sus casillas.

— Todo bien, ¿Has venido solo? – preguntó alzando la cabeza, en busca de alguien más. Encontrándose con la nada.

— Si. Los chicos no han podido venir. – respondió encogiéndose de hombros. – Así que heme aquí.

— Ya veo. Tan solitario como siempre. – rió el mayor de los dos.

Ambos se quedaron compartiendo por un buen rato, hasta que alguien se llevó a Heechul a la pista de baile. Dejando a un Yoongi solo y aburrido.
El pálido chico lo único que había ingerido, eran un par de cervezas y todavía no sentía que el alcohol estuviera haciendo efecto en él.  De puro ocio y aburrimiento, terminó dando vueltas por la casa. Entrando en diferentes habitaciones, encontrándose con todo tipo de escenas. Algunas más asquerosas que otras.

Ya aburrido de su pequeño tour, decidió bajar al primer piso donde se encontraba totalmente atestado de personas.  Odiando el momento en que se encontró frente a frente con una chica que estaba algo -bastante- obsesionada con él.

— Hola, Suga. – Habló con su voz chillona, dejando en claro lo ebria que estaba.

— Eh...Hola. – contestó con una mueca. Ni si quiera recordaba el nombre de la rubia y tampoco le importaba mucho saberlo.

— ¿No te gustaría pasar el rato conmigo? Hace mucho que ya no nos vemos. – Articuló con bastante dificultad, jugueteando con un mechón de su pelo, en un intento de verse sensual. Cosa que no provocó nada en el peliverde.

— La verdad, no quiero nada en este momento. Lo siento. – Contestó, apartando de manera brusca a la chica de su camino.

Logró escuchar un par de insultos a sus espaldas, importándole un comino lo dijera. El hecho de llevar años aguantando lo que la gente decía de él, ya no le provocaba ningún efecto ante ese tipo de situaciones.

Who are you? | YM 🍊🥝 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora