Capitulo 16: "Cerveza"

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Camilo

En cualquier momento mataré a alguien de aquí.

¿¡PERO QUE MIERDA HACÍA ELLA AQUÍ!? ¿¡DE DONDE CONOCÍA A MI AMIGA!? ¿¡POR QUÉ EN UNA FIESTA COMO ESTA!?

Cuando mis ojos se conectarón con los suyos,sentí como la cabeza me hacía un pequeño click; tenía que sacarla de aquí.

-Respira,no mates a nadie,respira,no mates a nadie...-Me repetía en mi mente cuando me acercaba a paso firme a Jazmín. No sabía que iba a decirle,tampoco si iba a besarla,solo quería sentirla cerca mío. Ella estaba tensa,se le notaba en los ojos,porque cada paso mio era cada agrandada de ojos de ella.

Estaba a tan solo tres metros de ella,hasta que apareció un chico que se me hacía familiar tendiendole un vaso de plastico rojo con cerveza,ella solo hizo un gesto de afirmación,como diciendo gracias.

Mi mente se tiñó de rojo; la cerveza tenía cocaína.

Empujé a todas las personas que tenía en frente mio. Recibí varios insultos y grititos de mujeres,pero era lo de menos. Mi desesperación se prendió en tan solo un microsegundo. Tenía que impedirlo, Jazmín no se iba a drogar,esos tres metros eran infinitos.

Y que tan infinito era,tanto que no llegué a tiempo.

-¡NO!-Grité con todas mis fuerzas. Todos se dierón cuenta de mi acto "ridiculo",pero no me importaba. Jaz en unos cuantos minutos estaría bajo el hechizo de la droga.

Ahora,frente a Jazmín,ví como sentía el miedo florecer sobre su piel al verme tan cerca. Me gustaba provocar eso en las mujeres,pero ahora yo tambien sentía miedo.

-¿Qué es lo que te pasa?-Dijo el chico que le tendió el vaso. Lo miré con el peor odio que le podría tener a una persona. ¡Claro! Cuando fuí a recojer a Jaz lo había visto. Estupido adolescente.

-¿Qué me pasa?-Solté escupiendo las palabras con el peor miedo del mundo.-La cerveza tiene droga-Ví como Jaz ahora me miraba asustada,pero no por mí,si no sabiendo lo que acababa de ocurrir. El chico tambien agrandó los ojos,tal vez no lo sabía. O tal vez él tambien estaba drogado.

Mis manos agarrarón el pequeño cuerpo de Jaz y la llevé a mi auto,su padre no podría verla así. Todos estaban viendo la escena,vi como Christina se cruzaba de brazos,mirando a Jaz con bronca. A la que no ví cuando salía de la fiesta fue a Eve; cuando yo me metía en problemas,ella siempre salía al rescate.

-Suel... ¡sueltame!-Gritaba Jaz. Le costaba hablar y sus pequeños golpecitos no eran precisos a donde ella quería golpear; claramente,la droga empezó a hacer efecto. Todos reían a carcajadas de nuestra escena,idiotas.

Abrí la puerta del asiento del acompañante y la senté a Jaz como pude,colocandole el cinturón de seguridad. Me arrodillé en el suelo,quedandome mirando las facciónes de Jaz. Con la poco luz que había,se podía notar su rostro colorado y sus ojos pesados. Mierda,mierda y más mierda.

-China,mirame.-Dije luego de unos segundos,tenía que comprobar que estaba bien.

-¿Hmm?-Dijo con los ojos cerrados. Quize rozarle un poco el brazo con mis dedos,pero al instante abrió los ojos y se dió cuenta de mi presencía. Se puso palida y ahora sentía miedo otra vez por mí. Odiaba que pasara eso con ella

-Te llevaré a casa,chinita. Estarás bien,lo prometo.-Le dije sonriendo un poco,mostrandole mis hoyuelos y haciendole una pequeña caricia en su rostro. Esto al parecer le hizo dar confianza y relajó sus musculos.

