Capitulo 3: "Anonima"

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Jazmín

Era sabado por la mañana y en toda la noche no pude pegar un ojo por la simple palabra 《nena》dicha por el estupido novato de Camilo Brown.

Tenía una cara espantosa,siempre la tenía basicamente,pero hoy tenía las ojeras más grandes que el doble de mi casa.
-Buen día,cielo.-Dijo mi padre preparandose un café.-Wow,se vé que dormiste como un angelito.-Dijo chistoso. Bufé,esto era culpa de él por llevarme a ver unos estupidos autos dando vueltas.
-Deja esas bromas para más tarde,necesito darme una ducha y dormir hasta que tenga el doble de tu edad.-Dije revoleando los ojos sarcastica. Este se empezó a reir como un loco,dejandome sin guardia para empezar a reir junto a él.
-Buen día familia.-Dijo mi hermano mayor haciendome nudos en el cabello. Nos llevabamos dos años,pero me trataba como una nena malcriada amada.
A decir verdad,mi padre y mi hermano siempre me dierón mi espacio femenino; nunca tratarón de criarme como un niño más. Cuando tengo mi regla a las 03:00 AM el primer día,el primero que sale a la tienda a comprarme protección es mi hermano. Mi padre está conmigo consolandome,diciendome que mi hermano "pronto llegará". Cuando lo recuerdo me rio sola,pero en esos momentos quisiera golpear un saco de boxeo.

Era una hermosa tarde; mi hermano había salido con unos amigos y mi padre se juntó con su hermano.
Me gustaba estar sola en mi casa,podía pensar con más claridad sin el pensamiento de un hombre al lado mio. Podría estar con mis amigos en el parque,pero,los unicos dos amigos que tengo ahora estan en una relación. Por lo tanto,solo aparezco en el mapa cuando tienen una pelea estupida.
Tenía puesto solo un buzo color negro de mi banda favorita; en el medio tenia un《One Direction》color blanco. Con un pantalón de algodón color gris y mis pantuflas rojas de garritas.

Decidí despejarme del mundo,mejor dicho de Camilo Brown, y agarré mi lectura actual de romance.

Escuché un ruido que venía del baño principal. ¿Había llegado alguno de los hombres de la casa y no me había dado cuenta? Claro que no me habría dado cuenta;me había quedado dormida.
Voy hacia el baño,pero antes de tocar la puerta se abre bruscamente. Rapidamente mi respiración se cortó.

¿Pero qué?

-Hola,nena.-Dijo susurrando Camilo Brown saliendo del baño acercandose hacia mi,intimidandome.
¿¡QUE HACÍA EN MI BAÑO!? ¿¡EN MI CASA!?
-¡Hija!,hola dormilona.-Dijo mi padre feliz.-Cuando llegué te ví durmiendo y sé que no pudiste dormir bien anoche; asique te dejé dormir.
Denme un golpe,no estoy entendiendo la escena que estoy viviendo.-Con tu tio estabamos pasando por el taller y estaba Milo,entonces lo invité a casa para charlar un poco. ¡Es muy agradable!- lo notaba contento a mi padre.

Un segundo, ¿Milo? ¿Ya había apodos? ¿Cuantos años me dormí? ¿Es un sueño?
-Ah,de acuerdo. Iré a mi cuarto,si me necesitan estaré allí. Gusto en verte.-Dije señalando al novato. Estaba inmovil,no podía mover ningún musculo. Quería irme pero mi cuerpo no reaccionaba hacia la orden que le había pedido.
-No,quedate con Milo. Tengo que salir un momento,por favor.-Dijo mi padre con cara de bebé. ¡QUEDAS COMO IMBECIL CON ESA CARA,PADRE!
-Como sea.-Dije seca,apenas se vaya mi padre echaría a este ser humano de mi casa.

