RESISTENCIA [EN EDICIÓN] [COMPLETA] #PGP2018

9: Explosivo

Continué con mis noches de insomnio mientras escuchaba a Sissy producir gemidos y vomitar en un cubo. No se había tomado muy bien lo de su embarazo, tanto física como mentalmente. Estaba sufriendo y no sabía como poder ayudarla. Su estado de ánimo era una montaña rusa y preferí no dirigirle la palabra en esos momentos. Por suerte Shawn estaba de mejor humor, de hecho eran como el día y la noche, pues este estaba pletórico por su próxima paternidad.

—Hola, Shawn —le saludé cuando lo vi en Armamento—. Te veo muy contento últimamente.

—¡Lo estoy! Tengo ganas de que pasen pronto los nueve meses para ver a mi pequeño —sonrió.

—¡Yo también! Tiene que ser muy emocionante.

—¿Cómo está Sissy?

—Bueno, no dormimos mucho últimamente. Tanta responsabilidad le da miedo. Será lo propio de la etapa, supongo.

—Sí, lo sé. Yo también me puse nervioso cuando me lo dijo.

—Me contó que hubo otra persona que perdió a su hijo aquí en La Guarida, y que le asusta que le ocurra lo mismo. ¿Quién fue? ¿La conozco?

—No, ya no está aquí —respondió, e hizo una pausa.

—Oh, lo entiendo. —Comprendí que la pobre mujer había perecido en el parto.

—Lo haremos lo mejor que podamos.

—Por cierto Shawn, necesito que me ayudes con los Kalashnikov.

—Ya vas aprendiendo, ¿eh? Vamos, voy a hacer de ti la mejor tiradora de La Resistencia.

Nos fuimos los dos a la sala de tiro, anexa al gimnasio, para comenzar a practicar mi puntería. Shawn me dio un AK-47, un fusil de asalto muy antiguo utilizado en las guerras sucedidas hace unos siglos y muy eficaz. Cogí el arma con miedo y temblor, y Shawn me ayudó a equilibrarla sujetándola detrás de mí. La agarré con fuerza y apreté el gatillo varias veces. Frente a mí, la silueta humana dibujada en un cartón, estaba toda agujereada. Por fuera.

—Tienes que afinar más el tiro.

—Ya lo veo.

Probamos algunas veces más y me empecé a poner nerviosa.

—Esto no es lo mío —refunfuñé.

—Necesitas aprender a defenderte. No puede volver a pasarte lo de Saint Copper.

—Lo sé, pero... No puedo matar a nadie.

—Cuando llegue el momento, sabrás si puedes o no.

—¿Que lo sabré?

Cuando sea tu vida o la de tu adversario. ¿Cuál elegirías?

—¿No podemos salvarnos los dos? —me encogí de brazos.

—Ay, Loreen —dijo Shawn llevándose una mano a la frente—. Como dice Craig, eres demasiado inocente.

—No hagas caso de lo que te diga ese —bromeé, dejando la escopeta apoyada en la pared. Necesitaba un descanso.