Lo que no le dí a entender es que,no la iba a llevar a su casa,la llevaría a la mía; jamás una chica había entrado a mi casa. Nunca había llevado a mujeres a mi propia cama a follar,estaba esperando a la mujer perfecta,o en este caso,niñita perfecta. Era un riesgo que tenía que enfrentar ahora.

Ya en la carretera,Jazmín hacía ruidos de molestias corriendo su cabeza de lado a lado,pero no me importaba; estaba conmigo y mi unico trabajo es cuidarla.

-Soy un gilipollas-Me repetía a mí mismo. Tenía razón,simplemente tenía que llegar tan solo dos segundos antes.

Lo que no podía entender es ¿Qué hacía ella allí un miercoles? ¿Mañana no tenía colegio? ¿Salía de su casa?

-Dudas universales...-Diría mi hermano mayor. Y claro que sería la frase correcta para este momento.

Estacioné mi coche en el garaje y me llevé a zancadillas a Jazmín a mi casa. Los nervios me estaban culminando las entrañas,aunque...Todo esto se olvidará mañana, ¿no?

Una parte de mí quería que este día se le borrara de la mente por completo;nuestro beso,esta fiesta....
Pero por la otra parte,quería que la tenga bien grabada,que me tenga bien grabado en su mente.

Tuve que bajarla de mis hombros para abrir la puerta con temblor. Ella solo tambaleaba. Yo,en cambio,había tomado unas cinco cervezas,pero mi cuerpo era inmune a las drogas de tanto que las integraba.

-Jaz,china...-Le dije a Jaz,agarrandola de la mano para que se diera vuelta a mirarme. Ahora que había prendido las luces,no lucía tan mal. Tal vez mi desesperación creó una imagen de Jazmín drogada hasta los monos,pero no.-Ven,toma un vaso de agua y te darás un buen baño caliente.

Ella no hizo reproches de odio hacia mí,simplemente me siguió callada.

Cuando le tendí el vaso de vidrio frío,ella observaba con curiosidad mi cocina; solo hacía eso,observar detenidamente. Eso me ponía incomodo. Cuando terminó su agua,la guié a mi baño.

-Te abriré la tina,te traeré ropa mía para que te cambies,así dormiras comoda.-Dije tan rapido, como si fuera una bomba que explotaría en microsegundos. Su silencio me hacía sentir... incomodo; preferiría que ella me esté insultando,pegando,algún movimiento cotidiano de la vida,pero no. Silencio absoluto.-Entra,cerraré con traba por si quieres. Por allí tienes el shampoo y jabón. Cualquier cosa me gritas, ¿Sí?-Dije ahora acercandome a su rostro,tendiendolo con fuerza,necesitaba al menos escuchar un 《auch》 para saber que estaba bien. Tal vez todavía no reaccionaba que estaba en mi casa,que estaba en la casa del mismisimo Camilo Brown.

-¿Esta es tu casa?-Dijo mirandome con los ojos levemente rojizos. Esa pregunta me hizo quedar inmovil,no sé de que me avergonzaba; mi casa era limpia y moderna. Practicamente todo era de color negro,pero era bonita.

-Si,china. Ahora date una buena ducha.-Dije en tono de comandante,esto hizo que se le creara una leve sonrisa en sus preciosos labios con brillo. Tengo que tatuarme esa sonrisa en mi cuerpo algún día.

La dejé encerrada en el baño,para que sintiera que no iba a entrar ahí. Todo mi aire que estaba conteniendo había escapado de un largo suspiro. Me encantaría entrar al baño y bañarla como una dama debería,pero si quiero ganarme su minimo respeto,haré lo que sea,si eso tambien implicada dejar mis manos algo quietas. Ese pensamiento me hizo reir de mí mismo,claro que no tendría mis manos quietas.




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