Mi padre se fué. ¡Perfecto!, cuarto allá voy. En camino hacia las escaleras unas manos frías me agarran de la muñeca haciendome estremecer.
-No creas que te escaparas tan facil de mí,anonima.-Dijo Camilo de forma ronca. Era demasiado alto,me sentía tan pequeñita a su lado...
Vestía una camiseta negra ajustada,dando en primer plano sus musculos perfectamente formados. Con unos jeans oscuros y el cabello todo alborotado. Santos cielos,si que era sexy.
-¿anonima?-No entendí que quiso decirme con esa palabras,pero aún sentía miedo. Tenía pinta de esos chicos malos que con solo tocarte pueden destruirte.
-No sé tu nombre,cariño.-Ví que hacía una mueca, casi a una sonrisa con curiosidad.
-Jazmín Lynch.-Dije con miedo,pensando en que la respuesta tal vez no es la que quería.
-Jaz,bonito nombre para una china.-Dijo gracioso mirandome con unos ojos azules llenos de problemas.-Ví los retratos en la cocina; cuando sonries eres más china que Bruce Lee.-al finalizar la frase estalló en risas. Me safe de su agarre y traté de escapar.
Pero no tuve exito.
-Oye,oye. Calmada china, ¿sí? . No tienes porqué asustarte,no te haré daño. Solo quiero conocerte.-Dijo con una cara que no supe decifrar. Este tipo me daba mala espina,quería correr a mi cuarto,pero una parte de mí le gustaba tener cerca al novato.
-Sueltame,quiero seguir leyendo.-Bufé molesta. ¿Que no sabe respetar?
-¿Te gusta leer? ¡Tú si que eres una anciana,china!-Con una mirada chistosa me recorrío el cuerpo. ¿Como hacía para intimidarme tan facilmente?
-Sueltame.-Repetí elevando la voz. Vaya,creo que la escena de ayer se repetía nuevamente.
-De acuerdo,pero al menos dime una cosa; Ayer me lucí en la pista, ¿verdad?-Dijo arrogante. Mi limite de paciencia estaba pasando la linea,quería darle un buen golpe en la cara a este imbecil.
-Vete a la mierda,idiota.-Dije con una sonrisa acída. Ví como cambió su actitud seriamente. Oh,no. El temor recorría por mi sangre,creo que estaba por desmayarme. Al instante borré mi sonrisa falsa.
-Escuchame,ojitos verdes. Sé que con solo mirarte te tiemblan las piernas.-Rapidamente me puse colorada,tratando de mirar al suelo pero este fue más agil y agarró mi mentón para que lo viera a los ojos.-Trata de no meterte en mis asuntos,o tendré que meterme en tus bragas-Lentamente empezó a acercar su rostro hacia el mio; nuestros labios estaban a solo milimetros,sentía su aliento amentolado quemarme la boca.-Y vaya que quiero hacerlo,muñeca.-Sentí como la ira me recorrió el cuerpo,acto seguido mi mano derecha se levantó para darle una bofetada al ser humano asqueroso que tenía en frente mio,pero él tomó la mano y me la sostuvo con fuerza.-No me obligues a demostrarte la maldad que tiene el mundo,princesita de papi.
Escuché la puerta abrirse,mi padre llegaba tarde a salvarme el día,pero nunca estuve tan feliz al escucharlo entrar.
-Milo, ¿estás aquí?-Se escuchó a mi padre entrar a la cocina.
-Sí,ya voy Mario.-Dijo aún mirandome fríamente.-Nos vemos luego,Jaz.-Dijo susurrando. Al sentir como se alejaba de mí,dejandome sola en el medio de la escalera,fue cuando pude exalar todo el aire que había estado conteniendo. ¿Debía contarle a mi padre lo que había pasado recien? No lo sé,pero ahora mi mente estaba paralizada.

Me encerré en mi cuarto. Necesitaba una ducha,necesitaba sacar toda la suciedad que acababa de recibir.
Miré mi outfit,estaba hecha un chico. ¡Y Camilo Brown me vió vestida así!,que asco.
Aún seguía escuchando risas que provenían de la cocina; ¿Cuando mierda se iba a ir de mi casa ese asqueroso ser humano?

A Toda VelocidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora