19: Él, otra vez

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—Todavía me acuerdo de tu bebida favorita

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—Todavía me acuerdo de tu bebida favorita. —Craig dio un largo sorbo de su vaso.

—¿Cómo me has encontrado?

—Llevabas días sin llamar a Sissy y al final terminó confesando por miedo a que te hubiera sucedido algo.

—Oh, demonios, me he olvidado de ella. —Por un momento me olvidé de que la persona de la que había huido estaba sentada delante de mí.

Entre ambos se produjo un silencio incómodo.

—No temas, no he venido a buscarte —continuó Craig—, solo quería comprobar que estabas bien. Y ahora que lo he corroborado, es el momento de marcharme.

—¡Espera! —dije impulsivamente antes de que se levantara del asiento.

Craig me miró atentamente con ojos lastimeros, como esperando a que le perdonara por sus actos. Se frotó las manos con nerviosismo; era la primera vez que lo veía completamente desarmado y desubicado, sin tener el control de la situación.

—He hablado con Susan. —Mis impulsos volvieron a ganarme.

—¿Cómo? —se sorprendió.

—Ella me permitió acceder al vídeo del momento de la muerte de Colly. Lo estaba buscando y me lo puso en bandeja.

—¿Lo... Lo viste entero? —balbuceó, muy serio.

Asentí.

—¿Por qué no me contaste antes el final de la historia?

—Porque nunca se lo había dicho a nadie.

Su respuesta me dejó perpleja.

—¿No se lo contaste a Thomas si quiera?

—Ni a él. Es un secreto entre Susan y yo.

No me esperaba ni por asomo que la presidenta y su sobrino podrían mantener secretos juntos. Tal vez era lo único que compartían, aparte de la sangre que corría por sus venas.

—Yo impedí que Thomas accediera a esa grabación. Él tiene la ilusión de poder hacer público que el asesinato de Colly fue un delito de Estado. Si supiera que fue culpa de su hijo...

Craig se veía perturbado por sus recuerdos.

—No fue tu culpa, Craig. Fue una trampa de Zeus y Susan. No lo hiciste a propósito. No tienes por qué seguir culpabilizándote.

—¿Me hubieras querido igualmente si te hubiera contado que asesiné a mi propia madre? —interrumpió.

—Ahora lo sé, y mis sentimientos son los mismos.

Me mordí el labio y mi corazón empezó a latir rápido. Ambos habíamos juntado sin querer nuestros dedos y los separé rápidamente.

—Pero los tuyos no son iguales.

RESISTENCIA [EN EDICIÓN] [COMPLETA] #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora